En Bahía Blanca son aproximadamente quince los imputados que están en condiciones de ser juzgados en juicio oral y público por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar. Se están ajustando los detalles para que se lleve a cabo este juicio histórico, presumiblemente antes de que termine el año.

Visitó nuestra ciudad el dr. Jorge Auat de la Unidad de Coordinación de la Procuración General de la Nación, quien se encarga de llevar adelante todos los trabajos de coordinación de los juicios a represores a nivel nacional.
El dr. Auat estuvo en la Fiscalía General de Bahía Blanca acompañado del dr. Horacio Azzolin, fiscal Federal de Necochea, con habilitación para intervenir en el proceso local. Junto al dr. Abel Córdoba, fiscal de nuestra ciudad, brindaron una conferencia de prensa en la que brindaron detalles del juicio próximo.
Córdoba resaltó la importancia del paso que se está dando a nivel judicial en lo que refiere a las causas por delitos de lesa humanidad: “Se trata de una instancia a la que nunca se ha llegado en la justicia de Bahía Blanca y de un juicio que vemos con mucha relevancia en cuanto a la cantidad de víctimas y de imputados que va a tener. Es un juicio muy importante que va a versar sobre 90 hechos aproximadamente de los cuales más de una decena son desaparecidos, más de veinte homicidios (falsos enfrentamientos), y el resto, privaciones de la libertad y tormentos”.
La etapa actual es en la que se conforma la unidad de fiscales que va a actuar en el juicio y de allí la presencia de los profesionales mencionados.
El doctor Auat aclaró que no se tratará de audiencias judiciales a las que estamos acostumbrados, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de hechos e imputados: “El de Bahía Blanca puede ser el primer juicio realmente importante por la magnitud del interior del país. Está entre los más importantes, por lo menos por la cantidad de hechos y por la cantidad de víctimas”.
Al hablar de gran cantidad de víctimas y también de hechos a juzgar, desde la Fiscalía lo que se intenta es juntar el mayor número de casos posibles lo cual tiene dos explicaciones: “Esta cuestión de la cantidad de hechos y víctimas a nosotros siempre nos preocupó porque el objetivo de acumular no es sólo para una economía jurisdiccional sino también por todo lo que significa desde el punto de vista de la publicidad del juicio. Es decir un juicio significativo, con una cantidad de hechos importante, que realmente sea el reflejo de lo que ocurrió durante la época de la dictadura. Cuando yo tengo un universo fáctico, importante, una cantidad significativa de imputados me parece que estoy exponiendo, exhibiendo con mucha mayor fidelidad, la realidad de lo que ocurrió en aquellos tiempos”. Según comentó el fiscal Córdoba, la idea sería extender el número de imputados a veinte.
A lo dicho por el fiscal Auat, debe agregarse que de esa manera se correría con la ventaja de que habría una menor exposición de los testigos, con lo que eso significa para ellos en cuanto a no volver a hablar varias veces sobre el mismo padecimiento: “Y también reduce el riesgo, no olvidemos que tenemos fresca la situación de Julio López. Además, nos lo dicen los testigos, ellos no quieren andar paseándose por tribunales y exponiéndose. En general, se trata de eso, más allá de la cuestión de la contabilidad probatoria; pero el objetivo central, el trazo grueso, es ése”.

Bahía y su historia
Sobre el juicio a los represores dijo el fiscal Azzolin: “Lo relevante es la magnitud del juicio y lo que significó Bahía Blanca como cabeza de un Cuerpo de Ejército. Por eso que el procurador, frente a la inminencia del juicio, designó reforzar la planta. La intención -y somos optimistas- es que el juicio se haga a fin de año y nos parece relevante que se haga con la mayor cantidad de casos posibles para hacer juicios de magnitud que es el objetivo de la Procuración. La idea no es hacer juicios desperdigados sino concentrar la mayor cantidad de casos por todos los inconvenientes que mencionaba el doctor. Esto es, traslado de detenidos, que los testigos no vuelvan a declarar varias veces sobre los mismos casos. La idea es tratar de concentrar y hacerlo lo más rápido posible”.
Por su parte, Auat afirmó que existe un equipo de psicólogos para trabajar con los testigos aunque mayormente, por su experiencia, no hace falta en este tipo de instancias: “Hay circunstancias muy traumáticas, muy dolorosas. Por ejemplo, cuando uno habla de tormentos y torturas, sobre todo en mujeres que luego reconstruyeron sus vidas, es muy difícil.
Si han hecho un tremendo esfuerzo por olvidar, es un olvido deliberado porque necesitan olvidar el hecho traumático. Nos podemos encontrar con circunstancias así, pero no han sido significativas. En general, colaboran bastante y ayudan. La mirada nuestra es una mirada técnica, jurídica y está el aporte del testigo en la reconstrucción histórica del hecho. Es decir, sin entrar en detalles, el objetivo del testimonio es que nos permita, en el marco de un contexto probatorio, hacer la reconstrucción histórica del hecho”.
Al trabajo con testigos se le agrega una serie de recaudos de protección que se toman con los mismos. Finalmente, Auat señaló que el juicio debe ser efectiva y necesariamente oral y público: “Nosotros tenemos una decisión tomada, el juicio tiene que ser público, y si puede ser transmitido por los medios mejor todavía. Además, es la esencia del proceso, en el sentido de la publicidad del propio juicio en sí mismo está la explicación. Si como operadores judiciales pretendemos una reconstrucción histórica que refleje esto que ocurrió cabalmente, se entiende que hay un destinatario que es la sociedad en su conjunto. Tiene una función pedagógica si se quiere”.