Como tantas otras, la obra social de los telefónicos atraviesa la crisis económica no sin dificultades. Con todo, trabaja y logra el objetivo de asegurarle al afiliado los cuidados para su salud.

Hoy miembro de la Obra Social para el Personal de las Telecomunicaciones a nivel nacional, Adolfo Arzeno tiene sus orígenes muy arraigados al gremio de los trabajadores telefónicos de Bahía Blanca: “La obra social se compone de un directorio del cual hay un presidente y cuatro directores. Yo soy uno de esos directores”, cuenta a EcoDias señalando con orgullo que pese a las condiciones económicas actuales, se cumple con el objetivo de cuidar la salud de cada afiliado: “Todas las obras sociales están regidas por la Superintendencia (de Salud), y está lo que nosotros llamamos el Plan Médico Obligatorio que son las bases para cumplimentar lo que el afiliado necesita. Es una resolución que sale de la Ley 23.360 donde vos tenés que cumplir todo eso. En caso de que no lo cumplas, el afiliado tiene todos los canales abiertos para reclamar. Nosotros estamos cumpliendo y por arriba de eso porque tenemos algún otro tipo de cobertura como, por ejemplo, para los nacimientos que están fuera del marco, dando pañales, leche, entre otras cosas”.
A nivel nacional, la obra social cuenta con 70 mil afiliados. Arzeno destaca que la cobertura podría ser mayor si se analizan algunas cuestiones que tienen que ver con el momento crítico que vive la mayoría de las obras sociales: “Convengamos que nuestra obra social arrancó cuando era de ENTEL. En ese momento éramos 45 mil empleados, hoy por hoy la cantidad es mucho menor. Hoy tenemos alrededor de 15 mil activos en la obra social, y consideremos que tenemos una masa de pasivos bastante importante, pasivos que hoy son prácticamente la mitad de nuestro padrón”. Los llamados activos son generalmente menores de 65 años. El resto del padrón es el más costoso de mantener en razón de la mayor tasa de uso que registra, precisamente por el reloj biológico: “Eso hace que tengamos que disponer dinero de los activos para convertirlo en atención a los afiliados pasivos. Es una relación que es difícil de sostener porque hoy por hoy las variables que estamos manejando son muy grandes”.

El problema de las prepagas
Para que los números cierren hay que hacer malabares, en particular cuando campean ciertas crisis en el sistema sanitario. Arzeno pone de relieve otros factores que dificultan la ecuación económica de las obras sociales gremiales, entidades con fines estrictamente solidarios. Y alude a las prepagas: “Es la otra pata de la historia. Muchas obras sociales se han escudado atrás de las empresas prepagas. Al afiliado nuestro, como al de cualquier obra social, le venden una prepaga cuando en realidad es una obra social, porque la prepaga no puede ingresar al mercado. Pero hace contrato con la obra social para poder sacarte al afiliado. Y el afiliado que te saca es el de 35 años para abajo. Eso te desequilibra la balanza porque te saca al activo de menor cantidad de edad dejándote al activo de mayor cantidad de años y al pasivo. Y por ahí le brindan cosas que realmente no necesita”.
La queja contra las prepagas también se extiende a que éstas quitan a las obras sociales los afiliados de mayor nivel adquisitivo: “Hoy se está buscando una media para que, un poco la empresa, un poco nosotros, otro poco con acciones políticas, se pueda hacer una unificación de todo esto, por lo menos en la parte telefónica para poder llevar esto adelante”.
Ante tales trabas debe emerger la capacidad de gestión de los trabajadores y la mejor perfomance de los dirigentes de la obra social: “Nuestra obra social funcionó mejor cuando más grave fue el problema, porque por suerte tenemos dirigentes gremiales que se comprometen con la obra social. Hoy por hoy si tenemos un inconveniente, ante graves problemas los dirigentes actúan. Si la obra social no tiene la cobertura para ciertas cosas, el sindicato sale a mediar esa situación”.

Mirando 2010
Para Arzeno, 2009 ha sido un año muy especial en el que se conjugaron los momentos ya descriptos y en el que se sigue trabajando pero, en este caso, pensando en los planes para 2010: “Tendemos a hacer una unificación de la obra social junto con las empresas para apuntalarnos, y que realmente podamos tener un desarrollo como corresponde. Terminamos un año muy malo y tenemos todo armado para empezarlo de la mejor manera posible”.
La estrategia es conseguir una economía estable trabajando políticamente fuerte en la unificación: “Que volvamos a tener todo lo que es referente inherente al sistema telefónico, llamemos call center, locutorios y cooperativas. Entonces, con una fuerte recuperación de afiliados, de reconocimiento, vamos a levantar nuestro nivel de ingresos. Por otro lado, ya se está haciendo un saneamiento de la obra social apuntándole a tener servicios mejores del costo que corresponde, estar en el mercado con las mejores alternativas”.