La Biblioteca surge por las necesidades del Barrio Villa Nocito, un sector donde las bibliotecas más cercanas eran la de Cerri, que estaba a 5 km., y la Biblioteca Rivadavia.

Según nos cuenta su directora, la señora Liliana Colauti, el 10 de noviembre de 1996 se inauguró oficialmente la Biblioteca, si bien venía funcionando desde abril del mismo año.

La joven institución queda en la calle Francia 2120, y ubicada en Villa Nocito, abarca los barrios linderos de Maldonado, Vista Alegre y 1º de Mayo.

Además del servicio de préstamo de libros, la gente de la biblioteca «Gabriela Mistral» realiza actividades educativas y recreativas que de alguna manera contienen a muchos chicos -y no tanto-.

El número de ejemplares con los que cuenta la biblioteca asciende a 5000 volúmenes, sin contar los que están en proceso de inventario, procedimiento extenso, por eso se le da prioridad a la información actualizada.

«Nuestra biblioteca se caracteriza porque, si bien hay gente que lee novelas y hay libros de referencia y demás, es más de apoyo escolar, porque están los chicos de Polimodal y de los jardines con los que hacemos actividades interdisciplinarias, además de los chicos que viven en el barrio pero van a escuelas del centro», nos comenta Colauti.

Generalmente se trabaja con los chicos que asisten a las distintas escuelas del sector, tales como la EGB 5, la EGB 26, la EBG 24, la EGB 55, la EGB 61, se les brinda apoyo escolar y el acceso a todo el material de la entidad.

Según su directora, hay mucha diversidad de edades, por eso «la idea es tener mucho material bibliográfico escolar, debemos tener en cuenta la problemática económica del sector y además la necesidad de los libros escolares, desde nuestro lugar hacemos lo posible para ayudar».

Las actividades de extensión bibliotecaria con las que cuentan en este momento son talleres de macramé, encuadernación y apoyo escolar. Se espera que sigan aumentando las actividades a fin de contener a los vecinos del barrio, tanto niños como adultos.

Por último, Liliana Colauti resaltó la alegría de que a medida que pasan los años «estamos logrando la participación y el sentido de pertenencia en el lugar y en todo el sector, de parte de las personas que usan la biblioteca y las que no».