A pulso de trabajo, la biblioteca Daniel Aguirre se
construye, se renueva y se suma a las actividades que integran a vecinos del
barrio Universitario, resignificando el concepto de biblioteca popular.
El año pasado cumplió 15 años de trayectoria, y si de estadísticas se
tratan podemos decir que cuenta con más de 10 mil libros que se suman a 40
títulos de revistas. “Es difícil determinar la cantidad de socios, ya que la
gente está asociada a la sociedad de fomento, pero suponemos que los que están
en actividad son alrededor de 2 mil. El socio más pequeño tiene 4 años y el más
grande, 88 años” relata Carina Zabaloy.

Sostener
“Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo
situado a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza y que salvo
excepciones cabe exactamente en el escalón”, dice Julio Cortázar en sus
Instrucciones. Y esa es la forma de llegar al corazón de la biblioteca. Desde
allí, se despliegan la sala de lectura, el salón infanto-juvenil, la hemeroteca
y la sala general, donde se atiende al público.
“La organización de la biblioteca está en manos de una subcomisión que
pertenece a la estructura comisional del club. Una de las preocupaciones del momento, es la seguridad del
lugar, por eso se están concretando tareas para colocar cámaras en el ingreso,
ya que de esta forma podremos ver a los ingresantes y evitar incidentes”. Las
donaciones, los bonos contribución y los propios servicios ofrecidos
retroalimentan económicamente a la sede cultural. “También realizamos compras y
canjes con otras bibliotecas. La participación en los Pic-Nic de las Bibliotecas fue un impulso a nuestra
actividad, nos impactó tan favorablemente que le damos continuidad en nuestras
propias instalaciones. Los visitantes pueden adquirir un libro por 5 pesos, a
modo de retribución simbólica que aporta”.

Lo que somos
La biblioteca está abierta a socios y no socios. “Ofrecemos talleres y
servicios para hacer accesible los libros a los vecinos y a quienes se
acerquen, nos definimos por el cartel de entrada. Somos una biblioteca popular,
por lo tanto, el espacio, la actividad y los bienes son para todos los que
vengan”, explica Zabaloy.
Desde la concepción de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares
(CONABIP), una biblioteca popular es una asociación creada por iniciativa de un
grupo de vecinos de una comunidad. Ofrece servicios y espacios de consulta,
expresión y desarrollo de actividades culturales, de la lectura y de extensión
bibliotecaria en forma amplia, libre y pluralista. Son dirigidas y sostenidas
principalmente por sus socios y brindan información, educación, recreación y
animación socio-cultural, por medio de una colección bibliográfica y multimedial general y abierta al público.
“Es cierto que no contamos con el aporte de CONABIP porque en su momento
no cumplimentábamos con los requisitos de personería jurídica, ahora, la
infraestructura no nos permite tener un acceso directo desde la calle, que es
uno de los nuevos requisitos. Sin embargo, hemos logrado un grado de compromiso
por parte de la sociedad de fomento y el propio barrio que nos permite seguir
adelante con las tareas que nos proponemos”.
Actualmente, se están dictando dos talleres. “Producción
de textos” cuenta con más de 15 participantes, mientras que a principios de
junio, dará comienzo “Mantenimiento para ex fumadores”. A estas propuestas, se
suman el curso de técnicas de RCP, el ciclo de cine + libros y la presentación de
editoriales y publicaciones.
“Organizamos visitas guiadas para escuelas, los de mayor asistencia son los
jardines de infantes. En menor medida, últimamente llegan escuelas primarias.
Aspiramos a redoblar el trabajo para dar a conocer la biblioteca a las escuelas
secundarias”.
Acceso a internet mediante una computadora, wi-fi para quienes lleguen con sus netbooks y fotocopiadora son los servicios que ofrece.
“Contamos con tres colaboradoras, que se encargan del armado de estadísticas,
el aprovechamiento de papeles mediante el armado de borradores, la preparación
de carteles, el forrado de cajas y el acondicionamiento de materiales. Son
aportes invalorables”. La tarea cotidiana se logra con libros y computadoras,
no solamente para consulta, llevar o traer libros, sino también insertarse y
capacitarse en un sitio que ofrece otros cursos: taller de corte y diseño,
tejido crochet, inglés para niños, portugués, japonés, italiano, taller de
memoria que se dictan en la sala de lectura.
En lo último que se cuenta se está invitando a socios y no socios a
participar del concurso Cuentos Constructivos impulsado por una empresa privada
que colabora con las bibliotecas populares de la ciudad. “De todos los trabajos
presentados seleccionaremos en jurado tres propuestas para elevar por
biblioteca. El tema es libre, no más de 7 mil caracteres de extensión, con
espacios incluidos”.
Retomando a Cortázar, para salir de la biblioteca, “basta repetir
alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera.
Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón”, antes de partir,
giramos la cabeza, acomodamos un par de libros bajo el brazo y prometemos
volver.

Biblioteca Daniel Aguirre
En honor a quien fuera el primer bibliotecario de la ciudad, está
ubicada en Uruguay 467.
Tel.: 4563161
Atiende: Lunes a jueves 15 a 19.30 hs.
Viernes 15 a 19 hs.