Harry Potter y La Orden del Fénix

Título original: Harry Potter and the Order of the Phoenix
Dirección: David Yates
Guión: Michael Goldenberg
Fotografía: Slawomir Idziak
Montaje: Mark Day
Música: Nicholas Hooper
Origen: USA, UK – 2007
Calificación: Apta para todo público, con reservas
Intérpretes: Daniel Radclife, Rupert Grint, Emma Watson, Robbie
Coltrane, Maggie Smith, Gary Oldman, Michael Gambon, Ralph Fiennes, Alan
Rickman, Imelda Stauton

Con un millonario lanzamiento internacional -en número de salas y de
entradas vendidas- arriba la quinta aventura de aquel niño mago, hoy
devenido adolescente iracundo.
El nuevo año escolar encuentra a Harry metido en otro problema
mayúsculo. Después de enfrentar cara a cara al reencarnado Lord Voldemort y
ser testigo impotente del asesinato de uno de sus compañeros, nadie le
cree. Hasta el Ministerio de Magia lo acusa de fabulador, y casi lo
expulsan de la escuela.
Para colmo, Hogwarts está al mando de Dolores -magníficamente
interpretada por Imelda Stauton-, bruja enemiga del magnánimo Dumbledore y
casi una inquisidora.
Pero la vuelta del Maléfico, finalmente se evidencia en un ataque
frontal a Harry y sus amigos.
Convertida en una serie gótica -como paulatinamente lo han hecho las
novelas- en la que se hace imposible entender la trama sin haber visto los
anteriores filmes, la saga Potter continúa con un nuevo director. El
británico Richard Yates, que hasta el momento había desarrollado su carrera
en TV, realizó el encargo decorosamente aunque sin aportar demasiado a lo
visto, ni alcanzar el nivel de El prisionero de Azkaban (Alfonso Cuarón;
2004), hasta el momento la mejor entrega.
Pero a esta altura de la saga -este año se filma la sexta película y a
finales de julio se lanza la séptima y última novela- al espectador
entregado poco le importa hilar fino sobre detalles específicos de técnica:
lo que quiere obtener es un relativo apego a la trama de los libros y la
continuidad de los protagonistas principales. Algo que se ha obtenido con
abultados cheques para los ya creciditos Daniel Radclife, Rupert Grint y
Emma Watson.
Pero gracias a que la acción transcurre en Gran Bretaña, el cinéfilo
tiene el placer de ver a estupendos actores de esa procedencia, que
participan en roles de diferente importancia: omnipresentes como Alan
Rickman y Maggie Smith o misceláneos como David Thewlis y Helena Bonham
Carter.
Un aparte merecen la calidad de la ambientación londinense y en
Hogwarts -el castillo corresponde a la Universidad de Oxford- cada vez más
oscura, y los infaltables efectos, ya que abundan vuelos en bichos
extraños, explosiones, y variopintas apariciones espectrales.
Más de dos horas y media que no se sufren -si se tienen más de diez
años-, pero que a excepción de un par de secuencias atractivas como las
clases de defensa que imparte Harry o la vertiginosa lucha final no escapan
a la “ortodoxia Potter”.