Alumnos de la ESB 319 de Villa Amaducci armaron una cooperativa
escolar que a través de la venta de pochoclos, que ellos mismos fabrican,
ayudan de manera solidaria al Hospital Penna.

Según
dice la definición emitida por la
UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) las cooperativas
escolares son sociedades de alumnos administradas por ellos mismos con el
concurso de los maestros y con vistas a actividades comunes inspiradas por un
ideal de progreso humano, basado en la ecuación moral, cívica e intelectual de
los pequeños cooperadores por medio de la gestión de la sociedad y el trabajo
de sus miembros.
Amplia ese concepto que las cooperativas escolares son pilares fundamentales
para la doctrina cooperativa ya que posibilitan que los niños y las niñas tomen
conciencia de la importancia de la solidaridad, del trabajo en equipo, del
esfuerzo y la ayuda mutua.
Detengámonos en una palabra: esfuerzo.
Subrayémosla y agreguemos a ella otras dos como son valor y sacrificio. A partir de esas tres podemos describir la
iniciativa y el trabajo que nació y se está desarrollando en una escuela de
Bahía Blanca perteneciente a una comunidad educativa con importantes
necesidades económicas y sociales.
Es la ESB 319
ubicada en Humboldt y Fournier de Villa Amaducci cuyos alumnos conformaron una
cooperativa escolar llamada “La
Pochoclera” y están orgullosos de ser la única escuela
pública de la ciudad que cuenta con una cooperativa de este tipo.
Estos chicos y chicas empezaron fabricando pochoclos de manera casera al tiempo
que ahora cuentan con una máquina pochoclera para hacerlos y después venderlos.
Con una buena parte del dinero recaudado ayudan de manera solidaria a una
institución local que ellos eligen.
En 2014, siendo los jóvenes muy criticados socialmente, estos chicos y chicas
adhieren a los principios cooperativos desde temprana edad tal como lo hicieron
los que fueron parte de las primeras experiencias de cooperativas escolares que
se dieron en Francia luego de la Primera
Guerra Mundial ante el estado lamentable en el que habían
quedado los centros educativos.
El paso del tiempo hizo que el cooperativismo avance y así también lo hizo su
pata escolar que también significa: una entidad formativa en lo humano y en lo
cívico; un ente integrante de la escuela; una experiencia pedagógica
extraordinaria; un grupo de alumnos que trabajan en común y ayudan a la
escuela, si es necesario; un laboratorio práctico de múltiples actividades y un
conjunto de interesados en los mismos objetivos.
Joaquín
Badano tiene 16 años, cursa el tercer año del secundario en la ESB 319 de Villa Amaducci y es
nada más y nada menos que el presidente de la cooperativa escolar “La Pochoclera” la cual,
por cierto, ya cuenta con número de registro por lo que se convirtió en una
cooperativa con todas las de la ley.

Darle continuidad
Semanas atrás se desarrolló en la localidad de General Alvear, provincia de
Mendoza el XVI Encuentro Nacional de Consejos de Administración de Cooperativas
y Mutuales Escolares. Hasta allí se fueron justamente los integrantes del
Consejo de Administración de “La
Pochoclera” quienes en cada encuentro de este tipo se
capacitan aún más acerca de los principios cooperativos: “En este viaje
aprendimos mucho lo que son los valores del cooperativismo”, le dijo a EcoDias
Joaquín Badano quien contó que la cooperativa que él preside se formó en el año
2012 tras la propuesta de una directora de la escuela y la conformidad de los
alumnos: “La cooperativa se forma por los alumnos y los profesores que
acompañan a los alumnos. Nosotros todos los años hacemos distintos proyectos
solidarios para ayudar a un hospital, una escuela, lo que sea. El primer
proyecto que queríamos hacer era arreglar bancos de la escuela pero en el viaje
este a Mendoza que hicimos nos dijeron que teníamos que ayudar a alguien de
afuera y vamos a ayudar para lo que necesite al Hospital Penna”.
Además, Joaquín agregó: “Teníamos que ponerle un nombre a la cooperativa, le
pusimos “La Pochoclera”
y nos pusimos a hacer pochoclos en la olla Essen y ahora hace tres semanas
Sancor Seguros nos donó una pochoclera”.
Joaquín explicó que en el encuentro realizado en Mendoza pudieron compartir su
experiencia con cooperativas escolares de otras partes del país: “Fue muy linda
experiencia, nos enseñaron, había distintos cursos, cursos de teatro, de
contabilidad, exposiciones, otras cooperativas de otras provincias hablaban de
su experiencia, fue muy lindo”.
Mirando para adelante, Joaquín habló de los objetivos de “La Pochoclera”: “Juntar
plata, hacer lo que podamos para ayudar al Hospital Penna con lo que sea y
alguna necesidad de los chicos de acá de la escuela. La plata se divide en cinco
por ciento para algún chico de acá de la escuela, cinco por ciento para comprar
libros y el resto para el proyecto”.
EcoDias le preguntó a Jacqueline Valdebenito si ella oficiaba como la docente a
cargo de los alumnos en su rol de cooperativistas, sin embargo Jacqueline
prefirió definirse simplemente como una compañera de andanzas de los chicos: “Les
damos una mano pero en realidad los que trabajan a full son ellos solitos.
Llevan, traen, venden, preparan los pochoclos. Cuando hay que acompañarlos para
alguna salida, hacer lo que es administrativo, acompañarlos, ahí siempre estoy
yo con ellos dándoles una mano pero la verdad es que los que trabajan son ellos
solitos”.
Como ya adelantábamos, la buena nueva es que “La Pochoclera” ya cuenta
con su número de registro: “Esto es nuevito en realidad, estamos estrenando
cooperativa porque se empezó en el 2012 con la inquietud de que primero la idea
de ellos era ayudar, pintar la escuela…En una sartén hasta hace poquito
haciendo pochoclos, quemándose más de una vez y de a poquito trabajando con
todo y asistiendo a los encuentros acá en Bahía Blanca. En el último encuentro
que fue el 4 de agosto en el Colegio del Solar nos dieron la novedad que
teníamos número de registro que eso es lo que nos hace una cooperativa en
serio. Así que ahora hay que hacer una serie de trámites, de gestiones administrativas
con este número de registro. Ya somos una cooperativa en serio digamos”.
Jacqueline comentó que miembros de la comisión de la cooperativa son siete pero
todos los chicos de la escuela son asociados al igual que los docentes: “Ahora
ellos estaban trabajando a full como para juntar para este viaje que estuvieron
en Mendoza y era costoso así que estuvieron trabajando muchísimo para eso. De
ahora en más, pensado en el futuro porque estos chicos egresan este año de esta
escuela porque acá no tenemos cuarto años y ellos pueden seguir ayudando por un
año más pero ya después no pueden seguir, incluso ya no van a poder estar en la
comisión. Entonces la idea es seguir trabajando con el resto de los chicos que
ahora están en primero y segundo año como para poder continuar con esto”.
En cuanto a los orígenes de “La
Pochoclera”, Jacqueline mencionó a quien fuera directora de
la escuela, Cecilia Vittori: “Estuvo dos años con nosotros y venía de hacer una
cooperativa en una escuelita en la que había trabajado ella antes. La verdad
que ella fue la que entusiasmó a los chicos, surgió la idea de hacer pochoclos
por eso el nombre de La Pochoclera. Los
chicos van trabajando, asistiendo a encuentros, conociéndose con otros chicos,
compartiendo experiencias y siguió. Este año esta directora dejó de trabajar
con nosotros, pensamos por ahí que la cosa iba a quedar ahí pero no, la verdad
que la han sacado a flote los chicos. Siguieron entusiasmados, nos pidieron
seguir así que adelante”.
En todo este proceso de trabajo y aprendizaje, Jacqueline valoró y mucho el
esfuerzo que hacen los chicos: “Acá la comunidad en su mayoría es de Stella
Marís y 9 de Noviembre y hay una minoría que son chiquitos de por acá, de
Amaducci pero la mayoría son de allá y por eso es más grande el sacrificio y
doble el esfuerzo y el valor que le damos”.
Así que nada de andar hablando de popcorn o palomitas de maíz: pochoclos,
escolares y bien cooperativistas.