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La ciudad que yo quiero

En el renovado escritorio luminoso con predominio de colores sobrios y sin un Quinquela en las espaldas, el recientemente elegido intendente Cristian Breitenstein se dedica a perfilar y proyectar lo que serán los próximos cuatro años de gestión. A estos años se le suman ya el tiempo desde que debiera asumir luego del bochorno institucional de la gestión del también justicialista Lopes.
El intendente electo nos recibió a días de su asunción. A continuación, parte de las reflexiones y respuestas que nos quedan de ese momento.

¿Cómo se imagina el intendente de Bahía Blanca a la ciudad de Bahía Blanca en el 2011?
Yo creo que después del proceso de reconstrucción que nos tocó llevar a cabo hace un año y medio tanto en lo que es la normalidad institucional como en la recuperación del sistema de representación política y toda una serie de demandas pendientes que gestionamos en un año y medio, creo que lo que uno se imagina dentro de cuatro años es una ciudad transformada.
Cuando digo transformada quiero decir que la agenda que viene es la agenda de la transformación. Bahía Blanca necesita hechos concretos, obras y también nuevas capacidades que se brinden dentro de la sociedad para cambiar.
Estamos elaborando un master plan que tiene que ver con la ciudad que yo quiero tener dentro de cuatro años y va a ser parte de lo que diga yo cuando asuma. Creo que hay que recuperar en ese sentido el ideal en la política, que es lo que espero como ideal para trabajar con un objetivo concreto y a partir de ahí comenzar a ver qué instrumentos o convenios me llevan a eso. El objetivo es ambicioso y obviamente uno va a trabajar para cumplirlo; si no se cumplen totalmente o se cumple parcialmente, creo que igual habremos avanzado mucho.

Concretamente, ¿qué le diría a la ciudadanía que espera para Bahía Blanca?
Desde el punto de vista de lo que es más visible, generalmente tiene que ver con la infraestructura. Tiene que ver, básicamente, con la redistribución del ingreso y la equidad, que son los servicios de agua y cloacas, pavimento, cordón cuenta, accesos y espacios públicos.
Había una gran desinversión en la ciudad. Va a ser difícil recuperarlo en cuatro años pero de alguna manera va a haber que buscar herramientas que nos permitan recuperar esa desinversión que en realidad no es gasto, sino una inversión en obra pública que tiene que ver con una mejor calidad de vida para todos.
En lo que tiene que ver con la calidad institucional, desde lo público hay mucho por hacer. También desde las entidades intermedias o las organizaciones no gubernamentales creo que hay que reconstruir ciudadanía.
Desde ese punto de vista no se puede construir una ciudad simplemente porque un dirigente tenga la voluntad de transformarla, si esa voluntad no se complementa de alguna manera con la voluntad de todos, o al menos de una mayoría, o de una dirigencia intermedia que tenga la misma voluntad. Creo que el dirigente puede tener una gran voluntad de perfección y de cambio pero tiene que estar acompañado: tiene que haber una renovación de actitudes y de conductas de la dirigencia empresarial, de la dirigencia sindical, de la dirigencia intermedia, sociedades de fomento, clubes, entidades intermedias que se hagan cargo de su propio destino por un lado, pero también que colaboren con el destino común.

Usted menciona la reconstrucción de la ciudadanía, ¿qué espacios de participación se piensa para los vecinos?
En aspectos concretos vinculados al desarrollo económico y desarrollo de la ciudad: gestión público privada, agencia de desarrollo como una cuestión de Estado con una participación empresarial, sindical y entidades intermedias, un tema público privado comprendiendo que sea todo el esquema de gestión de gobierno.
En lo que es más bien la realidad barrial, una realidad que tiene que ver con las necesidades concretas del vecino, vamos a articular un programa de descentralización y de fortalecimiento institucional. Esto tiene que ver con la creación de centros de gestiones comunales o centros de gestiones ciudadanos.
Nosotros advertimos que en Bahía hay entre sociedades de fomento, clubes, ONGs, entidades intermedias, unas 1000 instituciones vivas. En realidad, están vivas desde la infraestructura pero a veces están muertas desde la dinámica que uno pretende darles. Tienen que ser agentes de transformación, no agentes meramente de contención del tiempo libre. Está bien que la gente vaya a una sociedad de fomento a entretenerse, a pasar un día ameno, o a veces hasta jugar a las cartas, pero hay que transformarlo en agente de transformación. Y en eso me parece que se requiere reconstruir ciudadanía desde cada lugar y los programas de descentralización van a estar destinados a mejorar la estructura edilicia de cada lugar, a dotarlos de un sistema informático que les permita realizar gestiones a niveles municipales, provinciales, pero fundamentalmente a generar en el marco de una renovación dirigencial. Que logren ver el barrio desde otro lugar, ver cuáles son las preocupaciones, prioridades, presupuestos participativos, mesas de cogestión, pero fundamentalmente retomar esa identidad de lo cultural, de lo deportivo, de lo barrial, tratando de romper esa fragmentación que creo que es lo que regula hoy la vida en sociedad. Eso se rompe, honestamente, no creo que desde grandes mayorías, sino desde valores compartidos con pequeños grupos de gente que puedan retomar una identidad.
 La definición de obras, de servicios, de prioridades, lo que demanda cada barrio lo va a fijar cada barrio y en el caso de las instituciones que quieran hacerse cargo de tener una responsabilidad de gestión lo van a tener, van a tener derechos y van a tener obligaciones, nosotros nos vamos a hacer cargo y a participar conjuntamente con ellos.
Esto se piensa a corto plazo. Ya está instrumentado el programa y a partir del 10 de diciembre comenzaremos la transición que va a ser de 3 meses, 6 meses y 9 meses, plazos muy cortos para ser mera ejecución, ya no más diagnostico. Bahía está sobrediagnosticada, hay que sobreejecutarla.

Usted menciona la modalidad del presupuesto participativo, ¿de qué manera y en qué lugares se lo piensa llevar a cabo?
Lo hemos hecho con bajo perfil pero vamos a empezar sobre 2 o 3 barrios en particular y absolutamente asimétricos: Spurr, Patagonia, Palihue, Consejo Vecinal Las Villas. Tienen circunstancias barriales totalmente distintas, pero en estos barrios nosotros estamos dispuestos a reintegrar un porcentaje de tasas que cobre el municipio para que ellos mismos la gestionen, para que se hagan cargo de, por ejemplo, la recolección de ramas o de la limpieza, que en algún lugar es el única problemática que tienen; en otro lugar se harán cargo de gestionar el camión regador, la limpieza de basurales, la determinación de prioridades en obra publica, cordón cuneta, el agua, los servicios… Cada barrio tiene problemáticas distintas. La agenda la vamos a hacer conjuntamente con ellos.

¿Con qué mecánica se conformarían los centros de gestiones comunales o ciudadanos?
Básicamente, la idea es que si una sociedad de fomento, un club, una entidad barrial, tiene una infraestructura y está subutilizada, si la actividad es mínima, potenciémoslo. Vamos a ir a pintarlo, les vamos a dar la pintura para que ellos la pinten, le vamos a dar lo que necesiten para revalorizarlo, le vamos a dar el cartel de que son un centro de gestión ciudadano, le vamos a poner la computadora y las herramientas de gestión, y vamos a ir con agentes promotores del municipio a organizarlos y ayudarlos. Obviamente el estado está presente. Algunos demandarán que haya una escuelita de fútbol, otros demandarán que pase el regador más veces, otros demandarán por las ramas, otros que las infraestructuras básicas estén satisfechas. Ojalá tengamos muchos centros comunales. Vamos a empezar con programas pilotos por 3 meses y luego ampliaciones por 3 meses.

¿Considera que el control actual que realiza el CTE es lo máximo que se puede dar en cuanto a controles?
No, porque a mayor infraestructura, mejor recursos humanos y mayor remuneración, el control debería ser mejor. Dentro de la realidad que nos toca administrar creo que se han dado pasos importantes. Primero, darle una mayor autonomía al CTE, que si bien jurídicamente puede depender del intendente, desde el punto de vista de la gestión no depende, porque el intendente no le va a decir controle acá o deje de controlar allá. Tiene una autonomía de funcionamiento que la hemos hecho por un decreto que he firmado yo, eso le ha dado mayor autonomía y mayor capacidad de decisión.
Las decisiones de control no tienen que ver con una decisión política en términos de arbitrariedad o de discrecionalidad sino que es una cuestión de Estado, el control del medio ambiente se sigue como una cuestión de Estado. Le hemos dado mayores recursos, hemos jerarquizado el área. Un profesional que controla tiene que estar equiparado lo más que se pueda a la actividad privada, sino la actividad privada lo tienta y perdemos un buen recurso humano.
 
Bahía cuenta con un polo de industrias petroquímicas y a futuro Bahía será una ciudad más industrializada y más poblada. ¿No se merecería una Secretaría de Medio Ambiente?
Yo no creo que pase por el rango de la estructura administrativa sino más que todo por la capacidad de gestión que tenga ese esquema. Ascender un funcionario de subsecretario a secretario no cambia la situación, sí la remunerativa del funcionario, pero si no se mejora la estructura que está debajo…
En medio ambiente tenemos muchos aspectos, uno es el control ambiental, en eso tenemos facultades concurrentes con la provincia de Buenos Aires. Seguro que la provincia tiene que hacer un aporte importante y lo va a hacer a partir de esta estructura que se ha montado. Pero también tenemos el control de los ruidos urbanos, de las contaminaciones de industrias también son competencia nuestra, que tienen que ver con la primera categoría fundamentalmente, y hoy esa estructura no da abasto. Evidentemente aquí esta el debate que se ha dado el último año que tiene que ver con el qué hacemos. Porque por un lado se demanda un Estado más chico y más eficiente con un discurso pseudo liberal de la década del ‘90 y, por otro lado, se demanda mayor presencia del Estado.
Creo que hay que ver dónde se amplía el Estado, dónde se hace fuerte, y creo que en los roles de control, de salud, los aspectos vinculados en las zonas más sensibles ahí sí el Estado tiene que hacerse fuerte. Y se hace fuerte con recursos humanos, con gente, con presencia. Yo no quiero bancar ñoquis, no quiero bancar punteros políticos, no quiero bancar vagos… El tema es que esos recursos tienen que estar dirigidos a incorporar profesionales, gente que atienda sus problemas, y el tema medio ambiente es un problema. Si hoy no alcanzan los inspectores, pues tendremos que llamar a concurso público; pero hay que valorizar esa planta de personal e incrementarla para que los controles sean eficientes: no hay control que no pueda hacer el Estado si no es por medio de personal idóneo.

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2007-12-08 00:00:00
Etiquetas: Bahía Blanca.
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