Luego de varias semanas de buenas noticias,
esta página de EcoDias vuelve a tener que reflejar noticias preocupantes para
el sector. Específicamente, la represión que sufrieron los trabajadores de la
cooperativa Mom en Capital Federal. Como contracara, aparece el aval que el Inaes
dio a la recuperada “Alé Alé”, que durante la semana sufrió una amenaza de
desalojo.

Durante varias semanas, el periódico se dedicó a reflejar noticias que daban
cuenta del avance del sector en su propia consolidación, la prestación de
nuevos servicios o sus demostraciones de solidaridad ante tragedias como la
ocurrida en la ciudad de La Plata a comienzos de abril último.
En esta oportunidad, sin embargo, resulta ineludible consignar una noticia que
va en sentido inverso y refiere a un nuevo uso desproporcionado de la fuerza
pública para el desalojo de los trabajadores de la Cooperativa Gráfica “Mom”,
que recuperaron la vaciada empresa Lanci Impresiones.
El martes 14, una semana después de haberse intentado un operativo similar que
fracasó por la presencia de periodistas en el lugar, la Policía Metropolitana porteña
desalojó brutalmente a quince trabajadores de la mencionada cooperativa. El
operativo se realizó a las 8 de la mañana, y de él participaron más de 50
gendarmes y 30 efectivos de la policía armados, quienes ingresaron a la fuerza
a las instalaciones de la calle Mom 2869 en un operativo relámpago y detuvieron
a los obreros.
El presidente de la empresa gráfica recuperada, Telésforo Gallardo, relató en
qué consistió el operativo montado por los agentes: “nos tiraron gas pimienta
mientras nosotros no pusimos resistencia, sino que pacíficamente resistimos en
nuestra fabrica”.
A esta altura de 2013, ha transcurrido más de un año de espera por parte de los
trabajadores para poder presentar una orden de quiebra de la empresa Lanci y
así poder empezar a trabajar como cooperativa autogestionada. A la fecha, sus
empleadores les deben dos años de sueldos y aportes al tiempo que intentan
poner en práctica “un vaciamiento planificado e instrumentado con el fin de
vender el terreno de la fábrica gráfica”, según informó la agencia capitalina
ANSol.
“Desde hace un año estamos luchando para evitar el vaciamiento y ahora mismo,
el empresario está adentro, custodiado por la Policía Metropolitana y su
personal de seguridad privada junto a electricistas y mecánicos pretendiendo
sacar las máquinas», reveló el asesor gremial del Sindicato Federación
Gráfica Bonaerense, Marcelo Irala.
Luego de consumado el desalojo, la Red Gráfica, la Federación de Cooperativas
de Trabajo (Fecootra), el Sindicato Gráfico mostraron su respaldo a los
trabajadores desalojados, mientras que la organización “Asociativismo en
Movimiento” lanzó un bono contribución para colectar fondos que los ayuden a
solventarse económicamente.
“Acompañamos a Mom desde hace un año y en este momento es importante juntar
recursos para poder continuar la lucha por los puestos laborales desde afuera
de la fábrica», explicó el presidente de la entidad, Eduardo Amorín. “Se
pueden aportar 100 pesos que servirán para colectar recursos que ayuden a
mantener el acampe de los compañeros”, agregó Amorín.
A esta iniciativa se sumó otra de la Federación Gráfica Bonaerense, que
organizó para el sábado 18 de mayo pasado un festival solidario destinado a
acompañar a los asociados de la cooperativa que desde el mismo día en que se
produjo el desalojo en el edificio que ocupaban se encargaron de realizar un
acampe.
“La choriceada con música popular se realizará para recuperar las fuentes de
trabajo de los compañeros”, señalaron desde la Federación Gráfica Bonaerense
sobre el festival solidario.

Cooperar contra la represión
La Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar), “en
nombre de todas sus organizaciones representativas del cooperativismo de
trabajo, de servicios, de consumo, de crédito” manifestó mediante un comunicado
emitido el miércoles 15 su “profunda preocupación frente a la práctica de
violencia y de falta de diálogo para resolver la situación de desamparo que
sufren los trabajadores de manos de empresarios inescrupulosos”.
“En el día de ayer, los trabajadores de la cooperativa gráfica MOM sufrieron
una violenta represión cuando legítimamente, en paz y en democracia, procuraban
una salida a favor del trabajo y al sustento de sus familias. A este caso hoy
se suma a la amenaza latente que en este momento están sufriendo los
trabajadores del Restaurant Alé Alé, a partir de una orden de desalojo que no
da cuenta de la voluntad y capacidad de sus trabajadores para sostener la
actividad, para atender todo sus compromisos económicos y de esta manera
garantizar la continuidad de sus ingresos y del servicio reconocido por todos
sus vecinos”, explicita el comunicado.
El texto enuncia además que “desde las filas del cooperativismo hacemos un
llamamiento por apostar al diálogo y a la democracia, comprender que los
perjudicados por empresarios inescrupulosos no pueden ser los trabajadores. Hay
soluciones viables desde lo económico, deseables por todos los que aprecian los
servicios de estas empresas hoy en problemas, e indispensables para sus
trabajadores y familias”.

Una buena
Una incertidumbre similar vivieron el miércoles 15 los trabajadores de la
parrilla recuperada “Alé Alé” de la Capital Federal, ya que se cerraba sobre
ellos la amenaza de un inminente desalojo del lugar que trabajan de modo
autogestionado a partir de una orden dictada por el juez en lo civil Martín
Christello a pedido de los antiguos propietarios del espacio
Pero no transcurrieron muchas horas para que los cooperativistas recibieran una
buena noticia: el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes)
les otorgó la matricula que les permitirá operar y gestionar el restaurante
porteño de manera legal.
“Estamos muy contentos de tener algo tan importante y es otro elemento que nos
da fuerza para seguir adelante con nuestro proyecto», afirmó Horacio
González, uno de los trabajadores asociados.
Además, desde la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo (Facta) se
adelantó al cierre de esta edición que durante la semana que comenzaría el 20
de mayo la entidad elevaría al juez interviniente un escrito con la firma de
varios legisladores porteños y la solicitud de que suspenda la medida de
desalojo y aliente el diálogo entre las partes.