Miles de integrantes del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor se movilizaron ruidosamente por las calles de la Capital Federal en un nuevo capítulo de la pelea paritaria que reclama una recomposición y “dignificación” salarial. A esto se sumó, en el marco de la crisis financiera internacional, los ceses, despidos, suspensiones, recortes de horas extras o turnos de producción y adelantos de las vacaciones en algunas fábricas del país.
Allí estuvo presente el secretario general de la seccional bahiense, Carlos Moreno, quien relató a su vuelta que “más de diez mil compañeros de todo el país, sobre todo de la provincia de Buenos Aires, fuimos a la sede de Acara y de ahí al Ministerio de Trabajo para dejar planteada la preocupación por esta prolongación de la discusión salarial y, por otro lado, también defender las fuentes de trabajo de la industria automotriz”.
El reclamo salarial apunta al personal de las concesionarias que mantienen abierta su paritaria desde hace algunas semanas sin encontrar salida ante la férrea negativa de los empresarios de Acara a satisfacer, al menos con una cifra cercana, el 50% sobre un básico de 1200 pesos.
Mientras continúa la intervención de la cartera laboral instando al diálogo entre sindicalistas y concesionarios “para ver si se achica esta brecha que tenemos”, en algunas localidades se firmaron “acuerdos parciales” que rondan un 35% o 40% de incremento “para descomprimir la situación”.
“Esto marca la pauta de que no es descabellado ni imposible lo que está pidiendo Smata. En el plano local hicimos una reunión con la gente de la regional de Acara, más o menos manteniendo la misma tónica de pedir un 35% a partir del 1 de septiembre, que incluye un 10% que ya están dando a cuenta y lo único que hicieron -sin firmar ningún papel ni nada-, es pagar a la gente el viernes 7 un 15% en negro, ni a cuenta, pero esto denota que no hay voluntad de negociar”, se quejó Moreno ante EcoDias.
Al respecto, advirtió que los empresarios manifiestan que los adelantos serán supeditados al acuerdo que se logre a nivel nacional, “en total estamos en un 25%, nada más que el 15% se lo aplica a partir de octubre”.
Durante las negociaciones, aduciendo el golpe de la crisis, una de las empresas que tomó medidas inmediatas fue la General Motors (en Alvear, Santa Fe) despidiendo a casi 500 integrantes de su plantilla. La semana pasada reanudó la fabricación luego de suspender la actividad temporalmente y mandó a capacitarse al personal.
Según explicó Moreno, algunas de las decisiones del empresariado “estaban de alguna manera calculadas”. Todas las fábricas tienen un programa anual de trabajo en función del cual contratan o subcontratan personal. “Normalmente llega esta instancia del año donde a esa gente subcontratada la suspenden o la echan. Cuando programan el año que viene vuelven a tomar gente de esta manera. En algunos casos se logró que los compañeros cobren la mitad del jornal o el 75%, porque ya las fábricas tienen experiencia en que si los echan a todos el próximo año tienen que volver a tomar gente nueva y deben capacitarlos de cero”, sostuvo el gremialista.
De cualquier manera, “esto no quita reconocer que hay una crisis, sobre todo en estas fábricas porque todas dependen de afuera y en esta economía globalizada lógicamente los afecta”.
Vale resaltar que en Bahía Blanca no se ha notado dado que la actividad central pasa por la comercialización y no la fabricación o el armado de vehículos.
“Todavía hay un remanente de autos que se están vendiendo, quizás no se va a lograr la expectativa de 620.000 autos pero 600.000 seguro. Todos apostamos a que el 2009 sea un poco mejor, todos están especulando, pareciera que el país se cayó en picada”, dijo Moreno y concluyó que “si tenemos ese criterio no estamos haciendo nada para contribuir, pero nos subimos al caballito cuando nos va bien, vendemos y nada más”.