Mujeres asesinas
Mónica Grinstein Buenos Aires, Sudamericana, 2005

Al televidente asiduo no le resultarán extraños ni el título, ni el
diseño de tapa, ni el tema de este texto de Mónica Grinstein, ya que en él
se basan los guiones del programa televisivo homónimo.
Pero el lector desprevenido debería saber que se trata de catorce
relatos en el límite entre la crónica policial y la non-fiction, que la
periodista dedica a asesinatos notorios llevados a cabo por mujeres,
durante las últimas décadas en nuestro país.
Son historias notoriamente patéticas, cuyas protagonistas no sólo
tienen en común el haber matado en algún momento de sus vidas, sino el
haber tenido esperanzas en un destino mejor. Cuando la realidad les mostró
que sus esperanzas eran vanas, no pudieron aceptarlo, y -quizás por
espíritu justiciero- se rebelan en un acto fatal.
Los diferentes capítulos llevan el nombre propio de cada una de estas
mujeres, acompañado por el epíteto que la caracteriza. Así se suceden La
cocinera -uno de los casos más morbosos y escalofriantes, que combina
asesinato, descuartizamiento y posterior ingesta de la víctima-; La asesina
obstinada; La protectora; La incendiaria; La amiga -el promocionado caso de
la envenenadora Yiya Murano-; La heredera impaciente; La huérfana
emocional; La madre; La cuchillera -referido al asesinato del dibujante
Lino Palacios-; La probadora de hombres; La mujer corrosiva -un intento tan
horroroso que vale por varios homicidios- y finalmente Las brujas incautas
-tres esposas asesinas por el precio de una.
No se trata de literatura de alto vuelo, aunque el elenco de mujeres en
furia captura el interés. Grinstein evita caer en el exceso de morbo quizás
al costo de no conmover, aunque logra que el lector se sienta bueno por
comparación.
Y en vista de que la segunda temporada televisiva del unitario va bien,
seguramente habrá en breve una segunda entrega dedicada a las infractoras
del quinto mandamiento.