Para dialogar acerca del sistema de la Tarjeta Social en su tercer mes de aplicación se consultó a las autoridades de la Secretaría de Desarrollo Humano comunal, Sandra Reñones y Sandra Polak, quienes derivaron a EcoDias a la Directora de Promoción y Desarrollo Comunitario, Diana Díaz.

Las bases de la Tarjeta
El sistema funciona sobre la unificación de la política alimentaria. “Teníamos tres programas en el Municipio: el Bolsón Vida, el programa Volviendo a Casa y el Bolsón Alimentario Municipal. Específicamente en el comienzo fue nada más que para beneficiarios de estos tres programas. Se hizo una declaración jurada donde concurrieron los destinatarios de la futura tarjeta para actualizar todos los datos acerca de los ingresos del grupo familiar y a partir de ahí salieron los destinatarios”, explicó Díaz.
El número de beneficiarios varía entre 6.500 y 6.700 y “se debe a la evolución que van haciendo las trabajadoras sociales. Además, respecto a las altas, hay familias que no estaban en ninguno de estos programas o que habían quedado fuera. Pero insisto que las incorporaciones las hacen exclusivamente las trabajadoras sociales en las Delegaciones a través de charlas y declaraciones juradas”.
“Respecto a las bajas tenés diferentes motivos. Por ejemplo, hubo algunos casos de gente que no utilizó en los dos meses la tarjeta, eso para nosotros es que no la necesita, por eso se les da de baja, lo cual no quita que pudo haber habido problemas de salud y demás, y hablando con la trabajadora social se les vuelve a reactivar”, aclaró la trabajadora social, que recordó que “en el primer mes hubo un cupo que no la vino a retirar, fueron unas 300 personas. Esperamos dos meses y como no vinieron las dimos de baja, y si aparecen nuevamente se van revisando los casos”.

Cómo funciona para los beneficiarios
“Dentro de los primeros cinco días del mes tenemos cargada la tarjeta y lo avisamos por los medios. De ahí pueden ir a los comercios adheridos. Esa es otra de las puntas del programa, nuestra idea era también diversificar el tema de los recursos y apostábamos también a los supermercaditos, a los negocios que están en los barrios, tratando de descentralizar un poco”, comentó.
Es importante destacar que si bien cuando se comenzó los destinatarios tenían dos meses para gastar los montos que estaban acreditados, a partir de septiembre, por cuestiones administrativas, Nación solicitó que el dinero sea gastado mensualmente, o de lo contrario el beneficiario perderá el resto.
“Se lo que están pensando… ‘Con cuarenta pesos no haces nada’, ya lo sé. Somos concientes de esto pero también de que es mucho mejor que el bolsón porque apostamos, dentro de lo poquito que podemos por ahora, a la dignidad y a que la gente pueda elegir. Cada familia tiene su necesidad y varía porque capaz que una te consume más arroz, la otra más azúcar, la otra más leche”, se atajó Díaz.

Cómo funciona para los comercios
De entrada, según la directora de Promoción, no se anotaban muchos, pero después de la primera entrega y de ver que el sistema caminaba comenzaron a acercarse: “La misma gente del barrio se los pide”.
El comerciante interesado debe concurrir a Economía, firmar un convenio con el municipio y si está adherido a la Tarjeta Cabal no hay ningún inconveniente: desde Acción Comunitaria se manda un mail a Cabal y lo vinculan directamente.
“Es más, algunos negocios chiquitos nos preguntaban, porque no necesariamente tienen que tener el posnet, y esto no es un detalle menor. El costo del posnet lo asume el comerciante, pero se puede hacer en forma manual con ‘la maquinita’ de la tarjeta de antes. El posnet es mucho más caro”, explicó Díaz.
¿Qué pasa en el caso del comerciante que no está adherido a Cabal? “Van al Banco Credicoop, hablan con la gente de Cabal, les dicen todo lo que necesitan y se adhieren. Después nos avisan a nosotros y hacemos la vinculación”.
El costo operativo del convenio con Cabal por la Tarjeta Social para el municipio es “cero pesos”: “Te digo más, del costo de las tarjetas se hace cargo Cabal. En un momento dijeron un peso, después un peso y pico, te imaginas que cuando fue la primera oleada… Ahora las que se extravían o se dan de alta son pocas, pero en eso costo cero, sí, sí, sí”, afirmó.

Dónde y qué comprar
En la actualidad hay adheridos 18 autoservicios, 3 supermercados, 1 polirrubros, 3 despensas, 1 panadería, 1 carnicería y 1 almacén, distribuidos en distintos sectores de la ciudad. A esto hay que sumarle las sucursales de la Cooperativa Obrera. Llama la atención que no haya ningún local del Mercado Municipal suscripto.
Se pueden comprar alimentos secos y frescos sin restricción; algunos artículos de limpieza (sólo detergente, lavandina y jabón blanco) y artículos de perfumería (sólo jabón de tocador). “Quedan totalmente excluidos todo tipo de bebidas -excepto agua mineral-, alimentos frescos elaborados, de rotisería, fiambres y golosinas”.
Respecto a los precios, “eso lo maneja cada comerciante. La Cooperativa Obrera dijo que iba a hacerle a los beneficiarios el 10% de descuento, además estuvimos reunidos en dos o tres oportunidades con comerciantes adheridos a la Cámara de Supermercadistas y estaban evaluando la posibilidad de generar, una canasta por ejemplo, pero eso depende del ellos”.
Uno de los puntos destacados en el lanzamiento de la Tarjeta Social era que el municipio dejaba de comprar en licitaciones -de las que principalmente participan comercios mayoristas- y permitía la incorporación de los pequeños comercios en la operatoria. Ahora bien, uno de los puntos fuertes del estado es su capacidad de compra. Quizás debería proponerse con cierta fuerza a las cadenas de supermercados la regulación de algún tipo de beneficio para los usuarios de la Tarjeta Social, para que sus $ 40 le sean de mayor provecho, habida cuenta de que existe un número importante de clientes cautivos.