Pared se alquila

Quien visitara Bahía Blanca hace cinco años atrás guarda en su memoria un
recuerdo de sus calles que no se condice con la actualidad.
Progresivamente la cartelería privada fue ganando espacio en los paredones
de la ciudad.
Tenemos el recuerdo durante las elecciones de 2003 de algunas voces
bahienses que se alzaban contra la suciedad que generaban los militantes de
distintos partidos políticos con sus pintadas y pegatinas. Hoy esos
espacios de expresión parecieran haberse transformado en un pingüe negocio
que miramos sin ver y del que poco se habla.
Muchas fueron las paredes que perdimos en la ciudad de Bahía Blanca a raíz
del avance compulsivo de la cartelería publicitaria.
¿Quiénes son los que ofrecen sus paredes para el amurado de los marcos
metálicos que saturan algunos espacios? ¿Quién gana por aquellos carteles
con marcos de diferentes colores? ¿Qué rol cumple la Municipalidad en este
tema? ¿Quién controla y cuales son las normas que rigen esta actividad?
¿Qué recaudación impositiva genera este nuevo paisaje urbano?