Actividades culturales, deportivas, capacitación para oficios, búsqueda de un medio ambiente agradable y sin contaminación, reuniones y diálogo entre vecinos. Todas estas cuestiones tienen que ver con la buena salud de una comunidad y de un barrio.
Villa Nocito es un barrio en el que se sufren diferentes problemáticas, tales como adicciones, falta de cloacas, desocupación, y carencia de recursos económicos. Con todo -y quizás por eso-, los propios vecinos intentan junto a un grupo de profesionales médicos hacer un cambio a través de la autogestión: eso es Proyecto 22.

El médico del barrio
La iniciativa del Proyecto 22 surgió con la idea de implementar un sistema, proyectando la idea de una unidad barrial de salud focalizada en cuidar la salud de las personas de Villa Nocito. Un médico que diariamente atendiera a toda la familia, un profesional que además de atender el consultorio se ocupara prioritariamente de la salud y calidad de vida del barrio.
Para esto se intentó que ese profesional que esté a cargo de la sala médica sea referenciado como el médico del barrio en el que los vecinos de Villa Nocito depositaran su confianza. En este caso, los médicos del barrio, Diego Palomo y Federico Bugatti, son quienes intentan que la relación médico-paciente no sea sólo puertas adentro sino que se mantenga el contacto, con visitas en caso de internación, así como desarrollar la antigua figura del médico de la familia en todos los ámbitos.
Con la incorporación de una enfermera y de la secretaria de la Sociedad de Fomento en esta dimensión, se fueron tendiendo redes con instituciones y referentes sociales de Villa Nocito, asumiendo ambas el rol de promotoras de la salud. Se trabajó para conocer y darse a conocer en el sector, asistidos por un relevamiento de caracterización de la situación de la salud de Villa Nocito. Luego se iniciaron reuniones con los vecinos, que continúan hasta hoy. En el relevamiento se conocieron los resultados que arrojaron que los problemas del sector derivan de la falta de cloacas, la problemática de la drogadicción, chicos en la calle, deserción escolar y contaminación. Y entre todos esos problemas, el que generaba mayor preocupación en el sector era justamente el de adicciones. Allí se enfocó parte del trabajo.

Espacios alternativos
Desarrollando redes con centros de adicciones se comenzó a trabajar en el tema pero también se trató de brindar diferentes actividades a los chicos del barrio. Por eso la importancia de la relación entre los espacios alternativos y la salud del barrio.
El dr. Palomo explicó al respecto que “charlamos con los vecinos el hecho de brindarles a los chicos posibilidades de canalizar alguna vocación o potencialidad, o simplemente el hecho de hacer del ocio algo más productivo. Como mejor forma de tratar de brindarles ese lugar que les evita estar fuera de todo eso y poder desarrollarse ellos personalmente, empezamos a estimular el tema del deporte”.
Finalmente, se formó el equipo de fútbol Proyecto 22, que juega en la Liga Barrial de Fútbol Infantil (LIBAFI), conformado por chicos del barrio y organizado por vecinos como Nora Escobar quien coordina el proyecto a la vez que dirige el equipo y colabora en todo lo necesario: “Son unos 65 chicos los que juegan. Tratamos de brindar una contención, hemos ido a la pileta de Los Chañares y hacemos convivencias desarrollando distintos juegos y comidas. Después tenemos una charla de lo que es la vida cotidiana de cada chico y los empujamos con el tema del estudio, porque aparte del fútbol está bueno que vayan a la escuela”.
A esa tarea hay que sumarle la de recaudar fondos, zapatillas, pelotas y material que se necesita actualmente para los chicos del Proyecto 22

Referentes del barrio
Diego Palomo no se cansa de repetir la importancia de que los vecinos sean los que lleven adelante el proyecto, y por eso confía en que dentro de unos años la iniciativa siga adelante, más allá de la presencia de los profesionales: “Lo positivo fue transformar a algunos vecinos en referentes del barrio para determinadas cosas y que tienen su energía puesta en tratar de que los chicos salgan de este difícil trance”.
Vale aclarar que no sólo se trata de fútbol. Cursos de peluquería, folclore, guitarra, murga y otras variantes forman parte del proyecto que -como dice Nora- ha generado un crecimiento y un ímpetu importante en la gente del sector: “Yo les digo a las chicas que en la vida de cada chico ellas son importantes y el chico es importante para nosotros, y es bueno levantarte y decirle al chico que estás con el”.
La salud reproductiva también está presente en el proyecto a través de un fortalecimiento de la familia para que la temática sea tratada de manera global para un mejor cuidado de todos.

Nocito hoy
Por último, el dr. Palomo se refirió a la actualidad del barrio a dos años de iniciado el trabajo. Si bien no hay resultados específicos, el profesional resalta la importancia de poder intervenir en los problemas “No tenemos una medición concreta pero tenemos una capacidad de abordar un paciente que viene a consultar por cualquier adicción, mucho más afianzada y desarrollada que cuando comenzamos. Hay un equipo que trabaja, hay redes que están con el Centro Municipal de Adicciones y hay una experiencia de dos años también. Lo que tiene el barrio en cuanto a salud es una mayor posibilidad de abordar esa problemática ya no desde la promoción y desde la prevención, sino desde la intervención”.