INDUSTRIA DEL PAPEL
Del olor a huevo podrido al viaje hacia el Sur
Una periodista y bióloga finlandesa, Jaana Kanninen, que cubre temas
medioambientales hace ya más de veinte años, describe la historia y la
estrategia futura de las empresas finlandesas de celulosa y papel. Esta
nota salió publicada en el diario Pagina12 el último 21 de noviembre.
Cuando yo era niña, en los años ’50, el odioso olor a huevo podrido
formaba parte de mi vida todos los veranos. Cuando el viento venía del otro
lado del lago, donde estaban las viejas fábricas de celulosa, el olor hacía
la respiración casi imposible.
Me acuerdo también del agua clara del lago de mi juventud. Durante los
años ’60 comenzó a estar visiblemente contaminado, hasta que al final un
alga asquerosa cubrió las rocas de la playa y fue imposible nadar y
disfrutarlo. Las familias que solían pasar las vacaciones en el campo
empezaron a vender sus casitas de verano, y lo mismo hizo mi familia a
finales de la década.
Sin embargo, en la Finlandia de mi infancia, la industria forestal
tenía una posición privilegiada. El país estaba luchando contra la recesión
económica resultado de la última guerra mundial. Con los productos
forestales y los de la industria metalúrgica, Finlandia pagó la inmensa
deuda de guerra a la Unión Soviética. Los pagos representaron, en algún
momento, hasta el 16% de todos los gastos del Estado, lo que significó
grandes sacrificios para los ciudadanos comunes y corrientes.
Pero cada centavo de la deuda fue pagado. El último tren, que llevó los
productos de pago, pasó la frontera con la Unión Soviética el 18 de
septiembre de 1952.
La industria forestal era considerada la salvadora del país y por eso
se aceptaban las desventajas, que no hubieran sido toleradas a otras
industrias. En esa época no se podía criticar la industria forestal. No
había activistas protegiendo los bosques finlandeses y poniendo límites a
los ingenieros forestales, que cada vez se ponían más codiciosos. El
bienestar de Finlandia era el bienestar de la industria forestal.
El agua
El problema que causaban los desechos líquidos de la industria forestal
empezó a atraer la atención durante la década del setenta. Yo misma empecé
a estudiar el tema de conservación de aguas en el año 1974. Era una carrera
muy nueva. En la misma época la conciencia ambiental de los ciudadanos
estaba creciendo y empezaron las confrontaciones entre los ambientalistas y
la industria forestal. Esto continúa hasta la actualidad. Después se ha
trabajado bastante para recuperar la condición de las aguas, esto incluye a
los ríos, los lagos y al mar Báltico.
Todavía hay pequeñas fábricas de celulosa muy antiguas, que siguen
contaminando las aguas. Son aceptadas únicamente por políticas regionales,
para no generar desempleo. Pero la mayor parte de pasta de celulosa y papel
es producida en fábricas grandes y modernas, cuyas emisiones contaminantes
son hoy día una pequeña parte de lo que fueron anteriormente.
Desde que tengo memoria, se ha hablado de fábricas con un sistema
cerrado de circulación de agua, es decir, sin derramar desechos en los ríos
y lagos. Sin embargo, en ningún lugar del mundo se ha logrado desarrollar
una fábrica que no produzca desechos.
El cloro
Uno de los temas más discutidos es el uso del cloro en el proceso del
blanqueo de la pulpa. En Finlandia no se ha podido dejar de usar cloro.
Generalmente se aplica el blanqueo ECF (Elementary Chlorine Free), el mismo
blanqueo que Botnia va a montar en Fray Bentos, Uruguay. Este método usa
dióxido de cloro, peróxido de hidrógeno y oxígeno para blanquear la pulpa.
La única fábrica finlandesa donde se ha contado con el blanqueo sin cloro
TCF (Totally Chlorine Free, usando el oxígeno) es la de Botnia, en Rauma.
Pero incluso allí están en proceso de cambio hacia el blanqueo ECF. En
algunas fábricas se pueden usar los dos métodos.
La industria defiende el método ECF con el argumento de que exige menos
energía y madera, y por eso es más favorable para el medio ambiente. Pero
la verdadera razón puede ser el hecho de que produce una celulosa más clara
para el consumidor, que está acostumbrado al papel blanco y lujoso.
Sin embargo, en la actualidad el 4% de la celulosa producida
mundialmente se blanquea sin cloro.
El olor
Mucho tiempo será necesario para deshacerse del olor a huevo podrido.
El pestilente olor cerca de las fábricas de celulosa es causado por las
combinaciones del azufre (hidrosulfato o combinaciones orgánicas),
producidas en diferentes etapas del proceso. Se trata de detener las
emanaciones de los gases, pero se escapan fácilmente ante cualquier mal
funcionamiento del proceso. Como nuestro sentido del olfato es muy sensible
a esos olores, hasta el momento no existe una fábrica de celulosa que no
tenga, de vez en cuando, el mal olor de mis recuerdos infantiles.
Finlandia es un país con decenas de miles de lagos y con bosques
interminables.
Las áreas boscosas cubren más de 80% del territorio. A pesar de la
industria forestal intensiva, esta proporción se ha mantenido. Pero la
calidad de los bosques naturales sí ha cambiado. Casi todos ellos, tanto
los privados como los estatales, están al servicio de la industria. El
porcentaje de los bosques protegidos y parques nacionales es de entre 4 y
7% de las áreas boscosas, dependiendo del método con que se calcule. La
distribución varía de una región a otra. En el norte puede llegar a ocupar
hasta 40%, mientras que en el sur, donde vive la mayor parte de la
población, es menos de 1%.
Los ambientalistas exigen que por lo menos el 10% de los bosques sean
protegidos.
Los bosques
A nivel mundial, la legislación finlandesa está muy avanzada. Ya a
finales del siglo XIX no estaba permitido cortar ni un solo árbol sin
sembrar uno nuevo. Pero ese mismo método favoreció un crecimiento rápido
destinado al uso de la industria forestal. El pino (Pinus Sylvestris)
comenzó a ocupar cada vez más territorio en detrimento de otras especies,
resultando muchas veces casi en un monocultivo. Como consecuencia, la
diversidad boscosa se ha empobrecido significativamente. Los biólogos
informan cada año sobre nuevas especies en peligro de extinción, el 40% de
las cuales está en peligro debido a la industria forestal intensiva.
Además, la celulosa detuvo la vieja tradición de la madera: la producción
de muebles artesanales y la construcción de casas de madera fueron casi
olvidados.
Hoy en día los problemas ambientales se ven más claramente que antes.
La legislación ha sido renovada y se favorecen métodos menos dañinos. Pero
en el Norte la naturaleza se renueva muy lentamente y los errores ya
cometidos estarán presentes por largo tiempo.
¿Por qué América latina?
La industria de pasta de celulosa y papel está viviendo un cambio sin
antecedentes. La competitividad de la industria del norte está
deteriorándose con el proceso de la globalización. En su necesidad de
mejorar la competitividad, la industria está buscando mano de obra barata,
madera barata y la cercanía de los mercados. En América latina la mano de
obra es económica y el eucalipto está listo para ser cortado en menos de
diez años. En cambio, los árboles que crecen en Finlandia pueden ser
cortados sólo después de 60 o incluso 120 años. Muchos de los países del
Tercer Mundo ofrecen exoneración de impuestos, un control estatal débil y
otros beneficios para las empresas extranjeras.
Como consecuencia, en este momento las empresas finlandesas están
construyendo fábricas de celulosa en América latina y Asia. Muy conocidos
son los casos de Botnia en Uruguay y el de Stora Enso en Brasil. En Chile
no hay empresas finlandesas de celulosa, pero en las fábricas de Celulosa
Arauco y Constitución usan muchas maquinarias de la empresa finlandesa
Metso. En todos los casos las firmas finlandesas han sido fuertemente
criticadas.
Con la apertura de la industria finlandesa en los países
latinoamericanos, en Finlandia se siente en el aire la presión por cerrar
fábricas. Y no sólo en nuestro país sino en toda Europa. La empresa
suecofinlandesa Stora Enso acaba de cerrar una fábrica en Francia y otra en
Holanda. En Finlandia, en los últimos años se han cerrado parcialmente
algunas papeleras y la fábrica de UPMKymmene en Voikkaa fue clausurada
(2006).
Norte vs. Sur
La industria acaba de publicar una investigación proyectiva hasta el
2030, que refleja su propia visión sobre el futuro. Según ella, la
industria forestal no desaparece de Finlandia en su totalidad, pero sí
cambia de forma. Finlandia va a concentrarse en productos muy modernos y
desarrollados, en vez de la pulpa y el papel tradicional. Se puede leer
entre líneas que el futuro del Norte es de todo tipo de productos “high
tech” o productos “inteligentes”, de los cuales algunos ya son realidad.
Simplificando un poco, según los sueños de los empresarios finlandeses,
las fábricas de celulosa y papel se construyen en el Sur y la producción
más sofisticada se concentra en el Norte. En su estrategia actual, los
problemas medioambientales no juegan un rol importante.
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