La
Cooperativa de Trabajo Naranpol fue recuperada por sus operarios en 2012, tras
la quiebra de la firma que estaba al frente de la producción de jugos y
gaseosas más popular en la provincia de Santa Fe.

En los mejores tiempos de la empresa, esa
sociedad anónima llegó a emplear a más de 500 personas y fue la tercera planta
del sector a nivel nacional. Sin embargo, en 2011 presentó quiebra y dejó a 90
personas desempleadas.
Previamente, a mediados de 2011, la firma había cerrado sus plantas en las
ciudades de Rosario, Santa Fe y Reconquista. Con cientos de trabajadores en la
calle, se presentó a concurso ante los tribunales de Santa Fe y solicitó la
intervención de la sindicatura.
La cooperativa fue la solución que encontraron los trabajadores para quedarse y
resistir en la planta. El proceso empezó mucho antes por parte de la patronal:
con salarios adeudados de meses, presuntas pérdidas por más de 40 millones de
pesos, el posible vaciamiento y, finalmente, el cierre en octubre de 2011. Un
clásico en la quiebra de empresas: Trabajadores de la Productora Alimentaria
SA, Naranpol, se presentó a concurso de acreedores.
En el medio del proceso siempre están los trabajadores, y atrás de ellos las
familias. Para recuperar una empresa, el paso que sigue a la pérdida de los
puestos de trabajo depende de la voluntad de resistir que pueda surgir en los
ex empleados. En Naranpol, se quedaron en la planta. Largas noches de guardia
para evitar el vaciamiento de la empresa les permitió a los trabajadores
conservar las maquinarias, con la esperanza de volver a producir.
“A nosotros no nos quedó otra que ser cooperativistas. Nos tocó hacerlo a la
fuerza y estuvimos obligados a aprender todo de golpe. Formar la cooperativa
fue la única opción que nos quedó para recuperar las fuentes laborales”, dijo
el presidente de la Cooperativa Naranpol, Marcelo Bleckmann, sobre la empresa que
conserva los 90 asociados desde que se cooperativizó en 2012.
Una vez constituido el proyecto asociativo se encontraron con el primer
obstáculo: reconquistar el terreno perdido. La falta de los productos (jugos y
gaseosas) en el mercado durante más de un año planteó el desafío de ser
sustentables.
“Salimos al mercado con promociones, a un precio bastante bajo. Y tratamos de
recuperar la confianza de proveedores y distribuidores. Creo que lo
conseguimos, además seguimos siendo la misma cantidad de personas que al
momento de formar la cooperativa”, aseguró Bleckmann.
Naranpol Cooperativa se consolida en todo el proceso de producción, y en la
venta y distribución de los productos -reparto, fletes, preventas- en las
ciudades de Santa Fe y Rosario, con una fuerte llegada a las provincias de
Corrientes, Chaco, Formosa y Mendoza. En tanto, ya firmaron un convenio con una
distribuidora para trabajar en Córdoba, San Luis, Catamarca y La Rioja. Y la
intención es llegar a Buenos Aires y Capital Federal.
“Vamos de a poco porque para cada nueva línea que se habilita es una inversión
importante de insumos que hacemos. Vamos generando ganancia y vamos comprando
los insumos. Después de todo esto ya no existe la posibilidad de volver a ser
una empresa privada y transformarnos en empresarios tradicionales. Nosotros
somos cooperativa, y estamos generando algo nuevo”, enfatizó el presidente de
Naranpol.

Las buenas nuevas
En octubre pasado, el Senado de la provincia de Santa Fe aprobó por
unanimidad la ley que prorroga por dos años la expropiación de la planta que
pertenece a la fábrica de gaseosas. La legislación provincial no permite más de
dos años; sin embargo es prorrogable indefinidamente.
Los trabajadores de Naranpol van por más. Apuntan la falta de cobertura social
para los miembros del monotributo social y consideran que es necesaria la
creación de una red de producciones que garantice mayores beneficios para las
empresas recuperadas.