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Pensado desde la cárcel

Eduardo Jozami, ex preso político estuvo en Bahía Blanca para lo que fue la
presentación de su libro “2922 días. Memorias de un preso de la dictadura”.

En
algún momento y refiriéndose a su libro, Eduardo Jozami dijo que desde el
primer día que ingresó a la cárcel, supo que el texto iba a ser escrito.
Pasaron muchos años y finalmente aquello que pensó entre rejas se cumplió y se
llama “2922 días. Memorias de un preso de la dictadura”.
Eduardo Jozami es el actual director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo
Conti que tiene su sede en el predio donde funcionó la ESMA en Capital Federal.
Jozami es también abogado, periodista, ex preso político e integrante de Carta
Abierta.
Respecto a su mencionado libro, Jozami estuvo en Bahía Blanca para presentar el
mismo en sociedad y lo hizo en las instalaciones del Centro Histórico Cultural
que la Universidad Nacional del Sur tiene en la primera cuadra de calle
Rondeau. Antes de ello y en el mismo lugar, el autor brindó una conferencia de
prensa ante diferentes medios de nuestra ciudad.
Consultado en primer lugar por su libro en sí, explicó que se trata de un
testimonio personal: “
Es una mirada bastante
subjetiva pero obviamente en esa mirada aparece la dictadura reflejada en todo
lo que significó en el país la falta de libertad, la represión y eso tuvo en
las cárceles una expresión muy clara que siguió de algún modo el ritmo de lo
que estaba pasando en la vida afuera. Es decir, los primeros años, 76, 77, 78
muy duros e incluso a pesar de que se trataba de presos legales, en muchos
casos con la intervención de los jueces hubo algunos detenidos que fueron
asesinados”.
Luego eso fue aflojando, dijo, gracias a la presión internacional y a las
reacciones surgidas en nuestro propio país: “Fueron de algún modo provocando
ese debilitamiento si se quiere de la represión. Y lo cierto es que es una
manera de contar lo ocurrido que yo creo que tiene que ver también con el paso
de los años”.
Jozami señaló que no es la primera vez que escribe sobre la cárcel pero los
escritos anteriores contenían fundamentalmente denuncias y, posteriormente, los
testimonios en los juicios: “Durante muchos años como seguramente le pasó a la
mayoría de los compañeros que tuvieron como presos políticos, lo más importante
era obtener justicia. Vivíamos en la impunidad y entonces había que provocar la
derogación o la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final,
posibilitar que hubiera juicios. A partir del 2003 con la gran voluntad
política que manifestó Néstor Kirchner en ese momento eso se hizo posible.
Tuvimos oportunidad entonces de hacer testimonios en la justicia y en realidad
aunque yo nunca me lo planteé así parece como que hubiera sentido que después
de declarar ante la justicia ya podía tomarme la libertad si se quiere de
escribir lo mismo pero contado desde una mirada un poco personal, sin temor de
contar anécdotas que en otro contexto hubieran parecido banales”.
Otra de las características del libro es que muestra que aún en las situaciones
más difíciles, hay cosas para rescatar “y lo que yo rescato es la solidaridad
que había entre los presos. Las pequeñas anécdotas de la vida cotidiana, el
modo como encontrábamos la posibilidad de resistir en momentos en que uno podía
pensar que ya no había nada que hacer. Traté por otro lado de que no fuera un
libro que rechazara la lectura, que fuera difícil, obviamente no puede ser un
libro divertido porque no fueron años divertidos los que pasamos bajo la
dictadura pero es un libro que trata de que el lector no se sienta agobiado por
su lectura. Esto sobre todo porque pienso que estamos en una etapa que es
fundamental extender el conocimiento de lo ocurrido en aquellos años y el
debate en la sociedad argentina de lo que ha pasado en esos años”.

Massot, los medios y la justicia
Siguiendo con sus conceptos, Jozami manifestó que las políticas de memoria,
verdad y justicia son en última instancia una apuesta de futuro: “una apuesta a
que las nuevas generaciones y la sociedad argentina las va a convalidar. Y para
eso, si bien estamos muy satisfechos porque no somos pocos los que hoy estamos
comprometidos en la causa de los derechos humanos, en la lucha por la justicia,
en los trabajos de memoria pero nos parece fundamental por ejemplo acá en Bahía
Blanca o en cualquier otro lugar del país que cada vez sea más amplios los
sectores que puedan acercarse a este debate, a este mensaje, al conocimiento de
lo que ocurrió, a la posibilidad también de ir viendo cómo consolidamos estas
políticas para el futuro. Y a lo mejor el libro es una modesta contribución en
ese sentido”.
En otro orden de cosas, se le preguntó a Jozami su opinión como hombre de los
medios respecto al caso que involucra a Vicente Massot: “Me parece que el
juicio a Vicente Massot es una iniciativa muy importante en primer lugar porque
tiene que ver con la ampliación de los juicios también a las responsabilidades
civiles. Esto ya empezó en su momento con la condena a Von Wernich, el
religioso que había sido capellán de las Fuerzas Armadas, está siguiendo en
Jujuy con el procesamiento del empresario Blaquier cuya responsabilidades están
más que probadas en la represión que se hizo en el ingenio Ledesma. Y me parece
que el caso de Massot tiene que ver con un tema sobre el cual se ha dicho mucho
pero todavía hay que seguir hablando mucho más que es el de la responsabilidad
de los medios durante la dictadura. Lo que pasa con Massot aquí, esta
imputación de que tuvo que ver con la desaparición de dos delegados, ha pasado
en infinidad de empresas en toda la Argentina. Algunos casos se han esclarecido
pero la verdad que todavía es muchísimo más lo que falta por hacer. En cuanto a
la responsabilidad de los medios y de los directivos de los medios, hace
relativamente poco tiempo tuvimos una buena noticia que fue la condena del
director de la revista Para Ti por un hecho aberrante como es haber organizado
reportajes con una persona que estaba desaparecida y que en la nota aparece
como si fuera alguien que por su propia voluntad se hubiera sometido a esa
entrevista. Pero la verdad que todavía falta mucho también en ese sentido”.
Otra consulta tuvo que ver con el papel de la justicia en el sentido de si está
preparada estructuralmente para sostener los procesos que se están
desarrollando en cuanto a crímenes de lesa humanidad. “En términos muy
generales uno debería decir que el Poder judicial no ha sufrido una
transformación importante desde el comienzo de la democracia. Nosotros tuvimos
en la Argentina por ejemplo el gran estallido, la crisis de diciembre de 2001,
ese fue un acontecimiento que todavía es polémica la interpretación de lo que
pasó en esos días pero no podríamos decir que la política siguió igual después.
Mucho tuvo que ver incluso en la aparición del proceso político kirchnerista,
en el modo en como las sociedad lo acompañó también la gran convulsión que se
había producido en ese tiempo. No podríamos decir lo mismo de la justicia, ha
habido una renovación generacional, biológica natural, hay muchos jueces y muchos
fiscales sobre todo que han aparecido en el último tiempo demostrando un gran
disposición para llevar adelante estas causas por los delitos de lesa humanidad
pero recordemos que no hace tantos años por ejemplo que la propia presidenta de
la Nación, y yo lo recuerdo porque estaba presente en ese acto que se hizo en
la ex ESMA, tuvo que salir de alguna manera a interpelar al Poder Judicial
porque se había concedido la excarcelación nada menos que de Astiz y del tigre
Acosta. Que por suerte no salieron en libertad porque estaban procesados en
otra causa pero de cualquier manera hubo una sentencia de excarcelación”.
En ese sentido agregó que la justicia se ha ido adecuando a la cuestión de los
delitos de lesa humanidad con un desempeño significativo de un grupo de jueces
y fiscales “que tenemos que rescatar pero también como consecuencia de una gran
presión social. Me parece que hay que seguir avanzando en ese camino”.
Jozami se refirió además a la necesidad de una reforma judicial: “Hace dos años
creo, tal vez todavía no haga dos años, hubo un intento de hacer una reforma
judicial integral. Ese intento no prosperó, sigue siendo una asignatura
pendiente. Esto no quiere decir que el futuro proyecto de reforma judicial vaya
a ser exactamente igual al que no se aprobó en esta ocasión, probablemente haya
que seguir discutiendo algunas cosas y a lo mejor hasta que pensar mejor el
modo de plantearlo para garantizar o facilitar la posibilidad de llevar
adelante la reforma pero sí lo que está clarísimo es que esta idea de que había
un poder que estaba desvinculado de la sociedad, que no participaba de algún
modo del proceso de democratización que ha vivido la sociedad argentina, sigue
estando pendiente y entonces la reforma judicial es una tarea que
inevitablemente va a haber que abordar”.

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2014-12-09 00:00:00
Etiquetas: Sociedad.
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