El
“dólar blue” representa un mercado pequeño donde los grandes bancos venden
ilegalmente cerca de 20 millones de dólares. El Mercado Único de Cambios comercializa
un promedio diario de 1300 millones.
El tipo de cambio es sometido a pujas constantes. En el día a día del mercado
cambiario, distintos sectores económicos pretenden aumentar la rentabilidad de
sus exportaciones o de carteras dolarizadas, mientras otros tratan de evitar
una suba de sus costos en dólares. El Banco Central hace política monetaria
mediando entre intereses contrapuestos conociendo los costos inflacionarios que
tienen las devaluaciones bruscas.
Los interesados en la suba del valor de la divisa recurren al viejo argumento
liberal del valor de equilibrio, e impacientes pretenden que el tipo de cambio
alcance ese nivel. Ahora bien, ¿cómo calculan ese valor y que referencia tienen
en cuenta?
Un día puede ser el del “dólar blue” que representa un mercado pequeño y donde
los grandes bancos venden ilegalmente cerca de 20 millones de dólares, en tanto
el Mercado Único de Cambios comercializa un promedio diario de 1300 millones,
montos que claramente muestran cuál es tipo de cambio representativo de la
economía.
Si argumentativamente el blue no alcanza, el “contado con liquidación” o
similares será la segunda opción. Se trata de una referencia que surge de
comparar cotizaciones en dólares y en pesos de instrumentos financieros
argentinos que se negocian localmente y en el exterior y cuyo nivel está
determinado por expectativas y especulación.
El más novedoso es el “dólar cobertura” llamado en un principio “dólar
convertibilidad”. Sus promotores usan una teoría arcaica que consiste en
dividir la Base monetaria sobre las Reservas Internacionales y así calculan su
nivel que, afirman, es el representativo de la divisa. En esa cuenta está
encerrado el supuesto de que la base monetaria sigue atada a las reservas y,
además, con una paridad fija en 1 a 1. Con ese artilugio proyectan el deseo de
seguir encadenando la política monetaria argentina a la estadounidense.
Si la relación base monetaria-reservas fuera válida, en los países con tipos de
cambio flexibles donde no existe intervención, el valor oficial y el de
“cobertura” deberían ser iguales pero la realidad desmiente el invento. Brasil,
por ejemplo, debería apreciar su moneda un 25%, mientras que Japón debería
devaluar un 90% para que la relación entre base monetaria y reservas se cumpla.
La libre oferta y demanda no convalida la argucia discursiva.
El deseo de desbarrancar la economía promueve inventos en materia de
“cotización de equilibrio” del dólar y ha llegado a tal intensidad que en las
últimas semanas sus autores suman las Letras del Banco Central a la base
monetaria, cuenta que les permite arribar a un valor de 20 pesos para la
divisa. Método completamente incorrecto porque suman distintos tipos de pasivos
del Banco Central.
Los defectos del razonamiento que utilizan quedan en evidencia al aplicar la
misma lógica sumando distintos tipos de activos -préstamos otorgados- que
llevan a un valor muy inferior a cualquiera de los tipos de cambio inventados y
de similar invalidez.
Olvidemos por un segundo las maniobras devaluatorias y veamos cómo proponen sus
autores llegar a un mismo valor de dólar oficial y dólar cobertura. Si la
colocación de Letras no reduce la base monetaria, la única forma que le queda
al Gobierno Nacional para hacerlo sería recuperar el superávit fiscal y ello se
logra de dos maneras. La primera es achicar el Gasto Público, decisión que en
una economía que atraviesa un momento recesivo lo profundizaría afectando la
actividad económica y por la tanto la recaudación fiscal por lo que el déficit
se incrementaría. La otra forma podría ser subir los impuestos, propuesta que
no la vamos a escuchar con la misma insistencia con que oímos la reiteración de
cotizaciones inconsistentes.
Desde hace más de 40 años, tanto la ortodoxia como la heterodoxia, coinciden en
que el dinero es endógeno a la actividad económica (aunque en Argentina los
economistas atrasen décadas sobre esto). En palabras más claras: el BCRA no
tiene control directo sobre la cantidad de dinero existente ya que los bancos
al prestar más dinero del que físicamente tienen, crean dinero; los
exportadores, al liquidar divisas, crean dinero y todo ello está en línea con
el comportamiento de la economía. Por eso vemos que en la Convertibilidad el
“dólar cobertura” jamás valió 1 peso, ya que la masa monetaria nunca estuvo
bajo completo control.
En la pulseada diaria por el tipo de cambio, nunca hay que olvidar que su valor
siempre termina siendo político.
El economista Iván Weigandi integra del
Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular (GEENaP).
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