PROYECTOS PENSADOS
“No va a dar soluciones”

REGISTRO, COOPERATIVAS Y CONCIENTIZACIÓN
¿Qué hacer con los cartoneros?

Se trabaja en estos días en el Concejo Deliberante en un proyecto de
ordenanza que regule y asista a los bahienses que ante la falta de trabajo
se ven obligados a “cartonear” por las calles de la ciudad. EcoDias dialogó
con el autor de la norma, Fabián Lliteras quien adelantó que “tuvimos una
buena recepción de la gente que trabaja con los cartoneros” y advirtió que
“lo importante de la Ordenanza es saber que esto es un marco normativo: no
va a dar soluciones. Plantea los objetivos principales”.

Origen
“Tuve algunas charlas con el gerente de Cliba y me comentó que había
serios problemas de recolección, sobre todo en algunos barrios de la zona
norte, había dificultades para llegar… y ahí, en aquel momento empezamos a
trabajar pidiéndole alguna colaboración a la empresa prestataria de la
recolección en cuanto a campañas de educación y clasificación que
permitiría que no se llenen los contenedores comunitarios…”, dijo el
concejal en cuanto al origen del proyecto.
A partir de allí empezó a estudiar el tema y “surgió esta situación de
ver una mayor participación de los carros en distintas horas del día,
porque ya no era terreno de la noche sino también se ven en todo el día.
Empezamos a buscar una solución alternativa y material: vimos este sistema
de ‘recuperadores urbanos’, no es nuevo, ya hay algunas experiencias en
Buenos Aires, Río Cuarto y otras ciudades importantes. A su vez, por mi
profesión participé de una jornada sobre trabajo infantil en el Ministerio
de Trabajo y vi que en esta situación de cartoneo o cirujeo se concatenaban
diversas problemáticas, entre ellas: el trabajo infantil, la utilización de
tracción a sangre que sabemos no está permitida en la vía pública, que se
restringió el horario pero tampoco se cumple… digamos que en este eslabón
productivo el hilo más fino es el que más esfuerzo hace”, explicó Lliteras.

Registro de cartoneros
Según el edil se pretende “agrupar a los recuperadores urbanos, crear
una suerte de registro y establecer mecanismos que le permitan, a través de
la colaboración de las asistentes sociales del municipio, saber cuál es la
problemática familiar. Es decir, por qué razón el menor tiene que salir a
recolectar y no lo puede hacer un mayor. Si la tendencia es que si esta
actividad de exclusión no permite que la familia realice otra actividad o
que ésta sea la elegida por ellos, la idea es que sea realizada por un jefe
de familia y no por menores”.
“Con esto se busca también contribuir a erradicar en Bahía Blanca el
trabajo infantil porque observamos que mayormente en los carros van menores
de edad, lo cual conlleva la permanencia de los mismos en la calle a altas
horas de la noche con los peligros que eso acarrea: el consumo de bebidas,
drogas o sustancias para mantenerse despiertos. La noche genera toda una
expectativa que es importante erradicar”, reflexionó el letrado.
Para Lliteras “la premisa general es la posibilidad a través de estos
mecanismos de incluirlos en trabajos más formales. Pero yo creo que nunca
va a dejar de existir este tipo de trabajos. Cuando uno registra puede
conocer la problemática social y apuntar a eso. El registro no es saber
quiénes son los cartoneros, la intención es generar estadística que muestre
sus problemáticas”.

Cooperativas de cartón
“El Estado juega un rol muy importante. Cuando hay actividades de esta
naturaleza que están desperdigadas, lo que se puede generar es una suerte
de cooperativa, donde por ejemplo, los cartoneros con un vale o lo que
fuera, lleven a un centro de distribución general y que cada uno de ellos
sepa cuál es el peso que lleva… ahora, en ese centro cooperativo se puede
generar un mayor valor a lo que se vende”, sostuvo el concejal.

De necesidades mejor ni hablar…
Pero, ¿qué hacer ante la necesidad diaria del cartonero? Según
Lliteras, “puede ser que el centro de distribución cuente con elementos
como para eso. Esto es lo importante: si creamos una cooperativa para que
aglomere a esta gente, en principio, apuntamos al sistema de protección.
Entendamos que inicialmente siga con el mismo mecanismo para hacerle sentir
a esa actividad personalísima y hasta diría yo de no juntarse con los
otros, porque es todo una técnica el tema de la recolección: quién va
primero, dónde… hay que intentar distribuirlos geográficamente para que no
haya muchos en un mismo lugar”.

Finalmente, Lliteras admite que ante la imposibilidad de solucionar las
problemáticas sociales de fondo queda la asistencia estatal. En este caso,
“asistirlos con materiales y como corolario buscar cuál es el mejor
mecanismo para remplazar definitivamente los carros de tracción a sangre
porque, por otro lado, también hay una ley de protección de la fauna. La
realidad es compleja y requiere prudencia”.