Querido amigo
Angélica Gorodischer – Buenos Aires, Edhasa, 2006

Según Angélica Gorodischer, “el disparador del libro fue una escena de
la película Orlando -adaptada de la novela homónima de Virginia Wolf- en la
que el personaje principal está vestido sólo con una túnica en un baño
árabe, sumido en la tranquilidad, cuando llegan los enviados de su
majestad, cargados de terciopelo, botas, puntillas, bordados. El contraste
es tan fuerte, que me sugirió pensar en cómo una persona puede cambiar toda
una vida a raíz de algo que se presenta de afuera”.
De allí en más se abocó a la escritura de Querido amigo, una novela que
participa de varios géneros: el erótico por su temática, el epistolar por
su estructura, y el fantástico por su ambientación.
En 1809, el diplomático inglés Albert-Georg Ruthelmeyer es enviado como
representante de la corona británica a Abdas, un ignoto país del Medio
Oriente. Se afinca en Birmassam, su capital, y mantiene correspondencia con
el Duque de Bartram-Weld, su mejor amigo en Inglaterra.
Las sucesivas cartas dejarán entrever primero la nostalgia por el hogar
lejano, y el asombro por las exóticas costumbres, muy especialmente las
sexuales. Pero esa nueva cultura lo conmueve: “…estaba al borde de un
descubrimiento, de una parte de mí que no conocía.”, para asimilarlo
totalmente al final.
La autora toma por primera vez “la voz de un hombre”, y fantasea
libremente sobre las fantasías masculinas pobladas de mujeres ardientes y
sumisas. Tratando de que el lenguaje no caiga ni en el exceso obsceno y ni
en la frialdad científica -como corresponde a un diplomático de carrera
británico y decimonónico como su protagonista- al describir los rituales y
la etiqueta erótica tan particulares de ese país-nube. E incluyendo gran
cantidad de vocablos “abdassiris”, creados ad hoc remedando la cadencia de
los idiomas árabes.
El resultado es un relato al que las recurrentes descripciones eróticas
estancan un poco, pero captura con su hálito de misterio.