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Más datos y menos vueltas

Una persona muerta por la tan propagada “inseguridad” no es un muerto cualquiera. Aunque haya ocurrido a muchos kilómetros de la ciudad, los medios masivos de comunicación se hacen eco de ese hecho. Ni los muertos por accidentes de tránsito, que son miles en el país, se llevan tanta tinta, papel y aire.
Una persona muerta por trabajar en condiciones precarias, es otra cosa. No es un muerto que llena y rebalsa las noticias policiales, es noticia efímera, sin muchas aristas con las que hacer de ella leña para el fuego de las conjeturas y suposiciones de la prensa policíaca. Ante la muerte de un trabajador en condiciones precarias, las lenguas de los especialistas en la “inseguridad” difícilmente se puedan desatar enumerando nombres de empresas, de contratistas, de responsables y de funcionarios. Sí se les desata la lengua y las plumas cuando los datos incluyen nombres y apellidos comunes, de gente común, como si fuera el rodar de un chisme de barrio.

Juan Cruz Manfredini murió a los 25 años, después de una larga agonía, el 21 de octubre pasado. Su cuerpo no soportó las consecuencias del fuego. La explosión que lo mató y el incendio fueron en el laboratorio clandestino que en la calle Cuyo 1388 funcionaba desde hacía varios años.
Manfredini trabajaba en Camin Cargo Control, una empresa cuya sede central se encuentra en Nueva Jersey, Estados Unidos, y opera en 15 países del mundo. Realiza análisis de laboratorio, inspecciones y controles de calidad para empresas petroleras, petroquímicas y de gas.
En su portal en la web la empresa menciona como una de sus misiones tener “un probado programa de recompensas positivas para elevar el rendimiento de los empleados, la eficiencia, la disciplina y la motivación”. Camin Cargo Control no tenía ninguna habilitación para funcionar en Cuyo 1388 como sede administrativa, mucho menos como laboratorio.

¿Por qué solamente en unos pocos medios locales se pudieron escuchar los nombres de las empresas con las que trabajaba esta sucursal trucha de Camin Cargo Control?

Medios a medias
Si bien el tema se trató en principio con celeridad en varios medios, incluyendo el diario más viejo de la ciudad, La Nueva Provincia, en sus notas se olvidaron de mencionar datos básicos como los nombres de las empresas contratistas. Luego, la noticia se fue diluyendo hasta que en una misma crónica informaban del estado de Juan Cruz y lo mezclaban, quizá para ahorrar papel, con el estado de un joven apuñalado por esos días.
Ni bien muerto Juan Cruz, el espacio dedicado fue menor, destinado a informar acerca de la marcha que se hizo en su nombre. Jamás el nombre de las empresas vinculadas -algunas de ellas frecuentes auspiciantes del diario y de los programas conducidos por Héctor Gay-, sólo un texto que repitieron en varias ediciones: “El joven se encontraba solo en el primer piso del dúplex, cuando se produjo una explosión, al parecer, mientras manipulaba una especie de garrafa que se utiliza para el control de calidad de gases o combustibles, en este caso del contenido de un barco amarrado en el puerto whitense”.
Si algo queda claro en este párrafo es que no ahondaron en la información. ¿Qué barco? ¿En qué muelle? ¿Solamente de un barco o había otras muestras de otras empresas? ¿Con cuáles empresas del Polo trabajaba como tercerizada esta sucursal trucha? Todas estas preguntas que se nos escapan sin mucho esfuerzo, sí se le pasaron al viejo matutino local y a otros medios.
En el medio digital Café por medio, cuyos dueños son docentes en carreras vinculadas a la comunicación, brindaron datos sobre el “accidente” sin profundizar en nombres ni responsabilidades: “Dejó de existir el joven al que le explotó una garrafa. En el Hospital Municipal, donde se encontraba internado desde el domingo pasado, murió Juan Cruz Manfredinio (SIC), de 25 años de edad, quien había sufrido graves quemaduras mientras se realizaba el control de las cargas de los buques que pasaban por Ing. White”.
Tantos buques pasan por el puerto…

Con nombres
Y fue en el programa de Luis Cano, en Radio Music, y en su sitio web, que sí se pudo escuchar y leer los dichos del padre del joven Juan Cruz, que comentó respecto del funcionamiento de la firma que en nuestra ciudad tomaban las muestras de los buques que ingresaban al puerto y que eran enviadas a Buenos Aires para su análisis, al parecer, en colectivos de líneas y que “la empresa trabajaba con TGS, Mega y Terminal Bahía Blanca, tomando muestras de fuel oil, nafta y gas propano y butano”.
Datos más que importantes para toda la ciudadanía en este mar de información.
Otro dato que tomó estado público recientemente es que el apoderado de la familia de Juan Cruz es el presidente del Concejo Deliberante de la ciudad, Marcelo Ciccola. Abogado él, no encuentra incompatibilidades entre la posibilidad de tener un cliente en su estudio jurídico y las vinculaciones que se puedan establecer en la cadena de responsabilidades que le cabe al estado municipal o provincial.

La precarización laboral mata
En un comunicado, la Central de los Trabajadores Argentinos regional Bahía Blanca-Dorrego plantea que “la tercerización laboral junto a otras formas de precarización laboral es parte de una ofensiva del capital sobre las condiciones de vida y de trabajo. El apogeo de esta ofensiva se produjo en el país durante la década menemista pero bajo los gobiernos que le sucedieron se ha mantenido la misma estructura flexibilizadora” y da cuenta de que “en Bahía Blanca las principales tercerizadoras son las empresas multinacionales petroquímicas, petroleras y del gas, y organismos estatales: en primer lugar la Municipalidad, la Universidad Nacional del Sur y el hospital Penna, entre otros”.
El término tercerizar significa que una empresa delegue en otras tareas consideradas secundarias, como mantenimiento, limpieza, vigilancia, comedor, aunque en el polo petroquímico y en el parque industrial bahienses esa práctica alcancen tareas ligadas directamente a la producción.
¿Por qué se terceriza? Según la CTA Bahía Blanca-Dorrego es para “reducir costos, aumentar las ganancias y evadir responsabilidades legales”, aunque lleve a “ponerse en riego la vida del trabajador encomendando tareas peligrosas sin tener la capacitación y la experiencia necesarias, y sin respeto por las normas de seguridad adecuadas”.
Otro objetivo tiene que ver con la división entre los trabajadores, por cuanto “muchas veces conviven en el mismo ámbito laboral trabajadores encuadrados en distintos convenios, o personal de planta con pasantes y contratados, con distintas escalas salariales y realizando tareas similares. Se busca así que las relaciones de competencia prevalezcan por sobre las relaciones de solidaridad y cooperación entre trabajadores”.
La entidad presidida por Enrique Gandolfo expuso que la consecuencia directa de la tercerización es “el disciplinamiento de todos a las formas de trabajo impuestas por las gerencias y las direcciones”.

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2010-11-11 00:00:00
Etiquetas: Bahía Blanca.
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