Patronato de la Infancia
Cambios dentro del equipo técnico

Desde la semana pasada el Patronato de la Infancia cuenta con un nuevo
director. Casi un mes y medio después de asumir, Claudio Jacob abandonó el
cargo que es ocupado ahora por Alejandro Otero, psicólogo de la entidad.

Según explicaron los profesionales, los cambios fueron por una decisión
conjunta y de carácter estratégico para la atención de los y las menores.
Jacob no se desvinculará y continuará prestando servicios como trabajador
social.
Ambos asumieron en octubre acompañados por las trabajadoras sociales María
Cecilia Solay y Macarena Asensio y el psicólogo Martín Carlaván para
reemplazar a los comandados por Antonio López, desplazados de sus cargos
tras conocerse que ocultaron los reiterados abusos que terminaron en el
embarazo y aborto terapéutico de una niña.
El nuevo director explicó a EcoDias que el enroque “fue por una cuestión
técnica estratégica, decidida por todo el equipo técnico. No fue impuesta
de afuera, la armamos nosotros, se la presentamos a (Floreal) Gramajo, a
(Sandra) Polak y después a la Comisión Directiva, y fue aceptada”.
“La idea es la misma, continuar con la normalización, con las externaciones
para que los chicos puedan volver con sus familias, conseguir las visitas,
y si los chicos tienen que seguir en la institución que puedan ver a sus
familiares en la medida de lo posible”, señaló Otero, quien destaca el
apoyo del Servicio Zonal a cargo del lic. Floreal Gramajo.
Otro punto importante de la etapa es acompañar la transformación de la
entidad “de la megainstitución en pequeñas instituciones: hogares
convivenciales, centros de día, pero no ya esta entidad gigantesca”.

Detalles del arranque
A modo de resumen de estas escasas semanas de labor en el Patronato, Otero
detalló que “el primer abordaje que hicimos al llegar fue contactarnos con
las escuelas, fuimos a visitarlas una por una. Con la mayoría tuvimos
comunicación y empezamos a ver cuáles son las problemáticas de cada una,
cuál la de cada chico y vimos que eran muy buenos alumnos sin grandes
dificultades. En aquellos lugares donde había que colaborar y tenían
solicitudes de trabajar interdisciplinariamente lo estamos haciendo”.
En este lapso que Otero se desempeñó como psicólogo institucional observó
que “como en cualquier casa al ver cámaras por todos lados, allanamientos,
rumores, entredichos, personal y compañeros de ellos que se van, generó
mucha inestabilidad”.
“Se está trabajando mucho en intentar brindarle una nueva calma al
Patronato y a los chicos también porque es su casa. Más allá de lo que
suceda institucionalmente hay que respetar la casa de los chicos y la
fuente de trabajo de mucha gente cuya inestabilidad laboral termina
repercutiendo en los internos”, describió.
Las consultas psicológicas y fonoaudiológicas del internado aumentaron y
ante la intervención de la jueza Alicia Ramallo se lograron incorporar tres
preceptoras al plantel.
Grandes y pequeños cambios son relatados, según se acordó entre las partes,
en los informes cotidianos a las autoridades de los Servicios Zonal y
Local, a los jueces de Menores y a la Comisión Directiva.
La desgastada conducción que mantiene los criterios de la vieja ley
dictatorial de patronato, según aclaró Otero, “no se inmiscuye en las
temáticas técnicas, no opinan sobre qué chico se tiene que ir, cómo
atenderlos, quién tiene familia y quién no. Pueden opinar sobre el
funcionamiento de la institución, pueden estar de acuerdo o no porque son
la Comisión Directiva, pero no sobre los casos puntuales de cada chico o
que le conviene a cada uno”.
“Sí les damos mucho lugar en ese sentido a los preceptores que son los que
están todo el día con los chicos, opinan y tienen voz porque los escuchan
más que nosotros en este proceso”, agregó.

Orden judicial
A principios de octubre la jueza de Menores Alicia Ramallo ordenó el
traslado de una quincena de internos e internas bajo su mandato ante el
agravamiento de la crisis. Mientras avanza por ese camino, el equipo
técnico está a la espera de reunirse con la magistrada.
“Queremos encontrar el nuevo marco de la situación. Comprendemos su pedido,
ella es la responsable de los chicos y por lo tanto tiene que bregar por su
bienestar, y accionar todas las medidas que considere pertinentes”, dijo
Otero.
Por último, el psicólogo manifestó que “si podemos llegar a un acuerdo y
mejorar la situación de los chicos para que continúen en una institución
modificada, se quedarán; y si la jueza considera que no es posible, que va
más allá de la transformación, se verá. Pero trabajamos en la misma línea:
proteger los derechos de los niños, nosotros por dentro de la institución y
ella por fuera”.

“No podían continuar en el Patronato”
La jueza del Tribunal de Menores Nº 1 Alicia Ramallo, al igual que su par
del Tribunal Nº 2 Guillermo García Pereyra, pidió a principios de octubre
el traslado de los chicos y las chicas a su cargo ante la eclosión de la
situación institucional.
«Hace un año, frente a esta situación que se estaba planteando, con el
Servicio Zonal, con el lic. Gramajo, por lo menos yo con respecto a los
menores internados a mi disposición, estuvimos trabajando codo a codo para
lograr con algunos chicos su inserción familiar y para otros chiquitos
tratar de buscar algunas alternativas de alojamiento», recordó Ramallo ante
EcoDias.
La jueza admitió que no fue una tarea fácil ante la escasez de recursos y
la gravedad de «la realidad de los chicos: los últimos dos meses hubo
situaciones que los pusieron en riesgo de vida y por eso tomé la decisión
de ordenar en alguna medida -que tal vez no es la más adecuada pero
pensando en la salud psicofísica de ellos- ubicarlos en hogares
alternativos. No podían continuar más en el Patronato».
Ahora, el Ministerio de Desarrollo Social tiene un plazo determinado para
cumplir con los traslados. «Los chicos a mi disposición son 15 que han
quedado desde la época en que había 120 internados», dijo Ramallo.
Más allá del retiro masivo de menores, la magistrada opinó que «no hay que
cerrar institutos, esto es la premisa básica porque hay chicos que no
tienen familia. Entonces, pretender que un chiquito esté en un medio que no
es el adecuado como termina siendo la calle, no es así, los institutos no
deben cerrarse sino adecuarse. Con gente capacitada, con recursos
económicos, eso es lo que hay que hacer, trabajar para que los institutos
que no están en condiciones logren estarlo».
Esto teniendo en cuenta que las entidades bajo su jurisdicción están
«realmente deterioradas» tanto en lo edilicio como en sus planteles de
personal. «La crisis… es la crisis, un tema de recursos. No se ha trabajado
en eso».
Para la funcionaria judicial, Bahía Blanca necesita para la implementación
de la nueva ley de protección de derechos un instituto que se llama Centro
de Recepción: «Esto es para la detención inmediata del joven, llega a
comisaría y de ahí, hasta que se resuelva la transformación de esa
aprehensión en prisión preventiva o se le dé la libertad, esas 12 a 24
horas debe estar en un instituto de seguridad, cerrado», informó.
Ramallo sostuvo que «hoy no hay, pero tampoco quedan en comisarías, se pide
el traslado inmediato sea la hora que sea, de hecho sucedió el sábado con
una menor profugada de un instituto de máxima seguridad. Fue encontrada a
las 2.30 de la mañana y a las 4.30 estaba en una combi del servicio rumbo a
su instituto. Es difícil trabajar así».
«De todas maneras, el jueves cuando asumió la subsecretaria del Ministerio
de Desarrollo, la dra. (Cristina) Tabolaro, se comprometió ante el dr.
García Pereyra -y la dra. Olivera conmigo en una reunión que tuvimos en La
Plata- que para el 28 iba a estar adecuado algún lugar para que funcione el
centro de recepción e iba a estar disponible la unidad de traslado»,
anunció.