La ley 13.298 de promoción y protección de los derechos del niño, niña y adolescente, establece en su artículo 18 que en cada municipio se deberán crear “órganos desconcentrados denominados Servicios Locales. Serán unidades técnico operativas con una o más sedes, desempeñando funciones de facilitar que el niño que tenga amenazados o violados sus derechos, pueda acceder a programas y planes disponibles en la comunidad. En los casos en que la problemática presentada admita una solución rápida y que se pueda efectivizar con recursos propios, la ayuda se podrá efectuar en forma directa”.
Otras tareas asignadas son “recibir denuncias e intervenir de oficio ante el conocimiento de la posible existencia” de una amenaza al ejercicio de un derecho y “propiciar y ejecutar alternativas que eviten la separación del niño de su familia”. Siete de estos organismos funcionan en la ciudad desde el último trimestre de 2007 en el ámbito de las delegaciones Norte, Noroeste, Las Villas, Villa Rosas, Ing. White, Centro y Cerri, y Harding Green y Cabildo.
La subsecretaria de Niñez local, Sandra Polak, dijo a EcoDias que en el enero se atendieron 458 casos, “de los cuales el 70% estaban vinculados a violencia, maltrato y abandono. Esto implica que el trabajo es muy arduo en términos de hacer un acompañamiento a cada una de las familias vinculadas a estas problemáticas para subsanar estas cuestiones, restablecer vínculos, preservar a los chicos que están en medio de esta situación y hacer un trabajo muy importante para recuperar los lazos dentro de esa familia”.
“El punto más importante que va demostrar que esta ley es diferente a la vieja ley de patronato, tiene que ver precisamente con el seguimiento de estas situaciones que de no realizarlo estaríamos haciendo un ‘como si’. No estaríamos avanzando en intentar una modificación de fondo”, insistió la funcionaria.

La experiencia en los barrios
Polak comentó que los profesionales “son bien recibidos porque hay muchas dudas, necesidades que no están canalizadas para poder cambiar la situación. Las familias reconocen que lo que están padeciendo, que tiene que ver con la exclusión, la marginalidad y necesidades de tipo asistencial, necesitan ser trabajadas desde algún ángulo y tanto el trabajador social, el abogado, como el psicólogo, los ayudan a repensar algunos puntos y los vinculan con los espacios donde se pueden buscar alternativas de solución”.
Además, desde la subsecretaría esperan un aumento en el número de casos a atender dado que los servicios se hacen conocidos en los barrios y los vecinos comienzan a hacer “consultas de distinta índole, no tanto por la emergencia sino por cuestiones más puntuales de asesoramiento” y por otro lado, con el inicio del ciclo lectivo seguramente haya derivaciones de los equipos de las escuelas.
“La ley prevé que los servicios también cuenten con un médico. Estamos trabajando con la Secretaría de Salud para poder conformar un gran equipo junto con las unidades sanitarias que hacen la atención primaria. Muchas veces el poder coordinar y mirar la realidad entre distintas secretarías nos permite optimizar los dispositivos y recursos municipales en beneficio de estas familias”, agregó Polak.

Trabajo en red
La subsecretaria espera la autorización del Consejo Local para “trabajar sobre todo con el grupo que va desde los 12 a los 17 años para poder llegar a los chicos que están ‘en’ la calle y conversar con ellos, establecer un contacto, ver qué necesidades tienen, qué intereses los nuclearían en un espacio para poder hacer actividades, qué oportunidades están pidiendo y la propia realidad se las ha negado”.
“El objetivo es generar en cada uno de los barrios talleres, vínculos con los centros de formación profesional, articular con los clubes, ver cómo esa cantidad de tiempo ociosa que tiene los chicos de esa edad, porque la familia no los puede contener o porque la escuela los ha excluido”, sostuvo y destacó que “hay mucha gente interesada en trabajar de esta manera: no ofreciendo sino a demanda a través de una red barrial”.