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La memoria abandonada

El jueves 4 de septiembre se cumplieron 32 años de la “Masacre de calle Catriel” donde cuatro jóvenes fueron fusilados en un operativo militar en el número 321 de esa arteria del ex Palihue Chico. Por estos hechos, el juez Alcindo Álvarez Canale procesó, entre otros genocidas, al interrogador del centro clandestino de detención “La Escuelita”, Santiago “Tío” Cruciani -hasta que la muerte y los tiempos judiciales lo beneficiaron con la impunidad de morirse sin ser juzgado- y al recientemente recapturado, Julián “Laucha” Corres.

Juan Carlos Castillo y Pablo Fornasari fueron detenidos el 25 de junio de 1976, en tránsito por la Ruta 3 sur, por una patrulla militar que aparentaba un control vehicular. Fueron conducidos al V Cuerpo de Ejército, los alojaron en el Batallón de Comunicaciones 181 y posteriormente fueron llevados a La Escuelita, donde fueron sometidos a torturas y tormentos. La camioneta en la que circulaban fue apropiada y utilizada por personal del Batallón.
Zulma Matzkin fue secuestrada el 19 de julio del mismo año. La vieron en el Batallón 181 y en el La Escuelita donde sufrió tormentos y severidades. Tres días después corrió igual suerte Manuel Mario Tarchitzki con las mismas consecuencias en el centro clandestino de detención.
El asesinato de los cuatro chicos, militantes de la Juventud Universitaria Peronista, en el año 2006 al recordarse el 30° aniversario parecía sortear el olvido cuando el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza que establecía la creación de un espacio para la Memoria en el lugar de los hechos mientras se avanzaba en el juzgamiento de los culpables.
Fue emotivo el acto de aquel año, con la participación de los familiares y compañeros de las víctimas y varios de los ediles que aceptaron la propuesta de Susana Matzkin, pero tras varias gestiones, con pequeños logros en las gestiones por la plaza, hoy ese espacio: “en vez de la plaza de la Memoria es la plaza del abandono”.
La hermana mayor de Zulma, dijo a EcoDias que el proyecto original contempla una escultura de cuatro figuras que simboliza a las cuatro víctimas unidas “porque así fue el hecho el 4 de septiembre de 1976, los cuatro estaban atados con alambre después que los fusilaron. El artista plástico entendió lo que había ocurrido y unió las cuatro figuras a través de una tela, que fue lo que pudieron ver el día del homenaje”.
El escultor es Esteban González “que está en contacto permanentemente conmigo” y con quien fue al museo FerroWhite buscando un lugar físico para poder realizar la obra. Allí, Reynaldo Merlino, autorizado por el director del Instituto Cultural Federico Weylan, les resolvió el problema inmediatamente.
“La demora de este tiempo es porque la plaza está con un deterioro absoluto y no hemos podido conseguir que la mantengan, han cortado el pasto nomás, pero por ejemplo ya el domingo habían tirado basura nuevamente, el estado en que está es patético. Yo voy todos los domingos porque consideramos que ese es el lugar para la memoria”, manifestó Susana.
Además de la escultura, el lugar cuenta con una reseña histórica -que hubo que hacer varias veces por confusión de fechas-, un montículo de tierra donde debería instalarse la figura, cuatro árboles que representan a cada uno de los jóvenes y otro grupo en memoria de los 30.000 desaparecidos.
“En realidad, es un proyecto que estamos trabajando también con Parques y Jardines, con el arq. Miglierina. Queremos hacer que la plaza ‘4 de Septiembre’ tenga un marco con todo el parque ‘Boronat’, estamos muy conformes con nuestro pequeño lugar porque es a 50 metros de donde asesinaron a los chicos. Le corresponde a la Delegación y al municipio. ¿Por qué todas las plazas están parquizadas y esa no?”, se preguntó Matzkin y agregó que el arq. Enrique Ferrari donó los planos para modificar todo el predio.
También, destacó que durante la gestión de Soledad Espina al frente de la Delegación se instaló una cañería subterránea que llevaba agua a cada arbolito, “por eso seguimos replantando y pusimos más. El jueves se cumplen 32 años, no vamos a poner más, estoy cansada de preguntar a quién tengo que hablarle para que lo arreglen”.
El actual delegado municipal del Centro, Edgardo Morán, explicó a EcoDias que la plaza “se mantiene limpia y con el pasto corto, incluso se le puso riego a los árboles pero los bándalos robaron las mangueras. No está diagramad todavía por Planeamiento Urbano qué se va a hacer, porque tienen un proyecto grande pero yo no lo puedo encarar sólo”.
“Hay un sector de la población que si tiene interés, obvio, pero en realidad en este caso somos los familiares los que tenemos que apuntalar y seguir con esta lucha que no es nada más que la plaza. Esto es por la memoria, por verdad y justicia igual que los juicios”, concluyó Susana.

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2008-09-08 00:00:00
Etiquetas: Bahía Blanca.
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