Ufa con Gran Hermano

La cuarta edición del reality show que lidera las mediciones de rating

El fin de milenio, además de agorerías sobre el Apocalipsis, llegó con
reality shows. Un género televisivo que mostraría a personas reales
compitiendo en diferentes contextos, que determinan modalidades
particulares de programas: de encierro, de supervivencia, artística,
búsqueda de empleo y quién sabe cuántos más.
Gran hermano pertenece a la primera modalidad, y fue ideado por el
holandés John de Mol y llevada adelante por su productora en casi 70 países
diferentes a partir de 1999.
El nombre alude a la novela 1984 que George Orwell escribiera en 1949.
Una visión distópica del futuro, donde el tal hermano mayor era un
omnisciente líder que vigilaba cada movimiento de los ciudadanos.
Los participante intentan caer bien para que los televidentes voten
-pagando- como ganadores en vez de defenestrarlos, lo que desmiente la
espontaneidad de las reacciones de los participantes, junto con las
recurrentes sospechas de que se guiona las emisiones para agregarles
interés.
Aun así, millones de personas siguen la rutina y las conversaciones
inanes de una docena y media de congéneres encerrados por meses. Algo que
quizás denuncia su creciente grado de voyeurismo, la necesidad colectiva de
sentirse superior a esos pobres buscadores compulsivos de fama, o la
necesidad compulsiva de agregarle páginas a la Historia de la Estupidez
Humana.
Sea como sea, y a pesar de que pocos admiten que el programa les gusta
-además de los increíbles especiales donde “granhermanólogos” lo analizan-,
lo tendremos un par de meses más en las pantallas nacionales. Mientras se
está preproduciendo la cuarta edición. ¡Éramos pocos!