Entre el 26 de septiembre y el 1 de octubre pasados se desarrolló en la
Capital Federal un evento organizado por el Instituto Nacional de Asociativismo
y Economía Social (INAES) y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación,
que incluyó la realización de tres encuentros simultáneos: el VI Congreso Federal
de la Economía Solidaria, el I Congreso de Asociativismo PyME y el I Congreso
Indoamericano de la Economía Solidaria y Asociativismo PyME.
Numerosos contingentes de cooperativistas, mutualistas y empresarios pymes
comenzaron a llegar el lunes 27 de septiembre por la tarde a Parque Norte, en
la Ciudad de Buenos Aires, mientras los preparativos, que incluían la
instalación de numerosos stands, salones y el alojamiento de más de cuatro mil
participantes del interior del país, no cesaron en ningún momento.
El cálculo de público para la jornada inicial, que incluyó una presentación
general de las jornadas, algunos excelentes números artísticos y un lunch,
superó con creces las dos mil personas.
“Se espera una fuerte afluencia para los días jueves y viernes, aunque la
cantidad de participantes irá creciendo”, preveían por entonces los
organizadores. En los pasillos del complejo de Parque Norte se pudo observar a
referentes de las principales entidades del sector, funcionarios del Gobierno
Nacional, y numerosos cooperativistas y mutualistas de base. Los saludos mutuos
de quienes se encontraban representando a diferentes regiones del país, por
momentos, hacían difícil de transitar los diferentes espacios.
Primeras palabras
El inicio oficial del encuentro fue alrededor de las 18 horas del lunes 26 con
la entonación a capella del Himno Nacional e inmediatamente hablaron Patricio
Griffin, presidente de INAES, y José Ignacio De Mendiguren, titular de la Unión
Industrial Argentina (UIA).
Ambos expositores, desde dos enfoques diferentes pero convergentes, pusieron
sobre la mesa el tema de la burguesía nacional y la posibilidad de construirla
desde el asociativismo y con un fuerte sentido de desarrollo territorial.
Griffin reconoció la convocatoria exitosa que tuvo el VI Congreso Federal de la
Economía Solidaria en su primera jornada y la atribuyó al interés existente en
todos los dirigentes cooperativos y mutuales del país, cuya masiva asistencia,
reconoció, lo dejó “sorprendido”. En cuanto a la presencia de De Mendiguren,
Griffin explicó que “tiene el sentido de incorporar la visión que venimos
compartiendo hace años. Cuando hablamos de economía solidaria hablamos de
economía, de creación de riqueza. Y siempre reivindicamos que el tejido social
de la economía solidaria se compone de trabajadores y también de pequeños
empresarios”.
“Por eso nos interesa darles un rol más
protagónico a un elemento maltratado por la misma lógica del capitalismo, que
son las pymes”, agregó el titular del INAES.
En el tramo inicial de su discurso, Griffin insistió en “el sentido de
incorporar una reivindicación: que cuando hablamos de economía solidaria
estamos hablando de economía, hablando de rentabilidad, de creación de
riquezas, con el agregado de que esa riqueza a crear se distribuye más
democráticamente, más participativamente que en otros modelos”.
A la vez de destacar que el tejido social, “el tejido productivo de la economía
solidaria se compone de trabajadores y de empresarios”, Griffin hizo un
reconocimiento a todos aquellos que vienen construyendo las bases de nuestro
país desde el siglo pasado: “No hubiera nacido el cooperativismo agrario si no
hubieran estado esos empresarios agrarios que resolvieron tomar en sus manos
las etapas más importantes del agregado de valor. En realidad, hoy la
presidenta reclama con insistencia la necesidad de agregar valor en origen, y
eso hizo el cooperativismo agrario en su formación. La incorporación de valor a
través de seguros, a través de la financiación, a través de la disputa con los
monopolios en la comercialización”.
En ese sentido, destacó la apuesta que los pequeños y medianos empresarios
hacen en la construcción “de la Argentina de hoy y de mañana: toda vez que
tienen dinero se preocupan por generar empleo sin pensar en instalar una
máquina que reemplace mano de obra”.
“Desde hace 300 años que el asociativismo de pequeñas y medianas empresas se
llama cooperativas”, concluyó ante el cerrado aplauso de la concurrencia.
A su turno, De Mendiguren agradeció la
oportunidad de poder participar del Congreso y destacó varios hitos de la
historia reciente para referirse a la pronta recuperación que vivió el país de
2003 en adelante, subrayando que “esto no se hace sin la gente, esto no se hace
sin la capacidad de los pequeños y medianos productores de todos el país”.
“Los argentinos hemos sido como cobayos de laboratorio, y probaron con nosotros
toda cosa esotérica que en ninguna parte del mundo se hubiera probado. Nos
convencían de que lo único que podíamos hacer era ser condescendientes con los
países centrales. Así terminamos en la peor noche que fue el 2001, y las
respuestas a esa crisis era que Argentina dolarizara su economía, entregara la
banca pública, etcétera. Y se nos amenazaba con que Argentina se caía del
mundo”, recordó.
“A partir del 2003 Argentina pensó por
sí misma, empezó a ver qué podía imaginarse, liberarse, crearse con su fuerza
productiva y humana, para caminar por un proceso distinto. Los resultados están
a la vista”, reivindicó De Mendiguren, enfatizando que “en Argentina no se puso
en marcha un sector, se puso en marcha todo. Su industria creció 92 por ciento,
el sector agropecuario tiene los mejores precios de su historia, en los
servicios, y esto no se logra sin los pequeños y medianos productores de todo
el país,” señaló.
Si bien su presencia no había sido anunciada, su disertación tuvo muy buena
recepción en el salón dorado del predio de Parque Norte, donde se encontraban
los principales referentes de las federaciones y confederaciones cooperativas y
mutuales. A poco menos de dos semanas de la cumbre que la UIA va a protagonizar
con sus pares brasileños para analizar la depreciación del real y las medidas
de estímulo a la industria que aplicó el gobierno de Dilma Rousseff, y
potenciar el comercio bilateral, De Mendiguren defendió el proyecto económico
nacional. “Argentina fue un país que en 2001 importaba choclo de Francia,
alimento para perros de Inglaterra, pomelos de Israel. Hoy exportamos reactores
nucleares, satélites, moda y software. Esto tenemos que defenderlo. Tenemos que
apostar a que nunca más nos convenzan de que no somos capaces y que tenemos que
comprar las recetas de los que dicen que velan por el futuro de los argentinos.
Si no lo cuidamos nosotros, nuestro futuro no lo cuida nadie”, exhortó en un
pasaje de su discurso.
La matriz económica de Argentina es hoy tenida en cuenta no solamente en la
región. En definitiva, el presidente de la UIA sostuvo que “la pequeña y
mediana empresa es el entramado que va a garantizar a la Argentina en el futuro
una base industrial, productiva, nacional, que integre además de crecer y de crecer
en valor agregado. A la PyME no se la ayuda porque es débil, se la ayuda porque
es el motor esencial de una economía como la argentina que además de crecer y
redistribuir necesita integrar el territorio nacional”.
En su discurso el empresario llamó
reiteradas veces a profundizar el cambio en la matriz productiva, generando
valor agregado en origen, es decir en la industria nacional, y a abandonar el
antiguo paradigma que veía al país como productor de materia prima para que en
el exterior se agregara valor y se comercializara el producto final. “Donde se
agrega valor es la clave de la soberanía de un país, de su desarrollo
independiente. Tenemos la posibilidad de aprovechar este momento y a través de
lo que ustedes están haciendo, ir hacia el desarrollo.”
Al mismo tiempo hizo un llamado a la unidad de las fuerzas productivas en
defensa del proyecto nacional. “Apostamos a que el salario vuelva a participar
del 50 por ciento del PBI”, aseguró, en vista de la dura negociación salarial
para el año 2012. Tampoco faltaron las referencias al sector cooperativo. “El
cooperativismo hace a la garantía de que podamos sostener un verdadero proyecto
nacional. Una de sus cualidades es que retiene el ahorro regional en la zona
donde necesitan ese crédito”.
Fuente:
Ansol.
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