No tengo agua. Apenas sale un hilo de agua. Hace días que no tengo agua. Elija su frase preferida y envíesela al intendente Breitenstein a su 0-800-SIN AGUA.
Pese a los filtros que se establecen en diferentes programas radiales, los llamados telefónicos de vecinos y vecinas de distintos sectores de la ciudad se centran en la preocupación por la falta de agua en sus hogares.
No se trata de un tema nuevo. El año pasado se inauguró el nombre de Crisis Hídrica tras el real descenso del Dique Paso de las Piedras. Pero el conflicto del agua siempre estuvo latente. Cuando no fue por su mala calidad en la época de Jaime Linares, ha sido por su actual escasez. En definitiva, desde años la problemática está presente y sigue sin resolverse.
Durante 2009 y comienzos de 2010 mucho fue lo que se habló desde el sector político en torno a soluciones -paliativas algunas y definitivas otras- para mejorar la provisión del líquido elemento en todos los hogares bahienses y puntaltenses. Se comenzaron obras, campañas de concientización, y sin embargo la historia vuelve a ser la misma o peor. Bahía Blanca y Punta Alta se están quedando sin agua.
Hablen con ABSA
En medio de la profunda crisis por la escasez de agua en la ciudad, EcoDias quiso conversar con algún funcionario municipal, pero no fue posible. Por caso, el secretario de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad de Bahía Blanca, ing. Rubén Valerio, ante la solicitud de una entrevista para abordar la problemática de la falta de agua y el papel del municipio en el tema, directamente planteó que contactemos a las autoridades de ABSA. Es decir, ante la posibilidad de informar o reflexionar sobre el tema agua, el gobierno de Cristian Breitenstein prefiere que sea la palabra de la empresa la que llegue a la ciudadanía.
Desde ABSA
Fue Jorge Olaizola, gerente regional de ABSA, quien sí accedió a una entrevista. Desde la empresa se comentó la situación que se vive, se habló de las obras complementarias y del difícil verano que se viene para Bahía Blanca.
Tras la venida de autoridades de la empresa y de la Provincia, Olaizola señaló que se encuentran ratificando lo que ya venían haciendo: No son cosas nuevas sino reafirmar todo aquello que tenemos previsto y sobre lo cual hemos venido trabajando ya sea en la captación de fuentes alternativas como es el arroyo Napostá, con la puesta en funcionamiento, avanzar con la ejecución de las perforaciones en la zona de Cabildo y la expectativa que todos tenemos de poder concretar a la mayor brevedad la obra del Río Colorado.
Al igual que con los proyectos de reutilización de líquidos, para el acueducto Río Colorado todavía falta mucho. Veamos cómo respondió ABSA después de lo ocurrido semanas atrás en las zonas que se quedaron sin agua: Lo que hemos hecho fue reforzar la dotación de agua al sistema: hemos pasado de manejar unos nueve mil metros cúbicos hora promedio a un valor que está oscilando alrededor de los 10.500 metros cúbicos. Es un valor bastante mayor. Con eso lo que logramos fue regularizar de algún modo la prestación del servicio.
Regularizar no es optimizar
Luego de su explicación, Olaizola aclaró que cuando habla de regularizar el servicio se trata de llevarlo a la condición anterior y no a una condición óptima, porque sabemos que aún estamos con una cantidad de agua puesta en el sistema que es muy inferior a la que se venía poniendo años atrás. Para esta época, con condiciones climáticas similares a la que tenemos ahora, poníamos en el sistema 12.000 metros cúbicos hora y hoy estamos poniendo 10.500.
Esto hace, prosiguió, que el servicio presente dificultades en algunos sectores. Sin embargo, debido a las bajas reservas del embalse, no se podría trabajar de otra manera: El embalse sigue en una condición crítica. Nosotros no planificamos de acá a tres meses sino que nos estamos planteando escenarios desfavorables para un período mucho más extenso. Lo que tenemos que asegurarnos es que el embalse pueda estar estabilizado, que pueda seguir aportando algo de agua al sistema. Si nosotros hiciéramos una extracción muy importante de agua desde el embalse, es probable que se produjera una baja en el nivel muy rápido. Si dejáramos de contar con el aporte del embalse ahí estaríamos en una condición muy difícil.
Olaizola hizo una breve reseña del problema del agua en Bahía señalando que hoy el conflicto tiene otras características que se resume directamente en la falta del recurso. Opinó que si en su momento se hubiera hecho un segundo acueducto, hoy el abastecimiento tampoco estaría garantizado. Por ello destaca las obras complementarias, como las perforaciones en Cabildo: Tenemos que considerar que es un pequeño complemento a lo que es el dique, no es algo que reemplace al dique, tiene un potencial limitado por eso es que siempre hemos apuntado hacia el Río Colorado donde el potencial que tiene es mucho mayor y puede ser el complemento ideal a Paso de las Piedras.
Mayor consumo, más problemas
Olaizola planteó que se ha fijado un modo de funcionamiento a través de un volumen de agua de 9 mil metros cúbicos hora para satisfacer las demandas mínimas de la población. A su vez, con las fuentes alternativas, se estaría haciendo una extracción del dique que no lo desestabilizaría. El tema es cuando los consumos varían: Lo que no cambia es la oferta de agua: no estuvimos trabajando a demanda sino que estuvimos trabajando con una oferta fija. Cuando la oferta es fija y hay sectores que disponen de agua e incrementan su consumo, ese incremento de consumo va en detrimento de aquellos sectores que están ubicados dentro de la red en una posición más desfavorable y que va a terminar llegándoles menos agua.
La solución sería poner más agua pero eso haría peligrar al dique: Son decisiones difíciles de tomar. Uno comprende la necesidad de la gente, el malestar que causa no tener agua pero también uno tiene la responsabilidad de preservar el embalse.
De allí la sensación de incertidumbre que se vive actualmente acerca de qué puede llegar a ocurrir en Bahía Blanca. Mientras tanto, frente a este problema de años se siguen pidiendo esfuerzos al vecino y a la vecina. El año pasado rogábamos que llueva para aumentar la capacidad del dique. Hoy no se está muy lejos de rogar que llueva para salir a la vereda con un balde en la mano: El verano va a ser difícil. Estos desequilibrios en la red vamos a tratar, de acuerdo a las instrucciones que hemos recibido, de compensar cuando haya altos consumos con incrementos acotados en la oferta de agua. No podemos liberar la red, no podemos poner los 12 mil metros cúbicos que poníamos en otro momento porque el embalse no está en condiciones de soportar una gran extracción de agua. Entonces, tenemos que ser muy racionales y pedir a aquellos vecinos que tienen un servicio normal, que nos acompañen, que sean racionales en el uso, y que sean solidarios con aquellos a los que realmente no hemos logrado darles el servicio que merecen.
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