El sábado 18
de junio la gran barriada festejó 105 años junto a la Estación Rosario,
plataforma de acción cultural, y la Secretaría de Extensión y Cultura de la
Universidad Nacional del Sur. Vecinos y vecinas, colaboradores y visitantes se
animaron a un “Viva Villa Mitre”.

Los festejos se centraron en el lanzamiento de Villa Mitre 3.0 on line y la
muestra de un mapa del tamaño de una habitación, proyectos elaborados de manera
conjunta a lo largo de más de seis meses. 
“Recuperar la historia de todo el sector de Las
Villas a través de las historias personales, de los barrios que la componen.
Generar un relato histórico de las villas, de la ciudad y del país, junto con
el archivo y el proyecto de extensión de la UNS con estudiantes de las carreras
de Historia, Literatura y Geografía”, asegura Marcelo Díaz, coordinador de la
institución, que son las metas. “Con la Oficina de Intercambios de Relatos
(OIR) recopilamos entrevistas y materiales, visitando a los vecinos que nos llaman,
últimamente estuvimos en Villa Loreto”. 
Mientras tanto, Mario Ortiz del Departamento de
Humanidades apunta “la universidad pública es popular, porque debe estar en
conexión con la sociedad, para volcar sus saberes con los saberes de la
sociedad. Resulta primordial para la conformación de la historia identificar
los dispositivos ideológicos: qué se conoce y qué se deja de conocer, lograr la
articulación entre lo afectivo y lo económico”.

Las voces 
Habitar los márgenes, habitar la casa,
habitar la web son los objetivos de Villa Mitre 3.0. La página on line es un
archivo audiovisual colaborativo creado por Christian Díaz, artista
tecnológico. De estilo wiki, los vecinos podrán hacer más aportes fotográficos,
de videos, de relatos e informaciones subiéndolas desde sus hogares.
 Y en la
inauguración la voz se hace reclamo en las palabras de Carlos Marchese,
ferroviario y colaborador, que inquieta con su pregunta: “¿Por qué no tenemos
un Registro Civil? Si somos 100 mil ya, contando toda la barriada”. El relato
rescata la vuelta al perro, pedida por los vecinos al Club Villa Mitre, luego
de este paseo musicalizado, “se venían los bailes de matineé”. Una de esas
tardes conoció a un amigo que le presentó a su esposa. “A partir de 1952
contraje enlace, y esos momentos no los tengo anotados en ningún lado sino
acá”, señalándose la cabeza. Este testimonio va al rescate de quienes
comprometían y comprometen su tiempo libre en la organización de actividades
recreativas, en dar respuesta a las necesidades barriales y los intereses de
sus habitantes. 
En una tarde lluviosa, despidiendo el otoño, los
visitantes recorren la Estación Rosario con un vaso de vino caliente, canela y
azúcar y una picadita de salame y queso que va y viene. Personas de todas las
edades se sorprenden al encontrar una esquina, e incluso intercambian un “acá
vivo yo”, “y yo en este punto”. Aunque sean sitios sin marcar, la gente se
reconoce en el territorio dibujado, recorre en ese mapa del tamaño de una
habitación su barrio y sus rincones. 
Imágenes fotográficas y
filmaciones despiertan comentarios: “¿Están en Facebook?
¿Cómo se llama la página?”, pregunta una mujer de unos 60 años a una chica de
20. Parece que las barreras generacionales y tecnológicas no existen o pasaron
de moda. 

Los nuevos espacios
“Villa Mitre es un barrio tradicional de la ciudad de Bahía Blanca que
surgió a principios del siglo XX. Nació como un barrio independiente desde lo
físico y desde lo cultural del resto del ejido urbano local. Este barrio es uno
de los pocos en la ciudad que presenta una
distribución edilicia y territorial que reproduce en menor escala al centro
bahiense: posee una plaza central, una iglesia frente a ella, comercios y
bancos a su alrededor. Muestra una barrera física por la presencia de vías de
ferrocarril que necesariamente hay que cruzar para ingresar al barrio”, se reflexiona
en el espacio electrónico. Mientras la Estación Rosario aportaba su pujanza,
trabajo y la promesa de un porvenir promisorio cuando ya corría 1920. 
Marcelo Díaz certifica que “este el primer emprendimiento cultural que
pretende registrar de manera conjunta la historia de Las Villas”.
El Departamento de Humanidades de la Universidad
Nacional del Sur aporta cinco pasantes que trabajan en la recopilación de
información y en la conformación del archivo: el movimiento fabril, el
Peronismo, la memoria histórica y colectiva, la cartografía y los espacios
ocupados, las publicaciones que circulaban, el origen del Barrio Obrero. Lo
logrado en estas investigaciones será compilado en una obra, accesible a la
gente que ha colaborado, puesto que sus aportes han sido retribuidos con
billetes propios, Los Visconti, que se recibirán como pago cuando se logre la
publicación. 
Antes de dejar la Estación Rosario, nos vuelve a
impactar el mapa, la diversidad de formas representativas, una fotografía en
las que brillan camisetas de Villa Mitre en una zona caribeña, la cancha, una
miniatura es un tren que recuerda a la vieja estación, lanas de colores
representan los recorridos de las líneas de colectivo. Solamente nos dan la
certeza de que existen esas marcas, esas casas, esas historias: “Porque todo lo
que sucede, sucede en un lugar”. República, principado, nación, todo eso y más,
la ciudad de Villa Mitre es pujante, sin dudas, por su gente.