Juan Boiardi es el presidente del Colegio de Arquitectos de nuestra ciudad. Sumándose al debate sobre el déficit habitacional señala, entre otras cuestiones, que desde el gobierno se debe ir más allá del problema en sí, vinculando el tema viviendas con la creación de empleo.

Para entender la problemática de la vivienda se debe analizar lo que ha venido pasando en las últimas décadas. Boiardi plantea una mirada histórica del tema, desde un Estado altamente movilizador en los 70, que entra en franco retroceso en los 80 y se llega a un estado ausente en los 90, “particularmente, en el área de Bahía Blanca, la vivienda como una cuestión de estado no se tomó, con lo cual se habla de un déficit de unas 6000 viviendas para el nicho de los de menores recursos”.
El tema esconde otros problemas que tienen que ver con los sectores excluidos, aquellos a los que se les imposibilita llegar a tener una casa. Pero este no sería el fin último porque no mejoraría del todo sus condiciones de vida: “Hay un estrato de la sociedad excluido de lo que se podría entender como mercado formal. Es gente que obviamente no va a calificar para un banco, tiene normalmente trabajos que no son formales, en negro. La vivienda puede llevarlos a mejores condiciones de hábitat pero tal vez no a mejores condiciones de vida. Porque la vivienda involucra servicios, urbanizaciones, un montón de variables que no están contenidas dentro de las propuestas oficiales. Entendemos que todo el trabajo social que involucra a estos sectores tiene que ir más allá de lo que es estrictamente el ámbito habitacional”.

Construir su propia casa
Una de las soluciones donde el gobierno debe apuntar, según el arquitecto, es la creación de empleo, por ejemplo a través de la autoconstrucción: “El Estado lo que tiene que hacer es tratar de instrumentar distintas herramientas. Sobre todo tiene que articular con empresas, con la gente que va a ser la adjudicataria y una de las maneras también es crear empleo. No sólo a través de empresas sino a través de autoconstrucción y distintas herramientas que pueden ser válidas. Seguramente la autoconstrucción es más compleja, necesita otro tipo de organización, mucha más asistencia social pero nos parece un buen camino en función de ir apuntalando, con capacitación a la par, en todo lo que tiene que ver con esta alimentación necesaria que necesita la industria de la construcción”.
Respecto a la capacitación de mano de obra, Boiardi la considera necesaria para la inserción en el mercado laboral y la formación de cooperativas para llevar a cabo empresas constructoras o pequeñas empresas.
En ese sentido, en el año 2001 se gestionó ante el Instituto de la Vivienda un programa de capacitación en donde primero se ocupaban de los profesionales. Las jornadas duraron cuatro meses pero todo quedó en la nada, porque “por decisiones políticas el Instituto de la Vivienda internas desafectó el programa que no se llegó nunca a concretar. Había más de 2000 proyectos no sólo de Bahía Blanca sino de toda la provincia. Por eso digo que a veces el estado tiene políticas muy erráticas y poco claras”.

Proyectos del Colegio
Cuenta su presidente que el Colegio de Arquitectos ha tenido una participación en otras comunas que no es la misma a nivel local: “El Colegio ha gestionado por caso las inspecciones del Plan Federal, cosa que acá todavía no tuvimos suerte. Se propusieron distintos prototipos de viviendas que reemplacen o se adicionen al prototipo de vivienda económico municipal. Estamos con todo el tema que tiene que ver con tierras y demás tratando de discutir con el ejecutivo cuáles serían los mejores perfiles para ser ocupados”.
Respecto a las causas que llevan a que desde el gobierno se desestimen las propuestas del Colegio, Boiardi alude al intento de buscar qué tipo de interés existe dentro de esas propuestas: “Casi siempre hay apertura por parte de los ejecutivos, no digo siempre porque muchas veces pasamos por etapas que han sido muy cerradas para con las instituciones intermedias y a veces creo que confunden la vocación que pueden tener los profesionales para con su ciudad y una cuestión de lobby profesional. No siempre se ve que es una proposición desinteresada sino que se trata de mirar bajo el tapete para ver qué tipo de intereses hay. Normalmente son propuestas de trabajo porque entendemos que a la ciudad la tenemos que hacer entre todos. Me parece que hay que bregar para que la dirigencia política entienda lo que es la participación, el conocimiento, la planificación y la diferencia entre crecimiento y desarrollo”.

Manzanas sin habitar
En la mayoría de los barrios de la ciudad existen manzanas prácticamente en desuso y sin habitar. Sobre este tema Juan Boiardi dijo que existen proyectos para esos lugares: “El tema del crecimiento de la ciudad viene atado de cómo son las infraestructuras. Es justamente lo que permite que todo lo que pasa por arriba, viviendas, industrias o cualquier uso, se puedan llevar adelante. Terrenos baldíos son tierras que potencialmente tienen un valor hasta estratégico parta los futuros crecimientos de la ciudad: que sea baldío no quiere decir que tengan que estar abandonados, pero sí es cierto que hay distintas propuestas por parte del municipio para presentar proyectos, otorgarles usos y que esos usos permitan gestionar ante los organismos estatales que son los propietarios, como el ONABE o distintos ministerios y que lleguen a manos del municipio. Esto está en camino, no son cosas que se resuelven en un corto plazo pero tiene que tener una continuidad de gestión el tiempo más allá del gobierno de turno”.