Bueno y barato

Ola de rodajes extranjeros en el país

Hacer cine es caro, y los realizadores siempre han buscado bajar
costos. Una manera de hacerlo es filmar en territorios con exenciones
impositivas -como Canadá- o más accesibles por razones cambiarias.
En los sesenta y setenta el edén cinematográfico fue España; desde los
ochenta los países de Europa del Este, en especial la desaparecida
Checoslovaquia. En el presente Bulgaria, pero Argentina ya compite como
candidata a locución favorita.
Los productores son cautivados por los costos, los paisajes, el
parecido arquitectónico de ciertas zonas -principalmente de Capital- con
París o New York, los extras y actores tan “latinos” o europeos como se
necesite, y especialmente la capacitación de los técnicos y la tradición
cinematográfica local.
Los pioneros en venir fueron los publicistas, pero ya abundan los
directores de largos -que dejan parte de sus abultados presupuestos aquí-,
entre ellos algunos famosos.
Como ejemplo: durante enero y febrero James Ivory se aisló -con un
reparto estelar encabezado por Anthony Hopkins, Laura Linney y Charlotte
Gainsbourg- en varias estancias de la provincia de Buenos Aires. Allí rodó
The City of Your Final Destination, y afirmó haber encontrado “técnicos no
sólo de gran profesionalismo, sino que además aman y conocen el cine. Sólo
vi algo similar cuando rodamos en Francia. Ustedes tienen una excelente
base para armar una industria capaz de recibir muchas producciones
extranjeras de importancia”.
Y recientemente, un aporteñado Francis Ford Coppola anunció la
filmación de Tetro, drama familiar sobre la inmigración italiana de
principios del siglo XX, protagonizado por Matt Dillon.