Mostrando los colmillos

Los vampiros llegaron para quedarse un rato largo.

Tendencia, contagio, publicidad global, todo en el mismo paquete.
Hasta hace poco las librerías y las pantallas de buena parte del mundo
estaban invadidas por magia, épica fantástica y bestiarios de las más
diversas tradiciones. Pero mientras se secaba la tinta de las últimas
novelas de Harry Potter, explotó y se diseminó la moda vampírica.
Los vampiros no son nuevos, nacieron hace siglos en las leyendas de
Europa Oriental y de allí fueron tomados por diferentes escritores y muy
especialmente por el irlandés Bram Stoker, cuyo Drácula -editado en 1897-
no ha podido ser superado en influencia y calidad literaria.
El primer vampiro cinematográfico fue Nosferatu (F. W. Murnau, 1922) y
desde allí hasta ahora ha habido cientos.
Un interés sostenido del público por estos seres hematófagos, que no
alcanza a explicar el éxito editorial de la modestísima -literariamente
hablando- novela Crepúsculo, editada en 2005, aunque la clave podría estar
en el público adolescente al que se dirige.
Los protagonistas de la saga escrita por la estadounidense Stephenie
Meyer -a Crepúsculo le siguieron Luna nueva, Eclipse y Amanecer- son un
chica “humana” de 16 años que se enamora del chico más atractivo y elusivo
de su clase, que es un vampiro.
Un romance casi imposible, rodeado de una intriga entre romántica y
terrorífica.
El primer film no se hizo esperar, el estreno en enero de este año
produjo enormes recaudaciones, y el DVD lanzado este mes es uno de los más
alquilados y vendidos.
Cifras que provocaron una reacción inmediata en los productores
cinematográficos, que mientras se está rodando Luna nueva (Chris Weitz,
2009) con el mismo elenco, han anunciado que toda la saga -Meyer tiene una
quinta novela en stand by porque parte de sus borradores fueron difundidos
sin permiso en Internet- se rodaría y estrenaría antes del final de 2011.
Así que las chicas que deliran por ver a Bella y Edward felices y
comiendo perdices -o chupándoles la sangre- por siempre, deberán esperar
menos.