Durante la madrugada del lunes 12 desconocidos destruyeron impunemente casi 250 tumbas en cinco sectores del cementerio local.
El hecho provocó no sólo la desolación e impotencia de las familias damnificadas, sino también deja a la luz la patética realidad de las internas políticas y policiales de la ciudad.
“Es una pelea que tienen entre ellos. Yo hice una denuncia a los veinte días de ingresar al cementerio en la fiscalía, muy completa, le fui aportando más datos al fiscal y en febrero cambié la policía que teníamos ahí adentro porque no cumplía con lo que estaba pactado. Ahora se ve que empezaron a pasar cosas extrañas”, aseguró Marcelo Caramelli, administrador de la necrópolis en referencia a la hipótesis que abonaba la idea de que los autores del atentado son un grupo de agentes resentidos por la pérdida de horas cores.
Asimismo, el funcionario confesó haber recibido amenazas “pasándome factura porque los eché y yo en realidad solicité a Massarella que me pusiera más custodia y que sea la gente del Destacamento Patagonia”.
 
“El que tenga que pagar, va a pagar”
“Es un desastre. Las responsabilidades tienen que conocerse”, aseguró por su parte el intendente Breitenstein y anunció luego la denuncia realizada en la Fiscalía por incumplimiento de los deberes de funcionario público “a quien corresponda”.
Además, destacó que “el municipio se va a hacer responsable de la reparación de las tumbas y de la seguridad de la tumba de Victoria y Horacio por contratación privada, no con la policía de la Provincia en esta instancia excepto que el ministro o el gobernador dispongan otra cosa”.
En cuanto a una supuesta relación del hecho con denuncias de su conocimiento referidas a la corrupción en la fuerza y su complicidad con los ladrones, que motivaron un encuentro entre el intendente con la cúpula policial días antes, Breitenstein manifestó que “no creo pero tampoco lo descarto” y agregó que les dio treinta días a las autoridades policiales para articular mecanismos que acaben con “la inseguridad que la ciudad está viviendo”.

Caídas
Los primeros en caer, al menos hasta el cierre de esta edición, fueron el responsable de la custodia del cementerio (sargento Costa) y su superior, titular del Destacamento Patagonia (capitán Besos). Si bien tras la visita del jefe de “la bonaerense”, inspector Daniel Rago, el martes 13, no se realizaron más cambios en la fuerza, pende de un hilo la continuidad del capitán Adrián Deón, autoridad máxima en la Comisaría Primera.