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Seguridad en edificios

A casi dos años del incendio que afectó del sexto al noveno piso del edificio de Alem 237, en febrero de 2006, hay numerosas tareas pendientes en la ciudad en materia de seguridad en beneficio de las personas que viven en edificios de propiedad horizontal.

El “efecto Cromagñon” alcanzó de lleno inicialmente a boliches y lugares de recreación, quedando en un segundo plano lo concerniente a la seguridad de los bahienses que habitan y trabajan en los más de 500 edificios de la ciudad.
Desde el gremio que agrupa a los trabajadores de propiedad horizontal, SUTERyH, su titular Walter González reconoció que “hay edificios que tienen cuarenta o cincuenta años y prácticamente nunca se les ha hecho nada, ningún tipo de mantenimiento. Es como todo: se deterioran, van perdiendo su valor y lo más importante es que quedan más expuestos a algún tipo de accidente”.
González recuerda que días después del incendio en el Luch Mayor, la Municipalidad convocó a responsables de todos los sectores involucrados en la materia -Bomberos, Defensa Civil, hospitales, servicios de emergencia, ABSA- y concluyeron que los vecinos no estaban preparados para estas situaciones: “En ese momento fue como que se quiso tomar un poco de conciencia. Creo que todos los propietarios tienen que saber identificar que no es lo mismo ir a vivir en un consorcio que a una casa. Hay cosas que tenés que respetar, hay un reglamento de copropiedad que las marca, hay normas a cumplir”.
Por ejemplo, “hoy son pocos los edificios que tienen escaleras de emergencia. Y vos lo decís y parece que tuvieras algún interés… No pasa por ahí, es para que el propietario no tenga ningún problema, que esté al día y seguro: los bomberos no podrían entrar en caso de incendio”, aseguró González destacando la resistencia a invertir en materia de seguridad.
En su momento SUTERyH propuso a la Municipalidad dialogar con los propietarios para analizar cómo actuar frente a un incendio, pero manifestó que prima “la mentalidad de ‘a nosotros nunca nos pasó’ y después se encuentran en situaciones límites como en el Luch Mayor”.
En cuanto a las medidas tomadas, el gremialista afirmó que “Defensa Civil hizo algún tipo de cursos, pero esto es una cadena y cada eslabón está agarrado a otro eslabón, hay muchas cosas. De nada sirve hacer cursos de capacitación cuando hay edificios que no tienen personal. Eso también depende de un trabajo nuestro, que la sociedad lo vea, tener las puertas abiertas del gremio como para que la gente venga y consulte”.
“Basta abrir la ventana, mirar y sacar cuentas del porcentaje de bahienses que viven en propiedad horizontal; no es un tema menor. Estamos teniendo un crecimiento en propiedad horizontal que no tenemos que dejar de ver y no podemos dejar que nos sobrepase. Hay que crecer paralelamente”, aseveró preocupado.

“Hay conciencia, preocupación y predisposición de todos”
“Comenzamos a trabajar con los encargados de edificios. Lo primero que se hizo fue darles un curso sobre el uso de matafuegos y planes de evacuación. Posteriormente se promulgó la ordenanza 14.219 que se refiere a estos planes y a simulacros que es para edificios de uso particular o públicos”, explicó a EcoDias el director de Defensa Civil, Rodrigo Vivallo.
En la actualidad y desde que la ordenanza se encuentra en vigencia, el área está trabajando en la confección de estadísticas que brinden datos acerca de los edificios y la cantidad de habitantes que contienen, “para poder después continuar con esta capacitación a los encargados de edificios y seguir la aplicación de la norma, que tiene algunos puntos interesantes donde se debe zonificar los espacios, ubicar los matafuegos y reconocer las áreas de evacuación”, entre otras medidas. La tarea se dificulta al no existir registros o estar desactualizados.
“Estamos priorizando aquellos edificios de mayor altura, algunos de muchos años que no tienen cajas de escaleras (…) Cada consorcio o propietario tiene que presentar un plan de evacuación realizado por un profesional en la Dirección de Defensa Civil”, agregó Vivallo.
Si bien en el caso de los edificios antiguos las medidas de seguridad tienen que readecuarse con mayor atención por haber sido construidos bajo otras reglamentaciones, en las nuevas obras se realiza una caja de escalera que separa los canales de evacuación de pasillos, porches, y accesos a departamentos u oficinas. Además, la conformación de las mismas puertas es hermética -tienen un sellado de doble impacto- y así dificulta el camino del humo.

En teoría, muy seguros
La ordenanza 14219 fue sancionada por el Concejo Deliberante el último 9 de enero y regula la creación de un “Plan de Evacuación y Simulacro” para casos de “incendio, explosión o advertencia de explosión o cualquier otra situación de la que surja la necesidad de desalojar las instalaciones”.
El mismo debe contar en su redacción con referencias a las características del edificio y al rubro que pertenece; una zona demarcada con anterioridad en los planos alusivos -tipo “Ud. está aquí”- dividiendo los sectores, pintando el piso o identificándolo por números para que proporcione un conocimiento más amplio a las personas en el momento de realizar la evacuación y reduzca el pánico (importante causa de muerte).
La norma requiere en la planilla, un recorrido demarcado previamente y libre de obstáculos por el cual se desplazarán las personas hacia un lugar seguro.
Además, ordena establecer: “responsables” que puedan guiar la evacuación; “señalización, luces de emergencia y matafuegos”; “teléfonos de emergencia” en forma visible; acordar los roles que jugarán en caso de evacuación el “personal de seguridad” y sus pares de mantenimiento; y un lugar de reunión en la vía pública.
Toda la información anterior, más la cantidad de personas que ocupan el edificio (adultos, niños, ancianos, personas con algún impedimento físico, etc.) y los referidos al responsable de la ejecución del plan, deberá ser colocada en la planilla a la vista de los vecinos.
La Ordenanza reza que “el Plan será de aplicación obligatoria en edificios, tanto del ámbito público como del ámbito privado, de viviendas, de oficinas, escuelas, hospitales y en todos aquellos edificios con atención y concentración masiva de público, adecuándolo a las características propias del inmueble, su destino y de las personas que lo utilicen, siendo de aplicación voluntaria en los edificios de vivienda de hasta tres pisos” y tendrá que contemplar la realización de simulacros, al menos, dos veces al año.

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2007-12-16 00:00:00
Etiquetas: Bahía Blanca.
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