Similar al que se formó para prevenir la Gripe A, desde el ámbito de salud se constituyó un Comité de Crisis con estrategias a implementar frente a la escasez de agua en la ciudad.
Uno de los objetivos es que se priorice el abastecimiento del recurso a hospitales y centros asistenciales.

El hecho de que en algún momento se llegue a la situación de que abramos la canilla de nuestra casa y no salga agua, causa temor por las complicaciones que trae consigo: no contar con agua para tomar, para cocinar, para los inodoros, no poder bañarnos, lavar la vajilla, etc.
Es que el agua es un recurso tan básico y necesario a la vez, que la vida sin agua cuesta imaginársela. Porque no existiría.
De la cota del dique, los pozos del bajo San José y de otras posibles alternativas de abastecimiento, fuimos publicando datos e información en las páginas de EcoDias. El hecho es que el problema está y puede empeorar, por eso hay que tomar ciertos recaudos, por ejemplo, el ahorro.
Imaginemos situaciones más extremas: por ejemplo que un hospital lleno de pacientes se quede sin agua. Que un centro donde los pacientes tienen que hacerse las imprescindibles diálisis también carezca del recurso. Ahí la situación se torna gravísima.
Bahía tiene experiencia en esto de los comités de crisis. Ya pasó con la Gripe A y ahora es el turno del agua.
Es así que se formó un Comité de Crisis frente a la crisis hídrica. Y luego de una reunión, sus integrantes brindaron una conferencia de prensa donde trataron de tranquilizar a la comunidad y, a la vez, presentaron un plan de acción a desarrollar.
El lugar de encuentro fueron las oficinas de Región Sanitaria I. Allí, su titular dr. Jorge Gabbarini, el secretario de Salud bahiense Guillermo Quevedo y su par rosaleña Silvina López, el presidente de la Asociación Médica Bahía Blanca Fernando Carignano y el concejal Esteban Obiol, dieron detalles a los periodistas sobre lo planificado.
Al tomar la palabra, Quevedo hizo referencia a la crisis hídrica que vive Bahía, Coronel Rosales y toda la zona y señaló que la intención del comité es juntar los datos referentes a las necesidades existentes en el sistema de salud respecto al agua: “Poder saber cuáles son las capacidades de almacenamiento y los gastos que cada una de las instituciones públicas y privadas tienen en forma diaria y de qué forma se las va a abastecer en caso de que el abastecimiento, en algún momento, se vea en tal forma deteriorado como para tener que hacerlo de otra forma que no sea con agua de la red”.
En la reunión, informó Quevedo, se establecieron pautas a cumplir. Una de ellas, imprescindible, es convocar a la empresa prestataria del servicio ABSA “para que nos explique algún tipo de acción referida al abastecimiento de hospitales, unidades sanitarias, escuelas u algún otro centro de alojamiento de personas o de internación de enfermos. Así se podrá saber cuáles son las disposiciones que tenemos en cada uno de los sectores para hacer lo propio”.

Lejos de perjuicios a la salud
El conflicto por la falta de agua es moneda corriente en todos los medios de comunicación de Bahía. Y, como hemos dicho más de una vez, en ocasiones, cuando la información abunda, se suelen provocar estados de alarma innecesarios.
Si bien el problema existe y es grave, siempre lo mejor es tomar precauciones y sobrellevarlo con serenidad.
Quevedo intentó tranquilizar a la comunidad en este sentido: “Pese a que estamos en una emergencia hídrica estamos lejos de tener, por esta emergencia hídrica, una consecuencia para la salud de las personas. Aún la cantidad de agua abastecida en Bahía Blanca es la suficiente como para que no se vea alterada la salud de nuestra comunidad”.
Volviendo a la situación de hospitales y demás instituciones relacionadas, el comité está estudiando la realidad de cada uno de ellos acerca de sus capacidades y necesidades: “Es decir, de qué forma un centro asistencial acumula el agua para saber cuánto tiene que brindarle a la comunidad que tiene internada, a la comunidad que consulte y cuál sería el periodo de duración de esa agua que tiene”.
Quevedo aclaró que tanto hospitales como centros de diálisis, geriátricos y demás lugares similares tienen que tener prioridad de abastecimiento en cualquier momento de la crisis, agravada o no: “Se están evaluando todas las instituciones. Algunas son prioritarias por la necesidad más voluminosa de agua y otros pueden ser suplidos por acciones paralelas, pero se están evaluando todos”.
Para poder llevar a cabo esa idea se está trabajando actualmente para ver cómo proceder en caso de que haya mayor disminución del caudal. Un punto es que no haya cortes a esas instituciones: “De todas maneras la sectorización deja de lado la posibilidad de en un sector excluir algún hospital porque no hay forma de brindarle agua a un hospital cuando se corta el agua de un sector. Por eso es que estamos planificando de qué forma, si esto sucede, podemos suplir el agua que ese hospital necesita”.

Paso adelante
Lo cierto es que días después de formarse el comité, el Hospital Penna se quedó sin servicio de agua. Allí ya hubo un punto de partida para trabajar.
Por su parte, luego de la conferencia, el doctor Carignano consideró la conformación del grupo de trabajo como un paso adelante en el aspecto sanitario: “La emergencia hídrica, como bien se dijo, ya está declarada y aún no tenemos repercusión en el aspecto sanitario. Es decir, la gente no ve afectada su salud, hasta el momento, por esta restricción. Pero para curarnos con prevención, como debe ser, nosotros ya estamos reuniéndonos, vamos a pedir información a ABSA y vamos a tratar que la restricción perjudique lo menos posible”.

Entre surgentes y bidones
Semanas atrás se habló del posible abastecimiento de agua a través de bidones que se repartirían a la población bahiense. Igualmente, Quevedo planteó que esa posibilidad fue presentada por la empresa ABSA y no por el municipio. Lo que sí compete a la comuna son los surgentes a los cuales, se comentó, recurren algunas personas e incluso almacenan agua en su casa: “Para la salud podría tener algún inconveniente si no se almacena en las condiciones que corresponde y lo vamos a emitir desde este comité. Lo ideal es mantener volúmenes chicos, guardarlos en la heladera y clorados”.
Quevedo destacó que hay 485 lecturas generadas por el área de Bromatología local, trece surgentes estudiados y, salvo turbidez, han sido de agua adecuada para consumo humano.