“Bonus y Segunda Oportunidad son una nueva generación de programas de empleo asentados en la realización de prácticas de capacitación en el puesto real de trabajo”, dice en su página web la Subsecretaría de Empleo provincial y explica que se trata de una modalidad diferente de capacitación: “Se trata de capacitación remunerada en el puesto real de trabajo (prácticas laborales). No se contrapone a la capacitación tradicional (en un aula con profesor), aunque sí se complementa con ésta”.
Carlos Arrigoni, titular de la delegación local del Ministerio de Trabajo bonaerense, aseguró que en el caso del Plan Bonus, se entregan becas de “200 pesos que aporta el Estado y el resto lo aporta la empresa de la categoría inicial, para que el compañero (de entre 18 y 25 años) se capacite. La empresa no tiene que pagar absolutamente ningún aporte, la ART la cubre la Provincia, se hace el depósito en una cuenta del Banco Provincia y el compañero trabaja durante seis meses. Se capacita en esa actividad con el requerimiento de que esto no sea un subsidio o un plan que a los seis meses termina sino que el compañero termine trabajando formalmente en la actividad y que durante seis meses el empresario haya podido ahorrarse los aportes a cambio de la capacitación de un integrante de esta comunidad que va a ser insertado en el ámbito laboral”.
En cambio, el Plan Segunda Oportunidad “es para la gente mayor (de 26 años) que lamentablemente se ha quedado sin trabajo, para que también se reinserten en la actividad con el mismo régimen, ya no para capacitarse -aunque puede ser también si se insertan en una actividad nueva-, sino para que se introduzcan en la actividad laboral. También se trata de seis meses para que después la empresa los tome”, afirmó el funcionario.
Cualquier empresa del sector privado puede hacer uso de ambos planes, así como “también están destinados a nuevos proyectos productivos, actuando en estos casos como un régimen de promoción para nuevas inversiones”. Asimismo, en la mencionada web destacan que “la suma de la beca aportada por el Estado provincial y el complemento aportado por la empresa capacitadora debe representar un ingreso congruente al tipo de tarea que desarrolle el capacitando” alejándolo de esta manera de “changas” o trabajos informales “en negro”.

¿Cómo acceder a estos programas?
Hay dos formas: “A requerimiento de empresas privadas que demandan la capacitación de personal para la posterior incorporación en relación de dependencia” o “por solicitud de los propios desocupados, que deberán localizar una empresa dispuesta a capacitarlos”.
Arrigoni manifestó que estas iniciativas no son muy solicitadas en nuestra ciudad, y desde un ángulo optimista evaluó que tal vez esto “no tiene que ver con un desinterés de las empresas sino (que es así) porque han tomado directamente trabajo formal, ¿no es cierto? Esto ha tenido mucho auge en empresas que recién se han instalado, por ejemplo la industria del zapato en Chivilcoy, en Pigüe o Suárez”.