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Una huella firme en el mar
La profesora en Geografía y miembro de la asociación conservacionista TELLUS, Silvana Cinti, presentó en sociedad “Las islas de la Bahía Blanca y Los forjadores de su historia”, un libro que contiene una exhaustiva investigación sobre un territorio muchas veces ignorado, que guarda tesoros naturales invaluables.

La profesora en Geografía y miembro de la asociación conservacionista TELLUS, Silvana
Cinti, presentó en sociedad “Las islas de la Bahía Blanca y Los forjadores de
su historia”, un libro que contiene una exhaustiva investigación sobre un
territorio muchas veces ignorado, que guarda tesoros naturales invaluables.

Cinti, además de ser docente, profesora en Geografía por el Instituto
Superior Juan XXIII, es posgraduada en Educación en Ambiente para el Desarrollo
Sustentable por la Universidad Nacional del Comahue y coordinadora del
voluntariado del Programa de Educación Ambiental de la Fundación para la
Recepción y Asistencia de Animales Marinos (FRAAM).
La obra sobre la profunda historia de las islas marítimas de la región fue
editada por la editorial Vacasagrada, mediante un subsidio del Fondo Municipal
de las Artes del Instituto Cultural (IC) bahiense y se imprimió mediante un
aporte del Consorcio de Gestión del Puerto.
Según contó Silvana Cinti, la realización del libro demandó un arduo trabajo de
investigación y la idea principal radicó en proponer que “seamos una ciudad de
cara al mar y no de espaldas al mar”.
La costa bahiense es muy alterada, muy trabajada y desconocida; se da esa
dicotomía que pareciera que no se condice. Esto comenzó el 7 de abril de 1998,
cuando se declaró área protegida de la provincia de Buenos Aires, la Reserva
Natural de Uso Múltiple Bahía Blanca, Bahía Falsa, Bahía Verde. En esa
oportunidad fue nombrada como coordinadora de gestión la licenciada Victoria
Mazzola.
En ese momento, contó Cinti se reunían en Tellus Asociación Conservacionista
del Sur, donde discutían y conversaban sobre qué hacíamos con toda esa
información y decidieron darlo a conocer. “Como yo estoy en el área de sociales
y la geografía es una ciencia muy holística entonces se empezó a trabajar para
poner en conocimiento a los partidos adyacentes comprendidos por Bahía Blanca,
Coronel Rosales y Villarino”.
“Esto fue creciendo, se trabajó en todas las convocatorias que surgían en Bahía
Blanca, como Bordeau, FISA, en ferias de libros; nos presentábamos con los
mapas, con los límites de las 180 mil hectáreas que abarca el área protegida.
En el año 2000 iniciamos un curso de capacitación docente, que fue presentado el
día del ambiente que se conmemora cada 5 de julio. De esa forma comenzamos a
trabajar en educación y en la actualidad seguimos trabajando en ese sentido.
Porque consideramos que es el ambiente en el cual hay que profundizar el
trabajo y en el cual se pueden lograr más agentes multiplicadores. Los chicos
son esponjas, lo comparte lo comentan y hacen trabajos con otros compañeros”,
indicó.
El trabajo de Cinti, comienza en la parte de testimonios, que incluye más de
setenta entrevistas personales realizadas en Buenos Aires, Neuquén, Coronel
Suarez, Villarino, Coronel Rosales, porque mucha gente que trabajó en las islas
vivió allí también.
La idea inicial no era realizar un libro con todo ese material, pero llegó casi
de casualidad en una conferencia que desde Tellus, brindaron para el Día del
Mar. Esta idea fue tomada por el Consorcio de Gestión del Puerto bahiense y posibilitó
la impresión del libro.
Previamente, la comuna bahiense, otorgó un subsidio a través del Fondo Municipal
de las Artes, que fue utilizado para la edición y corrección del libro. Ese
trabajo costó mucho tiempo, sobre todo el trabajo sobre las fotos, escaneos y
demás. Así se trabajó para dar a conocer la riqueza del humedal costero.

Desde cuándo hay registro de las Islas
La existencia de las islas, consta desde 1520 según figuran en el mapa de Antonio
Pigafeta, que es la primera cartografía que existe a mano alzada con la
expedición de Magallanes.
Hay testimonios de muchos trabajadores de las islas que se incluyeron en el
primer censo nacional, de distintas nacionalidades. Casi todos eran peones,
gente que cultivaba y se dedicaban a actividades agrícolas.
A partir de este registro, se apunta a trabajar en la formación de valores, “porque
hoy la tecnología  como es el celular que
es la continuación de la mano y esta gente vivía con niños desarrollando una
actividad magnífica. Inclusive hay testimonios de esos niños, que hoy son
hombres y mujeres. No tenían embarcaciones, ni agua, ni luz; porque el agua era
transportada desde el continente  hacia
la isla. Este libro se trata de revalorizar un área”, sostuvo Cinta.

Cuáles son las islas y algunas de sus
características
Son Embudo, Suraita, Bermejo, Trinidad, Ariadna, Wood, Conejos y la más
grande tiene 30 mil hectáreas. Se hacen salidas de embarcación, en dos de ellas
hay hacienda, que no debería haber por tratarse de un área protegida desde
1998. Lo que se debería hacer, según explicó la geógrafa, son salidas de Eco
Turismo.
Las islas son provinciales e históricamente se arrendaban a tierras fiscales en
La Plata, luego pasó al Ministerio de Asuntos Agrarios y más tarde al Organismo
de Desarrollo Sustentable (OPDS). Cuando se declaró área protegida, en 1998, el
Ministerio de Asuntos Agrarios hizo el arrendamiento a quienes habitaban las
islas y producían allí; y realizaban emprendimientos turísticos.
“Hablamos de las riquezas como faunas silvestres, marinas, todo lo que es
paisaje tiene dos apreciaciones, que son el intrínseco y objetivo; y el valor
subjetivo, que pueden calificar lo que hay en las islas como un «barro
de porquería
» o un «ambiente
único e incomparable
»”, explicó Silvana Cintie
indicó que introducirse en las islas y en los humedales nos propone un desafío
de repensar la identidad de los partidos de Coronel Rosales, Bahía Blanca y Villarino
y sus ciudades cercanas que parecen darles la espalda, tarea imprescindible a
la hora de encarar acciones para la preservación y potenciación del patrimonio
natural y cultural”.
También recordó que esta obra circula por los establecimientos educativos a
través de la Fundación y Asistencia de Animales Marinos donde tienen el
programa de educación ambiental, también en Bahía Blanca trabajan desde
Guardianes del Estuario, entre otros. El objetivo, es
regalar los ejemplares editados del libro a las escuelas y a las bibliotecas
populares de Bahía Blanca, Coronel Rosales y Villarino.

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2017-12-12 00:00:00
Etiquetas: Bahía Blanca.
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