“Se patentaron 49.854 vehículos en agosto”, tituló Telam el miércoles pasado mientras trabajadores del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor se movilizaban por las calles céntricas, planteando sus reclamos de mejoras salariales frente a los locales de las concesionarias bahienses.

La agencia de noticias Telam difundía así los números provistos por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara), cuyo convenio está en discusión, que representan “una continuidad del ritmo de crecimiento que se viene experimentando todos los meses”, alcanzando un acumulado anual para este año de 437.704 vehículos patentados, 962.522 transferencias y casi 45.000 vehículos vendidos entre las firmas más conocidas. La meta de 620.000 unidades para fines de este año sigue en pie ante el acumulado del primer semestre de “un 13% por encima del primero de 2007”.
“Este es un convenio símbolo porque involucra a todo el país y marca un poco la cancha para la discusión de los otros, por eso la importancia”, dijo a EcoDias el secretario general de Smata local, Carlos Moreno, y agregó que el objetivo es “dignificar el salario del trabajador”.
Actualmente, la última categoría del convenio “no cumple con el salario vital y móvil” fijado en 1300 pesos y el sueldo referente -el de la máxima categoría- está en 2150 pesos. “Si se le hace el 20% de descuento queda en alrededor de 1800. Estamos diciendo que ese trabajador, que no son todos, tiene la capacitación máxima para manejar un auto de última generación, tecnificado, con computadoras, electrónica. Ese sueldo evidentemente no les cubre ni la canasta familiar”.  
En julio, representantes del Consejo Directivo Nacional del sindicato recorrieron el país informando a los trabajadores de la rama cuáles eran los puntos a plantear en la negociación. “Después se hizo una evaluación en función de las regiones, de la idiosincrasia de cada lugar y de acuerdo a las necesidades de la gente salió este petitorio del 50% de incremento”, manifestó el mecánico.
Al respecto, subrayó que si bien el número puede parecer alto “teniendo en cuenta que hoy el gobierno puso topes -en el 2006 un 19%, en 2007 un 16% y ahora se habla de un 20%-, algunos gremios lo firmaron a principios de año en esos guarismos pero hoy están viendo la necesidad de abrir nuevamente las paritarias porque evidentemente ese aumento no alcanzó. Nosotros no discutimos antes porque nuestra escala salarial vencía el 31 de agosto”.
“Creemos que el pedido es razonable y sobre todo porque se lo estamos planteando a una actividad que actualmente está en franco crecimiento. En nuestra ciudad hay una expansión muy grande de las concesionarias, han venido de otras localidades como también las hay que se han ido a instalar en otras ciudades de la provincia. Hay concesionarias que tienen representación de dobles marcas y como se da en Bahía es en todo el país”, detalló el dirigente.
La respuesta de los empresarios sostiene en parte la dificultad de aplicar un convenio en todos los puntos del país por las distintas realidades. “Sí, eso es real -contestó Moreno- pero cada uno tiene su estructura armada de acuerdo a la venta para tener su negocio porque nadie va a salir a perder plata”.
Luego de la ronda de consultas de los referentes sindicales con los delegados, se realizaron tres reuniones con Acara planteando ese 50% de aumento. Los concesionarios ofrecieron originalmente un 22% aproximadamente, “lo cual nos parece muy lejano”, y más adelante extraoficialmente aseguraron que podrían alcanzar un 30% prorrateado en un año, “lo cual también se rechazó”.
“Se hizo un plenario de secretarios generales, otro con trabajadores de Acara en Capital Federal donde se aprobó un plan de acción que comenzó el miércoles 16 con asambleas explicativas en todas las concesionarias de cómo está la negociación para que los compañeros estén al tanto. ¡Oh casualidad!, el Ministerio actuó rápidamente, más a pedido de los empresarios, y a partir del jueves tuvimos la conciliación obligatoria por 15 días hábiles”, afirmó el secretario general. 
Moreno opinó que no se tiene en cuenta que “el trabajador en la época de crisis acompañó, soportó y sufrió. Por eso hoy, en la bonanza que tiene la actividad, cuyos números publican ellos mismos, el trabajador tiene que ser parte de esa ‘sociedad’ en las ganancias”.
Por supuesto, sin condicionamientos en cuanto que “a vos te lo doy en negro, a vos sí, al otro no, sino que realmente tenga un salario digno”. La otra parte de la historia que pretenden cambiar: “Blanquear una situación que está de hecho, en muchas actividades se está pagando por afuera de lo convenido y esto produce los problemas de siempre con los aportes para la jubilación, la obra social, entre otras cosas, coartando la libertad de manejarnos como corresponde”.