El invitado

Título original: L`invité
Dirección: Laurent Bouhnik
Guión: David Pharao
Fotografía: Jean Paul Agostini
Origen: Francia – 2007
Intérpretes: Daniel Auteuil, Thierry Lhermitte, Valérie Lemercier,
Hippolyte Girardot
Calificación: Apta para todo público

La cinematografía francesa ha reflejado muchas veces los problemas de la
actualidad laboral en dramas como Nada que hacer (Marion Vernoux, 1999) o
El empleo del tiempo (Laurent Cantet, 2001), y comedias como El placard
(Francis Veber, 2001) o la presente El invitado, referida a una
circunstancia bastante común en el presente: para acceder a la dignidad del
trabajo hay que soportar humillaciones.
Gérard (Daniel Auteuil) tiene más de cincuenta años, perdió su trabajo hace
tres y finalmente está por obtener un puesto en… Indonesia. El último
requisito para su nombramiento es invitar al Sr. Pontignac, su futuro jefe,
a cenar a su casa. Un encuentro “informal” para evaluar su entorno, sus
gustos y hasta su mujer.
Qué servir, qué vestir, de qué tema hablar se convierten en decisiones
cruciales. Por suerte él y Colette (Valérie Lemercier) cuentan con la ayuda
de su vecino Alexandre (Thierry Lhermitte), un experto asesor de imagen,
pero el Sr. Pontignac tiene sus propios designios acerca del empleado
perfecto.
Comedia de enredos, está basada en una exitosa pieza de David Pharao, que
también firma el guión: su origen teatral se percibe en la locación casi
única -el departamento parisino de los protagonistas- y en una cierta
verborrea.
La dirección estuvo a cargo de Laurent Bouhnik, prácticamente un
desconocido para el público argentino y un debutante en el género de la
comedia. Y según sus palabras se animó a salir del drama porque “este guión
era la ocasión ideal para hablar de un tema grave de modo ligero, y así
llegar a muchas más personas.”
En los hechos, El invitado no pasa de ser una farsa divertida con un solo
aspecto descollante: el trío protagónico. Valérie Lemercier, como la esposa
sobrepasada por los hechos. Y muy especialmente la dupla -es su novena
colaboración en pantalla- del efectivo Thierry L’hermitte y el
multifacético Daniel Auteuil, creíble en cualquier registro.
Recomendación: no huir de la sala en cuanto comienzan los créditos finales
porque entre ellos se esconden hilarantes escenas.