Crepúsculo

Título original: Twilight
Dirección: Catherine Hardwicke
Guión: Melissa Rossenberg
Fotografía: Elliot Davis
Música: Carter Burwell
Origen: USA – 2008
Calificación: Sólo apta para mayores de 13 años
Intérpretes: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Billy Burke, Peter
Facinelli
Fecha local de estreno: 1/1/09

En octubre de 2007 se lanzó Crepúsculo, novela debut de la estadounidense
Stephenie Meyer, y casi inmediatamente se convirtió en un fenómeno de
ventas entre las adolescentes.
Narra el romance entre un vampiro bello y bueno -por prurito de conciencia
sólo bebe sangre de animales y evita las tentadoras yugulares humanas- y
una adolescente solitaria y bastante torpe.
Literariamente apenas vale el papel en que está impresa, porque abunda en
descripciones vanas -sólo como ejemplo: cada aparición de los protagonistas
incluye una relación detallada de su ropa y peinado- escenas melosas, poca
acción y varios cabos sueltos. Pero… con un atractivo al parecer
irresistible para las teens: la recuperación de la tensión romántica
perdida con la caída de casi todos los tabúes sexuales.
La atracción de Edward Cullen hacia Bella Swan, se ve constantemente
obstaculizada -sin obstáculos pueden haber sentimientos, pasión, pero no
romanticismo- por el temor a que su sed de sangre se desate en medio del
abrazo amoroso, y termine con la vida de Bella. Y eso basta para sostener
los suspiros deseosos tanto en los protagonistas, como en el público.
Poco más de un año y millones de ediciones después, se estrena la versión
filmada por Catherine Hardwicke -que obtuvo notoriedad dirigiendo el drama
A los trece (2003)- y adaptada por Melissa Rossenberg.
Juntas han logrado un film bastante mejor que la morosa novelita original,
a fuerza de adelantar acontecimientos, convertir largas tiradas
descriptivas en imágenes bellamente fotografiadas y eliminar diálogos
almibarados.
A pesar de esta mejora el resultado final no supera el nivel medio, porque
los protagonistas principales -Robert Pattinson y Kristen Steward- son tan
bellos como deben serlas pero sus actuaciones son penosas -sólo Billy Burke
como el padre de Bella parece creíble- y el maquillaje de los vampiros da
risa en vez de causar impresión.
Por supuesto, las anteriores objeciones no impiden que las fans llenen las
salas y sollocen emocionadas en esta ocasión y en las que se vienen, ya que
la señora Meyer ha escrito tres novelas más -hasta el momento- que se
versionarán puntualmente.