Con instalaciones envidiables y una sala médica que, como pocas, se mantiene abierta en doble turno y hasta los sábados, la Sociedad de Fomento y Cultura del barrio Anchorena sigue en pleno avance y a punto de concretar nuevas obras para continuar brindando beneficios a los más de 1.000 socios con los que cuenta.

Una institución joven
La Sociedad de Fomento es una institución relativamente joven ya que fue fundada el 18 de agosto de 1963. Su sede está ubicada al 1600 de calle 3 de Febrero, en pleno Barrio Anchorena, que está delimitado por Agustín de Arrieta, Lainez, Matheu, Sócrates y 14 de Julio. El punto fuerte de la institución es su sala médica aunque no fue este el primer fin por el que se creó la Sociedad de Fomento.
David Gancedo, tesorero, rememora un poco la historia: “Fue fundada para conseguir la luz, el gas y todos los servicios y necesidades del barrio. La sala médica en sí, se inaugura en 1972, no porque no lo hubiéramos intentado antes sino porque no querían habilitarnos porque estaba el Policlínico cerca. Pero cuando inauguramos el edificio ya teníamos la sala armada con camillas y todo, entonces no les quedó otra y se vieron obligados a aceptarnos como sala médica”.
Por su parte, Oscar Velasco, prosecretario, cuenta que en las primeros tiempos “las comisiones se hacían en las casas de los primeros fundadores ya que no había sede, esto era todo terreno baldío y de a poquito fueron poniendo ladrillo por ladrillo. El primer presidente fue Nuncio Giambelluca mientras que otra persona importante fue Roberto Chinestra quien fue uno de los socios fundadores”. Cuando lo nombra, Gancedo agrega: “Los principales nombres que hay que resaltar son los de Rosario Castilla y Ramón Chinestra, un español y un italiano. Porque en todo momento ellos siguieron con el trabajo, hacían reuniones en lo de Chinestra, gracias a esas dos personas se consiguió que esto hoy sea una realidad”.

La sala médica
La Sociedad de Fomento cuenta con una excelente sala médica que ofrece múltiples servicios como pediatría, odontología, fonoaudiología, psicología, ginecología, etc. La sala atiende todos los días de mañana y de tarde y también los sábados hasta el mediodía, Eso habla del trabajo y la responsabilidad de sus dirigentes: “Los socios no son todos del barrio, hay gente hasta del barrio Patagonia. Hay casos de gente de fuera del barrio que se hace socio por el servicio de odontología ya que esto es todos los días. Además, en ningún sector cercano hay salas abiertas de tarde, y ni hablar un sábado”.
Cuentan Gancedo y Velasco que los socios y los profesionales que allí trabajan se encuentran muy satisfechos por la comodidad en que realizan sus labores. Y no es para menos: cuentan con una gran cantidad de consultorios y salas de espera tanto en la planta baja como en el piso superior. Incluso hoy se encuentran abocados a la construcción de dos consultorios más ya que el lugar les está resultando chico: “No hay más servicios porque no hay lugar. Eso fue algo que no hemos tenido presente, el hecho de comprar otro terreno. Por diferentes razones no se pudo hacer. Lo que sí pudimos hacer es construir arriba, donde hay dos consultorios y ahora estamos haciendo otros más y también la secretaría ya que en la actual va a haber otro consultorio. Ya no hay un metro para hacer nada más”.

“Acá hay que hacer de todo”
Así resume Velasco al trabajo diario que ellos realizan, cualquiera sea el cargo que ocupen todos hacen un poquito de cada cosa, de lo que haga falta, por ejemplo limpiar el gran salón del que disponen y gracias al cual gozan de una buena entrada económica. “El salón de fiesta nos da una gran ayuda ya que es raro el sábado que no está alquilado y la cuota social también porque tenemos una gran cantidad de asociados”, señala Gancedo, y habla finalmente del sentimiento que sienten hacia la institución: “La Sociedad de Fomento para mí es todo, estoy más acá que en mi casa, con eso le digo todo. A pesar de que uno se agarra sus regias rabietas uno sigue, para mí esto es dar vida”. Y la constancia dio sus frutos, que así continúe.