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falta la intro que explique qué es esto, cuando se hizo y demás

falta la intro que explique qué es esto, cuando se hizo y demás

Juan Carlos Castillo
“Yo al Negro (Juan Carlos Castillo) lo conocí en el 66 en la Facultad
de Ingeniería. Lleno de sueños, lleno de esperanza… y aprendí muchísimo de
él. El Negro es una de esas personas que pasan por la vida de uno y dejan
una marca muy grande.
Me parece una excelente idea este espacio de reflexión, nada mejor para
el Negro porque él reflexionaba permanentemente. Era una persona que no
necesitaba gritar para hacer saber sus fuertes convicciones, era una
persona que nos tranquilizaba, nos guiaba. Era una persona buena con todo
lo que significa la bondad, que significa lucha, que significa solidaridad,
que significa convencimiento, pelear como él lo hizo hasta sus últimos
esfuerzos por sus convicciones.
Negrito: te queremos mucho, te extrañamos mucho, nos hiciste mucha
falta, nos haces mucha falta. Ojalá seamos capaces con nuestra actitud de
cada día de recordarte como lo mereces”. (Juan Carlos Pisani (compañero de
carrera y militancia).

Pablo Fornasari
“Mi nombre es Nora y fui invitada por los organizadores de este acto
homenaje a los compañeros Manolo, Juan Carlos, Zulma y Pablo, quienes
fueron brutalmente asesinados por creer y querer un país mejor.
Tuve el placer de conocer a Pablo Fornasari, uno de los compañeros que
recordamos y homenajeamos hoy a treinta años del asesinato. Pablo entregó
su vida a los 28 años peleando por una patria justa, libre y soberana, como
solía decir.
En 1968, estábamos en segundo año de la carrera de Ciencias
Veterinarias de la Universidad de La Plata. En esa fecha, luego de una
asamblea en el Rectorado de la Universidad se decide la toma de la
Universidad. Si bien un grupo considerable no acordábamos con ello,
quedamos atrapados y pasamos a formar parte de esa larga lista de
aproximadamente 400 estudiantes que fuimos detenidos y alojados en
comisarías de la ciudad de La Plata.
Con Pablo hemos compartido horas de estudio… Se destacaba por su gran
compañerismo, por su solidaridad, por su gran sensibilidad hacia los
desprotegidos, hacia los más humildes. Era un líder natural conduciendo a
los grupos a los que pertenecía. Muy respetado y admirado.
Por todo ello, por nuestra ideología, por nuestra pasión, por nuestro
compromiso, por nuestra militancia, fuimos salvajemente reprimidos.
Innumerables compañeros torturados, asesinados, desaparecidos, exiliados,
dentro y fuera del país. Por eso el mejor homenaje que podemos y debemos
hacerle a los compañeros no es sólo recordarlos, sino continuar con sus
banderas en alto para lograr una patria en la que todos estemos incluidos,
donde nos unan las coincidencias respetando la diversidad para lograr un
país pluralista y solidario. Una patria para todos los argentinos”. (Nora
Peralta, compañera de estudios).

Zulma Raquel Matzquin
“Pensé mucho qué decir el día de hoy, si hablar únicamente de la parte
humana de Zulma o si referirme también a la militancia, y llegué a la
conclusión de que hablar únicamente de la parte humana era hablar solamente
de una parte de ella. La militancia y la parte humana es parte de una sola
persona porque los valores humanos son los que dan vida a la militancia, y
pasar por alto esa parte de la vida de Zulma, era obviar lo que le dio
sentido a su vida.
Hoy treinta años después de haber sido asesinados en este lugar, según
dice la crónica, estamos recordando a cuatro jóvenes que quisieron
transitar, como dijo San Martín, el torrente de la libertad. Y que
pretendían asegurarnos a los que vendríamos después que pudiéramos
transitarlo.
Uno de ellos fue mi tía, de la que tengo como único recuerdo, una foto
conmigo en brazos y la nostalgia de los momentos no vividos, aquellos que
nos perdimos de compartir. Los primos que no nos dio, las reuniones
familiares no compartidas, los momentos que nos faltan… y sin lugar a
dudas, lo peor de todo, es el recuerdo que tengo de la tristeza infinita de
mi abuela cada vez que recordaba el crimen de la tía Zulma.
Mi tía vive en mi memoria, en la de mi papá, en la de mi tía Susana y
mis primos. Está viva porque dejó un legado. Pero además de memoria también
tenemos la obligación de pedir justicia, de pretender la verdad. La verdad
es algo tan fuerte que es capaz de levantarse de una tumba para darle en el
rostro a los genocidas. La verdad no prescribe.
No pedimos venganza ni revancha porque creo que desde el odio no se
construye nada. Pedimos justicia porque eso es lo que hace iguales a los
hombres y les da libertad. No nos engañemos, sin justicia no hay libertad
posible”. (Lisandro Matzquin, sobrino de Zulma)

Mario Manuel Tarchitzkyn
“Manolo, en esta tarde sumamente triste, sería hermoso tenerlo aquí,
sería hermoso caminar con él y que nos hable de su gran sabiduría de la
física, del origen del mundo, de hacia dónde va el mundo, de cómo puede
terminar este mundo, física y socialmente.
Manolo era de palabras dulces, de palabras profundas, de palabras
elevadas. Manolo era complejo. Manolo hizo un gran renunciamiento en su
vida, dejó su vida académica que era brillante, era uno de los físicos más
prometedores de nuestra generación, allá por los 70… y lo dejó por la
militancia, lo dejó por su amor a los demás, por su amor hacia los pobres,
por su amor hacia los seres humanos, dejó todo.
Cuatro árboles… yo creo que es el inicio de la memoria. La memoria es
triste, tiene que ser triste. Pero también tiene la alegría de que si los
recordamos están presentes”. (Carlos Miguel, amigo de Zulma y Manolo)

Este es un acto muy importante para nosotros y también es un día muy
importante. Todo el cariño y el amor que se ha brindado en este acto,
quiere decir que nuestros queridos compañeros todavía están vivos en
nuestros corazones y en nuestro recuerdo. Estos compañeros fueron
asesinados por la dictadura cívico-militar que asoló a nuestra patria,
sembrando el terror y nuestros suelos de muertos y desaparecidos. Estos
crímenes fueron declarados de lesa humanidad.
Tenemos que reflexionar muchísimo sobre lo que nos pasó y sobre lo que
tratamos de hacer. Sobre lo que nos pasó en cuanto a nuestra militancia y a
todos esos sueños que hoy todavía siguen firmes en nuestra memoria. Es muy
importante hablar de la vida y de la vida que estos compañeros dignificaron
a cada momento. La vida propia y la de sus semejantes, aunque algunos
semejantes no dignificaron la vida como se debe.
Estos compañeros nos marcaron un camino a seguir. Nos enseñaron con su
compromiso con la vida cómo deberíamos seguir adelante. Con estas últimas
luchas, se han conseguido anular las leyes de Obediencia Debida y Punto
Final. Esto ha sido posible gracias al actual gobierno y a miles de
compañeros que militan en los organismos de derechos humanos. Todavía falta
derogar el indulto otorgado a los genocidas. De alguna manera, creo que
también es el compromiso de todos nosotros seguir luchando para que esto
sea posible. (Enrique Juan Ferrari)

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2011-10-25 10:11:13
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