Solos

Dirección: José Glusman

Guión: Jorge Huertas, José Glusman

Fotografía: Marcelo Hans Boneto

Música: Edu Zvetelman

Origen: Argentina – 2005

Calificación: Sólo apta para mayores de 16 años

Intérpretes: Adrián Navarro, Sergio Boris, Andrea Pietra, Ximena Fassi,
Nacho Gadano

Solos refiere a los avatares de la masculinidad en los tiempos que
corren, aunque no desde lo sociológico sino desde la comedia con toques de
dramatismo.

Luis, un creativo publicitario, y Enrique, un empleado de librería con
ambiciones literarias, eran amigos. Corrían por Palermo, veían algún
partido de fútbol, mateaban compartiendo ideas, hasta que sus respectivas
mujeres les muestran el camino de salida y se ven obligados a compartir
temporalmente el mismo departamento.

Desesperados por no poder comprender ni ser comprendidos por las
féminas que los rodean -algo obvio a juzgar por los prejuiciosos lugares
comunes con que se refieren a ellas-, conviven tropezando con sus depres y
diferencias, pero van consiguiendo una relativa armonía, en la que se
descubren asaltados por ciertos impulsos que la definición canónica de
amistad no contempla.

Casi parece un cruce de comedias al estilo de No sos vos soy yo (Juan
Taratuto; 2004), con hombres abandonados y plañideros; y Besando a Jessica
Stein (Charles Hernán Wurmfeld; 2001), donde la incapacidad de vivir en
soledad empuja a hacer cambios determinantes. El argumento hubiera
funcionado mejor si los guionistas se hubieran decidido por la comedia
desbocada o, por el contrario, por el drama, ya que la media tinta conspira
contra el resultado, que se percibe como superficial, y se diluye en un
final “sensible”.

Lo mejorcito se halla en ciertas escenas hilarantes, y en el trabajo
actoral. Los protagonistas casi exclusivos son Adrián Navarro y Sergio
Boris, el primero defendiéndose como Luis y el segundo haciendo a Enrique
tan creíble como antes al distribuidor de baratijas de Taiwán de El Abrazo
Partido; o al ejecutivo de LAPA en Whisky, Romeo, Zulú entre otros muchos
roles. Y destaca el secundario de Nacho Gadano, tan corto como excelente.

Resumiendo: un canto a la amistad masculina, con bastantes problemas de
afinación.