Lejos de los tiroteos, delitos, violencia o las más “oscuras” historias a las que gustosamente le sacaban el jugo los medios de comunicación local, un grupo de pibes y pibas del Barrio Villa Miramar se encarga de exponer la otra cara de la vecindad en la muestra “Imágenes de Miramar” que quedó inaugurada el martes en la Sala Mallea del Instituto Cultural en altos de Alsina 41.

El trabajo presenta 40 fotografías realizadas por niños, niñas y adolescentes, de entre 10 y 15 años, que participan del Voluntariado “Revista Barrial” con la intención de retratar de manera genuina cómo perciben y sienten al barrio. Fue organizado por el Departamento de Humanidades de la UNS y la Subsecretaría de Niñez en la “Casita de Niños de Villa Miramar” (Centro de Capacitación y Promoción Comunitaria).
Tras su paso por la Casa de la Cultura, la exhibición permanecerá en la dependencia municipal de Alsina 41 altos hasta el 25 de noviembre, en el horario de 8 a 13 hs.
El proyecto fue seleccionado en el Programa Voluntario Universitario en un concurso nacional y financiado por la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación con el objetivo de integrar a los futuros profesionales universitarios con la comunidad y las organizaciones sociales. “Empezamos a fines del año pasado conociendo a algunos de los chicos del barrio”, dijo Marina, estudiante e integrante del voluntariado, y agregó que el contacto fue a través del coordinador del proyecto Cristian Toldo, la decana del Departamento de Humanidades Adriana Rodríguez, y de Mónica Gómez, directora de la Casita de Miramar.
A partir de ahí, dejaron de a ratos sus bancos en las aulas de Letras, Filosofía, Historia y Gestión Cultural, se acercaron al barrio e invitaron a los asistentes al taller a recorrer la UNS “como la institución por la que nos movemos”.
“En abril de este año ya arrancamos con la idea de hacer una revista con los chicos, que empiecen a redactar, a tratar más con la computadora para que ellos puedan hacer las notas para la futura revista y junto con ello hicimos un taller de fotografía con una fotógrafa profesional”, detalló a EcoDias.
Braian, uno de los noveles fotógrafos y anfitrión en la inauguración de la muestra, contó que “somos entre nueve y trece chicos. Primero nos enseñaron cómo sacar fotos, imprimiendo de la cámara a la computadora. A mí me gustó mucho porque aprendí bastante con los chicos, con Cristian y con los otros chicos también porque cada uno tenía su opinión y podíamos intercambiarlas para llegar a una”.
La modalidad de trabajo en cuanto a la captura de las imágenes hoy expuestas la impulsó Carla, la fotógrafa, que recorría cada semana el barrio con un participante.
“Estamos a la expectativa de ver el resultado final porque después de un año de trabajo el resultado es buenísimo, los chicos se entusiasmaron un montón y ves gente que realmente tiene muchas ganas de trabajar. Preguntan todo el tiempo, el tema de las fotos los reenganchó, y con las notas también: te das cuenta cuáles son las problemáticas que ellos ven, qué está bien, qué está mal, sin los grandes prejuicios que hay”, explicó Marina.

Rompiendo la estigmatización
“Siempre al barrio lo conocían por algún robo, por algún asesinato, siempre nos miraban con un ojo, pero creo que con la revista que vamos a sacar después de la muestra fotográfica, van a empezar a mirar al barrio con otros ojos”, se esperanzó Brian.
En el mismo sentido se manifestó el voluntario Javier: “Es una realidad distinta, tuvimos que dejar de lado muchos de los prejuicios que naturalmente teníamos porque la información hacia Villa Miramar siempre estaba cargada de una gran negatividad, se hacía hincapié en los actos delictivos y no en las instituciones y en las cosas buenas que se estaban realizando”.
Una vez que se produjo la plena integración de los estudiantes en el grupo de la Casita de Miramar, para el universitario “los chicos superaron las expectativas porque la mayoría de las fotos que ves acá son de las primeras que sacaron, es la primera vez que salieron con una cámara y hoy las tenemos en la muestra y son fotos increíbles, y las notas para mí son excelentes”.
En ellas, como repasó Brian, se puede ver “el basural, las guarderías, los jardines. Por ejemplo, una señora juntando leña, sabiendo que puede estar en su casa calentita con gas, salió a buscar laburo juntando leña. Los chicos laburando, hombres buscando cartón en los basurales”.
Como autora de algunas de las obras pegadas en las paredes de la Sala Mallea, Sandra también recibió a los visitantes de esta segunda presentación. Cómoda ya en el periodismo gráfico advirtió al cronista de EcoDias: “A mí no me gusta hablar”. Y se limitó a decir entre las sonrisas de los presentes, que realizó una nota “sobre la música del barrio, la cumbia”, con entrevista al grupo que pone ritmo a Miramar: “La Vagancia”.
“Yo estudio como los otros chicos, también tuve que dejar por la mañana porque este proyecto me gusto mucho y me enganché muchísimo con los chicos. Y ahora estamos esperando la revista”, insistió Brian.
Marina, ante tanta ansiedad, anunció que la publicación “ya está casi terminada, falta la licitación para la impresión por parte de la universidad que puede tardar no más de un mes más”.