La institución que funciona desde hace casi 25 años en calle Necochea al 600 no es la misma que antes.
Al comenzar el año fue víctima de un hecho que roza con la saña. Sufrió un incendio.
La entidad atiende a chicos con retardo mental en edad escolar. Su directora, Nancy Roldán, habló con EcoDias para describir cuáles fueron los pasos que siguieron las autoridades de la institución respecto a las necesarias reparaciones.

La Escuela 512 tiene una matrícula de 95 alumnos de sede y 92 con matrícula compartida. Los primeros cumplen horario en la escuela de 9 a 16 hs. A la mañana reciben la parte pedagógica y a la tarde los talleres preprofesionales. Desayunan, almuerzan y meriendan en la escuela.
Los integrados son los que asisten a una EGB o a un jardín de infantes y reciben el apoyo de alguno de los docentes de la 512, “a veces la maestra integradora los atiende en la escuela a la que van o puede hacer doble escolaridad donde realizan proyectos preprofesionales para que tengan una inserción laboral”, explica la directora. En la escuela trabajan 42 docentes y 6 auxiliares.

El hecho
El 1 de enero de 2007 la escuela sufrió el peor de los siniestros. Para inaugurar el año, los delincuentes que entraron -pese a que el robo no fue mayor- prendieron fuego dos aulas, dos gabinetes, y varios salones se vieron afectados por el incendio.
Entre las pérdidas materiales se cuenta “casi todo el material de los talleres, herramientas menores, caladoras y maquinarias grandes, además de un televisor, dos computadoras, un ventilador, entre otras cosas”.
“Entendemos que el incendio fue al mismo tiempo que entraron a robar y al estar aquí lleno de papeles, pintura y elementos inflamables hicieron que se prendiera fuego inmediatamente”, relata Nancy Roldán.

Las soluciones
El valor de al refacción se alzaba a $ 60.000. El Departamento de Infraestructura del Consejo Escolar presupuestó la obra y lo mandó a La Plata. Teniendo en cuenta que era enero, las gestiones empezaron en febrero. Para mediados de febrero había un ganador de la licitación que comenzaba a trabajar.
Pero los tiempos de la administración no son los mismos que los de las necesidades de los niños ya que “para el lunes 5, que empiezan las clases, el edificio no estará en incondiciones de ser utilizado. Como medida se ha hablado con la empresa para determinar qué espacios serán utilizables y cuáles no para seguridad y resguardo de los chicos, porque tenían un plazo de 45 días y empezaron a trabajar el 15 de febrero”, explicó Roldán.

Camino a la refacción
Cualquier escuela que necesite alguna reparación en sus instalaciones depende de la Dirección General de Escuelas y es a ella a quien debe remitir el pedido y la solicitud de lo que haga falta. De allí un presupuesto, luego la licitación y al fin se otorga la obra a la empresa determinada que firma un contrato donde se especifica el tiempo de obra.
“El tiempo que se tardó fue el real de toda la administración, en realidad tuvimos suerte porque fue rápido, sabemos que en algunas escuelas esto no pasa”.