Diego. El Diego. Yo seguramente lo elegiría para mi equipo si voy a jugar un picado, pero vos, ¿le confiarías la educación de tus hijos? Con esta imagen quiero reflejar que no todos podemos hacer de todo. Que ni siendo El 10 podes tener la pelota controlada en todos los temas, solo la controlas en tu cancha.
Emanuel Ginóbili es un excelente jugador de básquet, un ejemplo de joven deportista para miles de niños y jóvenes en la ciudad, el país y el mundo; pero no es un urbanista. Con el derecho que tenemos quienes residimos en la ciudad, puede opinar o sugerir lugares para el enclave de un estadio en la ciudad, pero de ninguna manera debe esto ser tomado como algo inobjetable, ni ser tenido más en cuenta que la voz de los profesionales que conocen la ciudad porque la construyen día a día. Son ellos quienes saben dónde debe ser emplazado para bien de todos un polideportivo que se construirá con fondos públicos y que seguramente se mantendrá también con fondos del estado.
La alta exposición y la trascendencia indiscutible de la figura del jugador de básquet hacen que las verdaderas discusiones no tengan espacio y que zalameros y aduladores traten de caer parados, y en esa obstinada obsecuencia pierdan de vista el bien común y adhieran serviles a lo que diga la estrella. Es una manera de ser parte, la ilusión de creerse y proyectarse en el logrado éxito ajeno.
Esperemos que nuestro gobierno municipal que ya decidió la realización de esta mega obra, decida con criterio y respuesta al bien común (de los ciudadanos) el lugar u otras condiciones que esté en sus manos decidir.