El Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal no se tomó vacaciones este verano y se encuentra abocado a las tareas de control en las numerosas edificaciones donde se desempeñan sus afiliados y no nos referimos específicamente al caso de Bahía  Blanca donde se encuentra la sede gremial sino también a la ciudad de Monte Hermoso, balneario que desde enero cuenta con una delegación para atender las problemáticas de la temporada.
Walter González, secretario general de la institución, comentó a EcoDias que “la decisión de abrir por primera vez una filial en Monte, es para hacer hincapié en las inspecciones masivas en todos los edificios y lo hacemos en enero porque es cuando mayor caudal de trabajadores hay allí”.
“Para eso ya se conformó un grupo de personas que ejercerán los controles. El año pasado ya se hizo y con eso se ha generado una metodología de trabajo que nos facilita la tarea, ésta es una de las funciones primordiales del gremio, controlar la actividad y la estamos llevando adelante”, insistió el dirigente sindical.
En tanto, en Bahía Blanca desde fines del año pasado están funcionando juntamente con el Ministerio de Trabajo en todo lo referido a la aplicación del convenio con muy buenos resultados. “Obviamente también los equipos de inspecciones propios del sindicato están regularizando trabajadores que antes no lo estaban y no tenían condiciones muy buenas para desarrollar sus tareas”, aseguró González.
Uno de los puntos que tenía muchas falencias es aquel que establece la cantidad de personal que demanda cada edificio. Según el secretario general, hoy por la situación económica muchos propietarios o administradores fijándose en el costo de las expensas lo primero que hacen es achicar la cantidad de personal sin darse cuenta del grave error que están cometiendo dejando desprotegido un consorcio donde viven muchas personas.
“En realidad la comisión directiva de ese consorcio y el administrador tienen que velar por esas personas, no enfocarlo desde el punto de vista económico sino desde las responsabilidades. Uno de los motivos de la aplicación del convenio es ese, cambiar la mentalidad, no ajustarse netamente a lo económico –a un valor de expensa que puede ser de cinco o diez pesos más-“, agregó.
Si bien González reconoció que cuesta hacer entender esta postura: “una vez que la persona está trabajando ocho horas y el propietario ve que tiene más servicios y más cantidad de ‘horas gente’ en el consorcio, vigilando y cuidando sus propios intereses, ahí empieza a tomar noción”.