Tangoterapia

Cómo salvarse, vender libros y hacer películas en 2×4

Últimamente el tango se ha vuelto una moda más fuerte que la de
principios siglo XX, cuando Valentino lo bailaba -o algo así- en el film
silente Los jinetes del Apocalipsis (1921) y Gardel lo cantaba en París o
New York.
Interés que excede lo musical creando un “turismo tanguero”, con miles
de visitantes extranjeros beneficiados por el cambio y buscando emociones
fuertes por las “milongas”.
Una de esas visitantes fue la neoyorquina Marina Palmer, una ejecutiva
publicitaria desilusionada por el curso rutinario de su vida, que se
metejoneó con el exotismo porteño (sic), el tango y algún que otro
atractivo compañero de baile.
Las experiencias en la pista y en la cama, Palmer las plasmó en Kiss &
Tango. Una novela autobiográfica con mucho humor y erotismo, que vendió
millones de ejemplares por el mundo dándole un nuevo horizonte, que incluye
su radicación definitiva en Buenos Aires.
Tal éxito hizo que los estudios cinematográficos intentaran comprar los
derechos de filmación. Pocos días atrás The Hollywood Reporter -medio
especializado en el espectáculo estadounidense- informó que Sandra Bullock
y su productora obtuvieron tales derechos y ya habrían contratado a la
guionista Ann Perlman para llevar el texto a la pantalla grande.
Entonces pronto Miss Bullock caminará por las callecitas porteñas, y
sólo restará ver cómo se apaña con los cortes y las quebradas.