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Daniel Maidana

Me parece bueno y muy claro los criterios de los organizadores cuando plantearon un lema que es afortunadamente reversible: un camino abierto y un futuro por construir, pero también es un futuro abierto y un camino por construir.
Y también es bueno plantearnos que el punto de partida es ver qué hay detrás de lo económico: detrás de cada producto hay una persona, detrás de cada venta una familia, detrás de cada emprendimiento una comunidad.
Pero no es el punto de llegada. Porque el punto de llegada que se propone desde la economía social y solidaria es que lo que está detrás pase a estar delante, y que la persona esté por delante del producto, y que la familia esté por delante de la venta, y que la comunidad esté por delante del emprendimiento económico. Es un punto de partida importante percibir que hay vida, que hay personas detrás de los actos de la economía.
Los testimonios que hemos escuchado ratifican que es un camino abierto. Esto existe en la práctica, no es una propuesta teórica sino que es una realidad existente. También decíamos que está por construirse porque falta mucho, pero también recordar que no es un solo camino, pues la economía social tiene una diversidad de caminos: es antes que nada una economía plural. No pensemos que hay que reducirlo totalmente a los microemprendimientos, que son una parte, no el todo.
La economía social es antes que nada economía: no es un suburbio de la economía, no es un aspecto marginal, no es un aspecto fragmentario sino que se intenta disputar los sentidos sustantivos de lo económico desde un punto de vista ético y desde un punto de vista práctico, porque hay un agotamiento del mercado actual. Y la economía social apunta a pasar de una economía centrada en el lucro y motorizada por el capital, a una economía centrada en el trabajo y que apunta fundamentalmente a la persona.
Eso no sólo es posible desde el punto de vista ético sino desde el punto de vista práctico porque estamos en un punto donde hay un agotamiento y una falta de respuesta para la integración social para grandes cantidades de población, y eso a nivel mundial.

La naturaleza de lo económico
Hemos naturalizamos muchísimo a la economía como si fuera un fenómeno parecido a la botánica o la física ante lo cual lo que podemos hacer es adaptarnos porque “la economía es así, el mercado es así”. Y la economía es antes que nada una construcción social, una construcción de las personas y de las sociedades.
Ver la economía como un fenómeno de la naturaleza provoca aceptación, provoca escepticismo, provoca respuesta s individuales.
Una de las compañeras decía recién “no sólo somos microemprendedores, somos seres humanos”. Esa es una afirmación importante porque muchas veces reducimos los emprendimientos asociativos o individuales, las luchas de supervivencia de los sectores populares, como si fueran empresas en miniatura o que estuvieran llamados a ser una empresa. Estamos presos del modelo de empresa de la economía, y muy posiblemente la mayoría de estos emprendimientos no tengan ni la intención, ni las ganas, ni el horizonte de convertirse en una empresa: quieren vivir.
Entonces hay un problema muy grave de concepto, que creemos que la única manera de hacer economía es bajo el formato de la empresa capitalista, y ahí vamos mal.

Vino nuevo en odres nuevos
Están pasando muchas cosas en estos emprendimientos que están reconfigurando el modo de entender el trabajo, el modo de entender la economía y es valiosa esa mirada, aunque estamos usando palabras viejas para describir fenómenos nuevos. Hablamos de empresa, patrón, socio, cliente, y a veces las prácticas económicas en los sectores sociales exceden largamente esas categorías. Necesitamos palabras nuevas para explicar los fenómenos nuevos que están pasando en la economía y en la sociedad.
Una afirmación que vale la pena hacer es que no es una economía para los pobres. No es una economía que se reduce a los problemas de la pobreza, no es una economía pobre para la pobreza. Sí le da prioridad a los sectores con mayor vulnerabilidad social, pero ese es el punto de partida, el punto de llegada es una economía para toda la sociedad.
Está claro que el funcionamiento de la economía en general se ha convertido en una gran fábrica de pobreza. Entonces tenemos que apuntar a cerrar la fábrica, no a crear un espacio de contención del producto de esa fábrica de pobreza.
Esto incluye desde las prácticas de autogestión obrera de empresas recuperadas por sus trabajadores que fueron abandonadas por sus dueños, incluye a grandes sectores del cooperativismo fundacional que habrá que recuperar, y también incluye alternativas para las empresas capitalistas en los términos de la responsabilidad social empresaria o la economía de comunión, que muchas empresas capitalistas están intentando llevar a cabo. Es -repito- una economía plural.

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2006-09-23 00:00:00
Etiquetas: Bahía Blanca.
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