En el Aula Magna que la UNS posee
en el edificio de avenida Colón 80 tuvo lugar el jueves 20 la VII Jornada
Universitaria de Entidades de la Economía Social. Tres destacados expositores
del área desarrollaron otras tantas ponencias.

Organizada
por la Asociación Intercooperativa Regional (AIR) y el Departamento de Ciencias
de la Administración de la Universidad Nacional del Sur (UNS), se llevó a cabo el
jueves 20 de octubre en nuestra ciudad la VII Jornada Universitaria de
Entidades de la Economía Social.
El evento tuvo como escenario al Aula Magna que la casa de altos estudios posee
en su edificio de Avenida Colón 80, y como oradores a tres destacados
exponentes del estudio del área: el doctor Alberto Rezzónico, por la
Universidad Nacional de La Plata, el contador Oscar Alpa, de la Universidad
Nacional de La Pampa, y el titular de la Confederación Cooperativa de la República
Argentina (Cooperar), el pringlense Ariel Guarco.

Leyes propias
Luego del recibimiento por parte de las autoridades académicas, el primero
en disertar fue Rezzónico, quien se refirió a la actual ley de Cooperativas, su
vigencia y posibles actualizaciones.
Durante el desarrollo de su ponencia, el catedrático platense apuntó a un
debate profundo antes de una eventual reforma a la legislación vigente, y
manifestó la importancia que debe tener el propio movimiento cooperativo en la
gestación del mismo.
“En este momento, no existe ningún anteproyecto de reforma integral de la Ley
de Cooperativas. Tampoco es una decisión del movimiento cooperativo el encarar,
en este momento, una actividad de carácter institucional que tienda a obtener
reformas. Más puntualmente, la comisión constituida en el seno de Cooperar para
revisar algunos aspectos de la ley y generar un conjunto de ideas que puedan
ser tenidas en cuenta al momento de efectuarse, también ha comenzado su trabajo
con la afirmación de que no es una prioridad la reforma de una ley
cooperativa”, reseñó Rezzónico.
Para el abogado, “antes de proceder a una reforma apurada, incompleta, no
estudiada, debemos tomarnos los tiempos necesarios como para hacer una profunda
reflexión. Sobre todo porque el movimiento cooperativo en la República
Argentina es muy celoso en ese sentido, y siempre ha trabajado con todas sus
fuerzas para que (a la ley) no se la modifique de cualquier manera”.
Por otra parte, recordó que aún es materia pendiente la sanción de normativas legales
específicas que tomen en cuenta a las características peculiares de cada forma
de cooperativa: las de Trabajo, las de Consumo, las de Vivienda o las de
Crédito, por caso.

Objeto de estudio
A su turno, el contador Oscar Alpa se refirió a la necesidad de una
articulación entre el sistema cooperativo y el mundo universitario, apuntando a
los tres ejes que el mismo ofrece: la extensión, de relación directa con el
sector; la investigación académica y la educación, en grado, posgrado y
pregrado.
Alpa comenzó su disertación aludiendo a las conclusiones a que se arribó luego
de desarrollada la XVII Conferencia Regional de la Alianza Cooperativa
Internacional para las Américas (ACI- Américas), que tuvo lugar en la Capital
Federal en noviembre del año pasado.
“La primera conclusión, por lo menos personal, es que existen espacios en
Argentina, donde sin embargo la participación de las universidades no es
amplia. Al contrario: es muy poca. Seguramente desde el movimiento cooperativo
también tenemos que seguir trabajando en esto de la integración con las
universidades”, opinó.
“Desde el movimiento cooperativo se dice siempre que ‘las universidades no
hacen nada’ y desde las universidades dicen ‘las cooperativas no hacen nada’.
Cada uno se pone desde su posición, y la realidad es que nadie hace nada. Por
lo tanto, la cuestión es promover los espacios de enlace e incentivar las
investigaciones conjuntas”, subrayó.
“Creo que el gran desafío es incorporar todos los conocimientos cooperativos en
cada una de las materias. Si no, es una cuestión totalmente aislada. Venimos
formando desde el punto de vista societario, de las sociedades por acciones que
cotizan en bolsa. Y luego la mayoría de los profesionales van a trabajar a
cooperativas y no a sociedad anónimas. Y por supuesto que si yo me formo para
sociedades anónimas y luego voy a una cooperativa, voy a actuar como asesor de una
sociedad anónima a pesar de ser una cooperativa”, resumió. “Recordando cosas de
la Facultad, muchas veces un profesional termina aplicando a las cooperativas
modelos que fueron hechos para sociedades anónimas. No es que esté bien o mal,
sino que estamos aplicando un modelo que no se corresponde con la economía
social. Y todo ese esfuerzo de los vecinos se termina desvirtuando cuando un
profesional los termina asesorando hacia modelos de sociedades comerciales”,
indicó.

Servicios para todos los argentinos
Finalmente, el doctor Ariel Guarco -titular de Fedecoba y Cooperar- se
refirió a la situación actual de las cooperativas de prestación de servicios
públicos, sector del que él mismo proviene.
Durante su disertación, Guarco reseñó las diferencias existentes entre empresas
del Estado, privadas y cooperativas, subrayando la identidad que existe en
estas últimas entre los usuarios y los asociados, que soportan solidariamente
las pérdidas y reinvierten los excedentes.
Además, recordó que las entidades cooperativas brindan servicios públicos en
plazas que no son cubiertas por las empresas privadas del ramo, que no
consideran rentable el suministro a pocos usuarios. “Las cooperativas de
servicio están donde nadie quiere estar”, remarcó Guarco. Esta afirmación está
en la senda de la revisión de los contratos espurios del estado en la década
menemista, del latrocinio de las empresas de servicios públicos, y que aparece
como deuda pendiente por parte del gobierno nacional de Cristina Fernández de
Kirchner.
Por otro lado, enumeró las desventajas en que por ello se ven inmersas estas
empresas sociales y detalló que, pese a ellas, la participación del costo del
servicio de energía eléctrica de prestatarios cooperativos sobre el salario
mínimo, vital y móvil se licuó seis veces. En efecto, si a principios de la
década el pago del servicio insumía a un trabajador el doce por ciento del
salario, actualmente requiere alrededor de dos puntos porcentuales del mismo.
“Mientras muchos de los costos de nuestras cooperativas se triplicaron o
cuadruplicaron, la tarifa no”, resumió.

Datos que valen
Un amplio caudal de datos volcó el titular de Cooperar, Ariel Guarco, a una
proyección en Power Point con que ilustró su disertación en la UNS.
Por caso, reveló que las cooperativas de servicios -sector al que pertenece-
representan el seis por ciento del total de cooperativas del país. Desde las
800 que funcionan en toda la Argentina, se maneja un activo que equivale al 23
por ciento del total del sector. Los ingresos de las entidades sociales que
prestan servicios públicos equivalen al 18 por ciento de los que registra el
global cooperativo. Y las inversiones que realizan, trepan al 37 por ciento
sobre el total de las empresas sociales.
Por otra parte, el noventa por ciento de los usuarios rurales del servicio
eléctrico -Ariel Guarco, además de ser presidente de Cooperar, es titular de la
Cooperativa Eléctrica de Coronel Pringles- lo reciben a través de una empresa
social.
Más de tres millones de personas reciben agua potable en sus domicilios a
partir de la acción de alguna de las 480 cooperativas del ramo. Un centenar de
empresas sociales prestan el servicio de cloacas a un millón y medio de
habitantes. Trescientas cooperativas hacen lo propio con el de
telecomunicaciones, que llega a 430 mil abonados. 58 facilitan el servicio de
gas domiciliario y 51 el de Radiodifusión.