Hablar de “toma” de calles o de centro sitiado por los cartoneros es una falacia.
El día lunes 26, en la manifestación de cartoneros llevada a cabo en la primera cuadra de calle Alsina, frente a la Municipalidad, el caos en el tránsito no fue ocasionado por los manifestantes, más allá de versiones aportadas desde algunos medios de prensa.
El caos en el tránsito fue ocasionado por la manera en que las fuerzas de seguridad -es decir, la policía- cortaron las calles céntricas. Si se hubieran conducido como en otras manifestaciones, en las que solamente cortan una o dos calles, los problemas para los automovilistas hubieran sido notablemente menores. Pero no. Decidieron las fuerzas de seguridad -con vaya a saber qué pedido de por medio- cortar en cruz las arterias claves que infartan el centro de la ciudad.
Con estas maniobras las acciones de corte policial fueron funcionales a los fines de quienes operan a favor de un microcentro “ordenadito” y “limpito”. Nadie habla entonces de las necesidades básicas insatisfechas, de la igualdad de oportunidades ni de la posibilidad de vivir dignamente esta vida.
Mostrar que los cartoneros ocasionan problemas o imponer la idea de la “necesidad imperiosa” de restringirles horarios y trabajo, no cambia la realidad.
Cortar muchas calles y hacer pasar gato por liebre, tampoco.