La jornada del 24 comenzó como todos los años con el recuerdo de las víctimas que sufrieron la represión del V Cuerpo de Ejército en el centro clandestino de detención ‘La Escuelita’. En la tranquera del terreno lindante al camino La Carrindanga, el titular de la APDH leyó el documento por este 32° aniversario, escoltado por un centenar de ex militantes y representantes de organismos de derechos humanos, sindicatos, partidos políticos, familiares de víctimas, entre otros.

Por la tarde, en la Plaza Rivadavia, cerca de 500 bahienses escucharon los discursos de diferentes agrupaciones.
Lamentablemente hace varios años que no se logra consensuar un documento único en repudio al Golpe de Estado. Seguramente es difícil el poder lograr un solo documento que, dejando de lado las particulares luchas con la impronta que le da cada agrupación, logre aglutinar a todos bajo la exigencia simple y contundente de la Memoria y Juicio y Castigo para cada uno de los responsables y ejecutores del genocidio. Es por esta razón que antes de dar comienzo a la marcha son varios los que tomaron el micrófono. Largo y tedioso se hace, ya que algunos improvisan en ese mismo instante su discurso.
Quienes lograron resistir a la dispersión que naturalmente surge luego de escuchar las serie de discursos, marcharon por las calles de Bahía, para terminar, sin ningún gesto colectivo, desconcentrando en la Plaza del Sol.

A continuación, algunos extractos de lo dicho
Desde el Movimiento de los Trabajadores Socialistas destacaron que “más del 80 por ciento de los jóvenes no supo responder (en una encuesta televisiva) por qué hoy es asueto. Como docente, llamo a todos a enseñar en las escuelas la historia reciente para así poder, juntos, salir adelante, pisar tierra firme y seguir levantando nuestra voz en nombre de nuestros 30 mil desaparecidos”.
“Es a nuestros pares a quienes llamamos, a los demás jóvenes, a agruparse, organizarse para generar cambios. Cambios justos. Cambios que alguna vez comenzaron aquellos que cayeron hace 32 años peleando por un lugar justo y digno en esta sociedad”, manifestaron los pibes de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios y agregaron que el Estado “en vez de garantizar una educación verdaderamente pública, gratuita y de calidad nos ofrece represión y gatillo fácil o, como se llama ahora, ‘mano dura, mano justa’ por luchar por nuestros derechos”.
El vocero de la Lista Azul Asociación Judicial Bonaerense, afirmó que “revelar los sueños de aquella generación es honrar su memoria. Perseguir las mismas utopías es una obligación ética. Y sostener en la cotidianeidad la necesidad de cambios que nos permitan forjar un futuro de igualdad social creciente, sin corrupción, sin violencia social, sin oportunismo político, con educación y con trabajo bien pago para todos: es una tarea que nos compete a todos”.
 “La universidad fue uno de los sectores más golpeados por la represión, inclusive anteriormente con el accionar de las Tres A que preparó el terreno para las posteriores desapariciones. (…) Si bien el golpe ha sido derrotado en algunos términos por la democracia, el modelo que hoy seguimos padeciendo es indudablemente el gestado y forjado por la dictadura (…) pero hay un lugar en el que no pudieron ni podrán triunfar: nuestra mente, nuestros corazones y nuestro compromiso por seguir la lucha”, subrayaron los docentes de ADUNS.
Por último, el representante de la CTA y el SUTEBA resaltó que “la memoria se transforma en un arma cargada de vida, de futuro, de lucha y esperanza, cuando tomamos los mismos ideales de los compañeros que cayeron”. Además recordó, entre otros, a “los compañeros de La Nueva Provincia, Miguel Loyola y Enrique Heinrich, que están aquí presentes con nosotros”.
“No hay nunca más mientras Julio López está desaparecido, la injusticia está presente porque los docentes sufrimos el año pasado la represión y la muerte de un compañero y sus asesinos están impunes”, aseguró y agregó algunas injusticias pendientes: la muerte de ‘Yuli’ en Mi Casita -“hay quienes todavía justifican esa clase de asesinatos”-; los subsidios a los grandes capitales y el pago de la deuda externa “mientras la salud, la educación y el trabajo de los argentinos sigue siendo condenado”; los 400 jóvenes robados ayer y hoy privados de su identidad; y la violación de “los derechos de los niños en el Patronato o en cualquier hogar”.